El Destino De Annie Williams [nd#1]

Capítulo 4

-Estás en lo correcto, pero prefiero ser llamado Ziel.

- ¿Qué acaso no es lo mismo, pero en alemán? - Cuestioné, era buena en idiomas.

-Sí, pero es lo más parecido a un nombre que tengo. - Sonrió ladino.

- ¿Qué hay del nombre Tyler? - Indagué.

-Es solo un camuflaje, es mi nombre cuando estoy con humanos, mi nombre en realidad es Ziel, yo lo decidí así. - Masculló con convicción.

-Oh, me gusta ese nombre. - Dije sonriendo incómoda. - Ziel. - Susurré.

-Me alegra que te guste. - Dijo. - Mike dice que es raro, pero a mí me gusta.

-Que bien. - Dije le di una última mirada y luego me levanté de la cama en la que me encontraba. - Bueno, ya me tengo que ir, fue un gusto Ziel. - Le sonreí y corrí hasta la puerta, pero fui detenida por una mano tomando mi brazo.

-No tan rápido. - Me haló y choqué con su pecho, subí mi mirada topándome con la suya y esos ojos amatistas me atraparon. - Primero debes comer algo, esa fue la causa de tu desmayo. - Dijo frunciendo el ceño.

-Okey, ¿Vamos? - De verdad tenía hambre así que no rechazaría su gran oferta.

-Sí, adelante. - Me abrió la puerta para que yo cruzara primero.

-Gracias. - Salí de la habitación con él tras de mí y casi inmediatamente un olor exquisito llegó hasta mi nariz. Lo miré ilusionada y él me dio una sonrisa.

-Por ahí. - Señaló el pasillo derecho. - Bajando las escaleras. - Explicó y empezó a caminar, yo lo seguí. Miré su perfil, era perfecto, ni una sola espinilla.

"Que suerte tiene"- Pensé y toqué mi cara, donde mis amigas espinillas parecían estar burlándose de mí. Y al parecer mi mirada era tan profunda que causó que él volteara, giré rápidamente mi cabeza y miré a mi alrededor, miles de pinturas adornando las paredes, había mares, bosques, estrellas, islas, etc.

- ¿Por qué hay tantas pinturas? - Pregunté con el ceño fruncido, él se detuvo y miró hacia mi dirección. - Digo, no es que sean raras, es que son muchas. – Dije rascándome la nuca, nerviosa.

-Son muy pocas las veces que puedo salir, tengo que disfrazarme porque tengo la maldición de que cualquier persona que me vea en mi cuerpo normal me reconocerá como el destino. - Murmuró. - La mayoría de veces me disfrazo de pintor, capturo la imagen en una pintura y luego jamás vuelvo a ese lugar. Tengo miedo de que si vuelvo a un lugar me reconozcan y se vuelvan contra mí. - Suspiró y continuó caminando.

- ¡Hey, espérame! - Corrí siguiéndolo.

Al llegar a la sala me topé con mi sueño hecho realidad

Al llegar a la sala me topé con mi sueño hecho realidad.

Comida, mucha comida, toda colocada sobre una mesa, parecía un banquete.

- ¿Esto es para mí? - Pregunté ilusionada.

-Sí, come todo lo que quieras, yo no necesito comer así que es toda tuya. - Sonrió y se sentó señalándome la silla frente a él. - Adelante, siéntate.

Me senté rápidamente y empecé a servirme de todo un poco, tomé un tenedor y comencé a comer. Entraba grandes cantidades de comida a mi boca, estaba delicioso. Estaba comiendo a gusto hasta que escuché una risita proveniente de Ziel.

- ¿Qué? - Cuestioné dificultosamente gracias a la comida que se encontraba en mi boca.

-No deberías comer tan rápido, te dará dolor de estómago. - Dijo y otra risita abandonó sus labios. Tragué fuertemente algo avergonzada.

- ¿Y eso qué importa? Ya tenía dolor de estómago antes de empezar a comer un poco más no hará daño. - Dije con un puchero. Esto pareció sobrepasar sus límites ya que una fuerte carcajada abandonó sus labios.

-Mike tenía razón, eres muy divertida. - Murmuró todavía riendo.

- ¡Oye! - Me quejé, pero luego recordé al chico oji gris, ese maldito tenía mi cuaderno. - Hablando de ese Mike, es obvio que él tiene mi cuaderno así que quiero que me lo dé. - Inmediatamente dije esto su actitud se volvió seria y me maldije internamente al ser la causante de esto.

-No puedo hacer eso. - Dijo cabizbajo. - Cuando mi hermano roba los cuadernos de otras personas estos deben ser entregados a su dueño anterior. - Explicó.

-Oh, ¿Puedes decirme cuál era el dueño anterior del mío? Tal vez el me lo de voluntariamente.

-Tampoco puedo hacer eso. -Pausó. - Eso no está en tu destino. Tampoco el conocerme. - Dijo y me lanzó una mirada significativa y lo entendí. Iba a borrar mi memoria.

-Tienes que borrar mi memoria. - Dije lo que pensaba y él asintió. - Aún no la borres quiero saber algunas cosas antes, después de todo como sea lo olvidaré. - Me encogí de hombros.

-No hay problema, adelante, puedes preguntarme lo que quieras. - Murmuró.

- ¿Has deseado en algún momento salir en tu cuerpo real? - Pregunté, la pregunta abandonando mis labios sin consentimiento, ya se me estaba haciendo costumbre decir lo que pensaba.

-No y aunque lo hiciera no podría, mi lugar está aquí donde nadie sepa de mi existencia. - Me dio una mirada triste.

- ¿Y por qué? ¿No sería mejor que la gente te conociera? - Indagué.

-Claro que no.- Respondió rápidamente. - ¿Cómo reacciona la gente cuando sabe que un total desconocido tiene el poder de hacer lo que quiera esta vez no solo con el destino de una persona sino con el de todas?

- ¡Mal, por supuesto! ¡Eso es injusto! - Exclamé, lo miré directamente a los ojos, él me estaba dando una mirada que decía "¿Ves?" y lo entendí. - Oh, ya...comprendo.

-Qué bueno. - Se levantó de la silla y empezó a mover sus manos. - Yo no escogí ser el destino, nací siéndolo. - Bajó la mirada. - Y-Yo, no sabes cuánto quisiera que las personas se hicieran cargo de su propia vida, que pudieran decidir hacer lo que quieran con ella. - Caminaba de un lado a otro desesperado. - ¡Que puedan vivir sin limitaciones!



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En el texto hay: desconocidos, destinos, cuadernos

Editado: 23.12.2020

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