Una gran ciudad se veía envuelta en llamas púrpuras, varios héroes se encontraban inconcientes en distintas partes de ése destrozado lugar y en una parte se encontraba Guerrero Solar, agotado, haciendo su mayor esfuerzo para mantenerse de pié.
Miró a cada lado, viendo como no había héroe consciente, hasta su amigo, Poderoso, estaba fuera de combate.
Quizás no pudieron ganar todos juntos y mucho menos lo haría sólo, pero no se rendiria y daría todo de él, después de todo, era el último héroe en pie.
El ruido de una espada cortando el pavimento se oyó y miró hacía adelante, viendo a su enemigo, una cosa con armadura negra y con cabeza de cráneo envuelto en fuego púrpura que arrastaba una gran espada, quien derrotó a todos sus compañeros y fue capaz de herirlo.
-No... no creas que me rendire, villano.
Un héroe no se rinde jamás y yo tengo mis motivos personales para seguir luchando y es que tengo a una bella reina esperando por mí.
Con las últimas fuerzas que le quedaban, se lanzó hacía su oponente con su gran velocidad, reuniendo toda su fuerza en su puño derecho.
-¡Por el poder del amor!- gritó el hombre, dándole un golpe directo en el pecho a su enemigo, causando una gran honda de viento por el impacto.
En ése puño, fue todo el amor que se tenía con su amada super villana.
Ése día se convertiría en leyenda.
Los segundos pasaron y Guerrero Solar levantó la mirada, sudando nervioso para ver a ése villano al que seguía tocando con su puño, sin siquiera inmutarse.
"E...estoy muerto."- pensó el hombre.
Bueno, seguro que su amada reina lloraria por él y admitiría que siempre lo amo.
El villano de armadura levantó su espalda, listo para ejecutar al héroe pero antes de lograrlo, el tiempo pareció detenerse, una hoja se movió en medio de ambos y pronto, una gran ventisca los separó, apareciendo otro nuevo héroe que con su mano abierta, golpeó al villano y lo mando a volar.
-Galáctico.- dijo Guerrero Solar, viendo a ése solitario héroe que vestía como ninja y tenía el dibujo de una gran estrella en su pecho y espalda.
-Me disculpo por la demora, estaba en el otro lado de la galaxia.
Ya puedes descansar, Guerrero Solar.
-Yo aún puedo seguir luchando.- dijo el terco héroe de ciudad Origen.
Sí su colega viajó de tan lejos para llegar a ayudarlos, significa que no estaba en plena forma para luchar y era su deber ayudarlo.
-No te preocupes, esta vez yo lucharé a su lado.
La voz de una mujer se oyó y una apareció al costado del recién llegado héroe, a una velocidad increíble.
-¡Rayo Sombrío!- gritó Guerrero Solar, atonico.
Se supone que ella era una villana, la enemiga de Galáctico.
¿Por qué lo iba a ayudar?
-No hace falta, después de todo, el poder de la galaxia yace en mis manos.- dijo el héroe vestido de ninja, extendiendo su puño derecho que era rodeado por polvo de energía.
-Blablabla, no sé que significa éso, lo único que sé es que el poder de diez mil rayos habitan en mí.- dijo la mujer, levitando mientras sus manos eran envueltas en rayo y sus ojos iluminaban como uno.
Guerrero Solar, sólo se sentó, no sabiendo que decir, sólo quería ver al héroe mas grande y a la villana mas poderosa, luchando juntos.
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Ésa misma noche, en ciudad Origen.
Guerrero Solar iba al encuentro de su amada, con su brazo izquierdo enyezado y con una sonrisa de enamorado.
Seguro que su reina debía estar ultra mega super duper preocupada por él y al verlo lo recibiría con un abrazo, confesaria amarlo y mañana ya se iban a casar, era lo mas seguro.
El héroe aterrizó encima del edificio donde se solía encontrar con su amada y ahí la encontró, sentada sobre su capa que yacía extendida como una amaca y comiendo papas fritas.
-¿Qué te pasó en el brazo?
¿Te caiste de las escaleras por ser tu ego muy pesado?- preguntó la villana, sin darle importancia al asunto.
Guerrero Solar desvío la mirada y cerró sus ojos mientras lágrimas caían.
Sólo era una mujer tímida y muy difícil, en el fondo, seguro se moría por correr a sus brazos y mimarlo.
-¿No vio las notícias, mi reina?- preguntó el héroe, posando de manera heroica.
Tuvo gran reconocimiento por ser el héroe que permaneció de pié hasta el final, así que hasta su amada se haría su fan.
-¿Qué? Na, yo no miró las notícias, sólo da puras cosas malas, prefiero usar mi tiempo en algo productivo como en la planeación total del mundo... o la ciudad al menos. - dijo Reina Sombra, acabando sus papitas.
Ahora tenía sed, quizás soborne al tonto héroe con darle un beso sí le trae algo para beber y cuando lo haga, no le da nada.
Es una villana así que está bien que ella haga éso.
-Y-ya veo.- dijo Guerrero Solar, algo deprimido.
¿Entonces su amada no sabía por todo lo que pasó?
¡Bueno! Era mejor, así ella no tuvo que preocuparse al creer que le había pasado algo malo.
-Bueno... como veo que la nena esta lastimada y tengo algo de sueño, dejemos esto aquí por hoy.
Luchamos el... ¿viernes sí te parece bien?- preguntó la pelimorado, poniéndose de pié, sabiendo que el héroe tenía el poder de curarse super rápido.
Guerrero Solar sonrió y le hizo una reverencia.
-Es una cita, mi bella reina.- dijo el héroe, antes de irse.
-¡No es una cita!- gritó la mujer, enojada, pero siendo ignorada.
Se iban a encontrar y ambos se pusieron de acuerdo, así que para él, éso era una cita y punto.
Una vez el héroe se perdió de vista, Reina Sombra se sentó y dio un gran suspiro mientras se tocaba su pecho, aliviada.
Por suerte, ése tonto estaba bien y nada malo le pasó.