Marsias sintió el disparo y vio a todos arrojados al suelo, este se dio la vuelta y encontró a su mujer le habían disparado.
—¡¡Becky!!-exclamó Marsias mientras se acercaba ella—Becky... Becky despierta
Uriel salió a perseguir a la mujer, mientras que Lucy y Georgia se acercaron corriendo.
—Hay que moverla con sumo cuidado—ordenó Wolfram y Marsias asintió. Este la alzó en brazos con mucho con mucho cuidado.
—Llevémosla a la habitación de Iuola—sugirió Georgia—no hay tiempo para buscar un doctor
—Yo me encargaré que todo el mundo se vaya—le dijo Wolfram
Marsias intentaba mantener la calma pero los sollozos de Lucy a sus espaldas y Georgia gritando por todo el pasillo se lo impedía.
Lucy le abrió la puerta—¡Iuola! —le gritó Georgia al irrumpir la habitación; Iuola se despertó de un salto al ver que dejaban el cuerpo de Becky en su cama. Marsias se percató del shock de su hermana pequeña pero él estaba peor que ella.
—¡Iuola! —le gritó este
—Necesito muchos paños y una taza de agua caliente—le dijo Iuola con la más disimulada serenidad posible.
—Bien—le dijo Georgia y desapareció. Iuola se dirigió a su guarda ropa y sacó una caja de hierbas, unas vendas y herramientas.
—Lucy te necesito. Los demás pueden salir—ordenó Iuola
—No pienso moverme de aquí—le dijo Marsias
—Por supuesto que lo harás—le dijo Georgia seguida de una criada que llevaba una charola de agua caliente y otra de paños. —Marsias confía en Iuola
Marsias miró a su mujer y tenía el rostro pálido—Bien...
—¿Algo más Iuo? —le preguntó Georgia
—No. Pueden retirarse—y al decir esto, todos salieron.
Iuola suspiró y tomó unas tijeras; ya se había colocado los guantes. Lucy estiró un poco el vestido para que Iuola pudiera cortar donde tenía la bala.
—Pásame uno de los paños y mójalos con agua caliente—le ordenó ésta. Lucy asintió y se lo entregó.
Iuola le pasó el paño por fuera de la herida para limpiarla. Volvió a la caja donde tenía varias herramientas y sacó una, luego tomó la caja de hierbas y sacó un pequeño frasco.
—Esta es la parte más difícil Lucy, necesito que la sujetes por los hombros—le dijo
—Bien—y esta lo hizo
Iuola tomó su herramienta para extraer la bala y Becky gritó.
***
Marsias oyó el grito y se levantó del suelo donde estaba sentado, y se dirigió a la puerta.
—¡¡Abran la puerta!! —exclamó este
Becky volvió a gritar y Marsias comenzó a golpear muy fuerte la puerta.
—¡Marsias cálmate! —Le dijo Georgia mientras se acercaba a él—tienes que calmarte. Al igual que tú, todos estamos preocupados por ella. Ahora mismo Iuola y Lucy necesitan concentración. Confía en Iuo, sabes que es mejor que cualquier doctor.
Su hermana desde muy pequeña había demostrado su pasión por la medicina. Lastimosamente las universidades eran exclusivamente para caballeros y para que ésta no se sintiera deprimida, había aprendido todo en los libros y en las enseñanzas del médico de la familia. Marsias siempre se había sentido agradecido con Wolfram por permitirle aprender esa labor.
Wolfram llegó en ese momento y Marsias lo miró con lágrimas en los ojos—Me ha salvado la vida... dos veces.
—Todo saldrá bien—le dijo este mientras le daba una palmadas en la espalda.
***
Iuola le aplicó hierbas por todo el abdomen y la envolvió en vendas. A continuación tomó un poco de las hierbas y las colocó en una tasa té con agua caliente.
—Levántale un poco la cabeza—le ordenó Iuola a Lucy y esta lo hizo. Esta le dio la medicina vía oral y Becky tosió un poco pero volvió a quedarse dormida.
Iuola se sentó junto con Lucy en el sillón.
Ambas suspiraron—¿Cómo pasó esto? —le preguntó Iuola
—No lo sé... yo...—Lucy suspiró y se le llenaron los ojos de lágrimas-escuché el disparo... me agaché junto con Georgia y escuché a Marsias gritar el nombre de Becky
—¿Y atraparon al asesino?
—Al parecer escapó
—¿Más de cien personas y nadie pudo ver nada?
Lucy bajó la cabeza—todo pasó tan rápido... Uriel fue tras él
Iuola asintió—Lucy por razones algo complicadas, Wolfram desconoce que Uriel es detective ¿podrías mantenerlo en secreto?
Lucy asintió—No te preocupes. Creo que deberíamos dejarlos entrar, deben estar preocupados.
Iuola se puso de pie y se miró al espejo. Tenía el cabello suelto así que tomó una horquilla y se hizo una trenza. Lucy se dirigió a la puerta.
Al ver la puerta de la habitación de Iuola abrirse, Marsias entró de inmediato. Una mujer estaba tendida en la cama sólo con la camisola y al tocarla en el abdomen pudo sentir las vendas. Colocó la oreja en su pecho y al escuchar su respiración, suspiro de alivio; se sentó junto a ella y le dio un beso en la frente.