El Chico De La Mesa 4

CAPÍTULO DIECISIETE

 

 

XVII. Advertencia

 

 

Abril Martinelli

 

 

Días después

 

 

Mire por enésima vez la puerta de la cafetería con las esperanza de que él apareciera y se dirigiera a la mesa cuatro

 

 

¿Dónde estás, Alejandro?

 

 

Desde aquel día, su comportamiento cambió por completo. Nos quedamos a cenar, claro estaba, pero a la hora de despedirnos, note como la nostalgia inundaba su rostro. Después de que me diera un beso en la frente, un vacío apareció en mí pecho

 

Eso pasó hace una semana para ser exactos, y hace seis días, que también sus amigos dejaron de visitar la cafetería. ¿Acaso era por mí? Sabía que ellos se seguían viendo con Nala y Leandro, pero no venían aquí, ya no lo hacían

 

Y cuando le preguntaba a mis compañeros sobre Alex, cambiaban de tema estrategicamente

 

¿Qué era lo que estaba pasando?

 

Me senté frustrada frente a la caja administradora, una desesperación me inundó por completo. Pasé mis manos por mi cabello, jalando de este ligeramente

 

— ¿Qué pasa? — escucho la voz de Dayana

 

— Nada, lo de siempre, problemas — murmure intentando sonreír, aunque no lo logre

 

— ¿Qué tipo de problemas?

 

Y cómo si tan solo con una sola mirada hubiera comprendido, me sonrió con algo de lástima, apretando ligeramente mi hombro con su mano

 

— Todo estará bien. Tranquila

 

— ¿Tú sabes que es lo que está pasando?

 

Una ligera ilusión se colocó en mi cuando vi que tenía una lucha interna, antes de hablar nuevamente

 

— No sé mucho — confesó con una mueca —, lo siento. Pero no sé demasiado. Y tampoco te lo quiero decir porque tal vez llegué a estar equivocado. Así que solamente se paciente, tal vez pronto de lo expliquen

 

Dicho esto, se dio la vuelta alejándose de mí

 

La puerta de la cafetería se abrió y no pude evitar sonreír cuando vi a Voisin entrar, dirigiéndose directamente hacia mí

 

— Hola Martinelli — saluda dándome una beso en la mejilla

 

— Hola Bruce, ¿qué haces aquí?

 

— Vengo a raptarte. No preguntes, simplemente deja eso aquí, y acompáñame — pide haciendo un mohín, levanté mi ceja izquierda, con una sonrisa de lado

 

— No puedo dejar mi trabajo así como si nada

 

— ¡Yo te cubriré! — exclama una porrista saliendo de no se dónde — Todo sea por cumplir mis metas

 

— Eso significa salir con Diego — habla Bruce con la nariz arrugada

 

— No entiendo nada

 

— ¡Eso es bueno! — exclama nuevamente el chico —. Rápido, antes de que se nos haga tarde — habla cuando ve que estoy por protestar

 

Reír un poco antes de ir por mis cosas, le entregue el mandil a la castaña, mirando a Voisin, quien se veía algo inquieto

 

—¿Qué te pasa?

 

— Te dije que no preguntés, ojitos bonitos — habla tocando la punta de mi nariz con su dedo

 

— ¿Qué haría Diego si te viera hacerme eso? — pregunte con una sonrisa

 

— Probablemente me mataría, peeerooo no tiene porque enterarse. Adiós niña, —se despide de la chica, sacándome de ahí sin siquiera dejar que me despidiera

 

Me tomo por lo hombros guiándome hacia donde estaba el auto, pero en ese momento, chocamos con un grupo de personas

 

— ¡Lo siento! — se disculpa la chica, aquella voz la reconocí de inmediato provocando que me tensara

 

— N-no hay problema — murmure, justo cuando Bruce habló

 

— ¿Estás bien, Abril? — me pregunta sin ocultar su tono preocupado. Lo mire directamente a los ojos y no pude evitar sonrojarme un poco cuando su expresión de preocupación no cambiaba, hasta que le respondí

 

— Lo estoy, gracias por preguntar — murmure nerviosa. Me giré hacia los otros chicos, quienes se miraban entre ellos algo tensos, antes de que Henry hablará

 

— Hola, Abril

 

— Hola... — conteste incómoda

 

— Perdón por interrumpir, pero es hora de irnos, tenemos que llegar puntuales — habla guiñandome el ojo, sonreí nuevamente antes de girarme y despedirme de aquel grupo de personas

 

No espere respuesta de ellos y continúe mi camino con Bruce, quien me guiaba felizmente

 

— ¿Me dirás a dónde me llevas?

 

— Es una sorpresa

 

— ¿Y? Dime

 

— ¿Acaso quieres que tú amigo me maté? — escandaliza, subí a su auto antes de que él comenzará a conducir tranquilamente por las calles de mí ciudad

 

— ¿Entonces la sorpresa la organizó Dieguito? — preguntó con una ceja arqueada, el se pone rojo

 

— ¡No! ¡Claro que no! — habla rápidamente provocado que yo riera

 

No mencione nada más, solamente deje que el conducirá, y me llevara a la tan esperada sorpresa. Que fuera el quien me llevará al lugar tan esperado...

 

 

 

Alejandro Schieber

 

 

 

Un suspiro salió de mi boca cuando me deje caer en el sofá de mí departamento, encendí la televisión pero todo lo que aparecía eran programas de chismes hablando sobre personas famosas o importantes

 

Escuché como la puerta del elevador se abría antes de que las voces de mis amigos se hicieras presentes.

 

Debería de cambiar mi contraseña, a veces odiaba que entrarán de esa forma, pero otras simplemente me daba igual

 

— ¡Hola, hola, Schieber! — saluda mi mejor amigo, los mire antes de comenzar a hablar 

 

— ¿Qué hacen aquí? — pregunté secamente




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