Escucho el sonido del mar antes de abrir los ojos, de inmediato sonrío mientras me siento en la cama. No es la primera vez que me encuentro en esta casa en la playa.
Salgo al frente de la casa, buscando a Azul. Está sentado en la arena, cerca de la orilla, está tan concentrado en las olas que ni siquiera nota cuando me acerco a él.
–Hey –Digo, llamando su atención.
–No te esperaba – Dice en un tono que jamás había usado conmigo.
–¿Estás bien? ¿Qué sucede? –Pregunto sin dejar de mirarlo.
–Nada, solo… – Arroja una piedra al mar y continúa –Solo tengo muchos problemas, y necesito despejarme, estar solo un rato.
–Bien –No digo más nada.
Sé que Azul está esperando que me vaya. Pero no pienso dejarlo solo, tampoco pienso presionar para que me cuente lo que sucede, así que me concentro en el mar. Me concentro tanto que no me percato cuán cerca estamos, hasta que Azul deja caer su cabeza en mi hombro y me abraza ligeramente.
–Mi papá tuvo un accidente cuando regresaba a casa –Dice con la voz entrecortada. Siento como un frío me recorre la espalda, pero no digo nada. –Perdió el control del carro… Y él no… No logró llegar vivo al hospital.
Me destroza el alma verlo en ese estado, no soy capaz de moverme, mucho menos de hablar. Ellos eran muy cercanos. Azul me abraza fuertemente, mientras llora en mi hombro, como si se aferrara a mí.
–Gracias, por quedarte –Dice en un susurro, una vez que está un poco más calmado. Sigo sin decirle nada, solo acariciándolo sin dejar de abrazarlo.
Volvemos a ver el mar, ya casi no hay olas…
¡Chicos, vengan! –Escucho a un hombre gritar a nuestras espaladas, y puedo sentir como cada músculo de Azul se tensa al instante.
–Esa es la voz de mi papá –Dice temblando y con los ojos llenos de lágrimas.
–Ve –Le digo un susurro –Ya te alcanzo.
Observo como se coloca de pie y corre para abrazarlo, sé con exactitud lo que está a punto de pasar y me preocupa como pueda afectarlo todo esto. Con paso firme me dirijo a la casa, Azul y su padre ya han entrado, y charlan animadamente en la cocina.
Me quedo de pie en el umbral, los ojos de ambos se posan en mí, el primero en hablar es el padre de Azul.
–Pequeña, cuánto tiempo sin verte, ven acá –Dice mientras estira sus brazos para abrazarme. No lo pienso dos veces y me acerco a él.
–¿Tiempo sin verte? –Pregunta Azul, su tono es de confusión por completo, aunque yo tampoco me esperaba esto.
–Verás hijo –Su padre empieza a hablar, pero decido interrumpirlo.
–Hace muchos años atrás, perdí a mi abuelo, esa misma noche tuve un sueño muy peculiar –Una risa nerviosa escapa de mis labios –Desperté en esta casa, para una niña de 7 años todo esto era un juego, escuché como mi abuelo me llamaba desde la sala, así que fui con él.
–Mi abuelo jugó un rato conmigo, pero luego me explicó que tenía que marcharse, yo lloraba. No quería que mi abuelo me dejara, quería quedarme con él y seguir jugando hasta que mamá y papá llegaran de trabajar como siempre. Tu papá apareció luego de unos minutos, él me explicó que mi abuelo ya no podía quedarse o sería peligroso para él. –Soy incapaz de continuar.
–Yo me quedé con ella mientras se calmaba, le conté muchos cuentos, y le dije que todo estaría bien, que no le contara a nadie lo que había soñado y… –El papá de Azul, hace una pausa para mirarme. – Y que todo estaría bien.
–Entonces esto significa que… – La voz de Azul se quiebra de nuevo y yo puedo sentir perfectamente su dolor
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¿Cómo están? Sé que andaba un poco perdida, pero es muy difícil salir de un bloqueo de escritor o al menos lo es para mí. En fin, espero que les guste este capítulo.
Besos y abrazos desde la distancia