El Destino De Annie Williams [nd#1]

Capítulo Final

Narra Mike:

Todo a mi alrededor se paralizó, era como si luego del sonido de ese disparo cada uno de mis sentidos se hubiese agudizado, casi podía escuchar el sonido de un electrocardiógrafo ensordeciendo mis oídos.

- ¡Mike! - Escuché el grito de Annie, sonaba lejano. - ¡Mike, reacciona! - Gritó nuevamente, esta vez la escuchaba más cerca.

Bajé la mirada hacia mis manos encontrándome con una escena que me alteró completamente. Estaban llenas de sangre al igual que mi camiseta.

- ¿Qué rayos? - Cuestioné a la nada.

- ¡Mike! - Escuché nuevamente y sentí como halaban fuertemente mi suéter. Me encontré de frente con Annie quien rápidamente me levantó el suéter.

-No soy yo, no duele. - Murmuré aturdido. - No es mi sangre. - Annie me miró con los ojos abiertos en su totalidad girando la mirada lentamente. Copié su acción y giré para encontrarme con la escena que jamás podría borrar de mi mente. - P-Papá. - Susurré en un sollozo entrecortado.

Ahí, tirado en el suelo se encontraba la persona a la que pensaba que odiaba. Con una herida de bala en el pecho y sangre saliendo de su boca a cántaros mientras convulsionaba.

- ¡Papá! - Exclamé arrastrándome un poco para llegar a él. - Papá, ¿Q-Qué fue lo que h-hiciste? - Lo tomé en mis brazos y lo sacudí levemente. Sollocé dejando salir todas as lágrimas que había acumulado hasta que una carcajada rompió en la habitación causando que tanto Annie como yo giráramos sobresaltados.

-Amo los finales felices. - Rio aquel demonio que se encontraba ahora habitando el cuerpo de mi hermano. - Tengo que admitir que eso no me lo esperaba. - Carcajeó. - Ese hombre siempre me sorprende.

-Te mataré. - Mascullé poniéndome de pie para enfrentarlo, pero la mano de Annie me detuvo y me haló nuevamente hacia donde estaba.

-No hagas nada. - Murmuró entre dientes y yo la miré confundido. Ella se retiró rápidamente la blusa que llevaba puesta quedando en franela y presionó la herida de mi padre para que no continuara sangrando. - Llévalo a un hospital o donde sea que traten a los de tu clase. - Ordenó y yo obedecí cargándolo en mis brazos y levantándolo.

- ¿Qué crees que haces? - Indagó el demonio. - No saldrás de aquí con vida, no lo permitiré.

- ¡Ya cállate con tu monólogo de malvado, estúpido! - Exclamó Annie causando que la mirara sorprendido. - Corre. - Me susurró entre dientes y yo dudé por unos segundos, pero luego le obedecí corriendo rápidamente en dirección a la puerta sin ningún percance rumbo al hospital. 

Narra Annie:

Narra Annie:

Cerré la puerta rápidamente luego de que Mike saliera y miré fijamente a James o Calem.

Ni siquiera sé cómo llamarle. - Pensé.

- ¿Sabes que puedo tele-transportarme, cierto? - Inquirió con una sonrisa ladina y una ceja alzada.

-Lo sé. - Afirmé. - Pero no lo harás. - Murmuré y reí al ver su expresión retadora.

- ¿Y por qué no lo haría si se puede saber? - Cuestionó altivo.

-Porque tu plan está muy mal elaborado y yo soy la única que te puede ayudar a arreglarlo. - Expliqué sentándome con la espalda apoyada en la puerta.

- ¿Ah sí? - Rio fuertemente. - Admiro tu confianza y valentía, me va a doler un poco el matarte. - Masculló.

Este estúpido, cuantas ganas tengo de golpearlo. - Me dije interiormente. - Enfócate, tienes una misión. - Me recordé y le sonreí burlonamente al demonio.

-Si me matas tu plan seguirá siendo una mierda. - Expliqué suspirando aburrida.

-Eso significa que no eres importante. - Murmuró. - Así que puedo matarte y luego encontrar a alguien al cual torturar para que me diga lo que, según tú está mal. - Masculló y yo solté una carcajada.

-No me subestimes, tarado. Soy más importante que tú en este juego. - Solté y me recosté en el suelo bostezando harta de la situación.

- ¿Enserio? ¿Eso crees? - Indagó para luego chasquear la lengua frustrado.

-No lo creo, estoy segura. - Afirmé mirándolo de reojo.

-A ver, dime ¿Qué está mal en mi plan? - Cuestionó esta vez mirándome furioso.

-Primero. - Enumeré con los dedos. - Escogiste a Tomas como tu primer inquilino.

- ¿Qué tiene eso de malo? - Preguntó confundido.

- ¿Qué clase de demonio eres? - Cuestioné divertida. - Ni siquiera conoces los contras de los de tu clase.

-No existen tales contras. - Masculló.

-Claro que sí, al poseer a un humano común el demonio que lo poseyó perderá energía por lo tanto vida.

- ¿Cómo así? - Indagó y casi suelto una carcajada al ver su cara de confusión.

-Al poseer a Tomas, el cual era un humano común y corriente perdiste tiempo de vida. - Expliqué y el relajó sus facciones en comprensión.

-Eso no me importa, ¿Qué sigue? - Cuestionó.

-Segundo, hechizaste a Robert para que le disparara a Mike pensando que así, tú, ya que estás en el cuerpo de Calem ibas a ser elegido como el destino. - Solté cerrando los ojos con cansancio.

- ¿Y? - La confusión viéndose reflejada en sus palabras y yo reí.

-Que ibas a dejar un cabo suelto. - Dije.

-Ve al grano. - Masculló ya cansado.

-Ziel. - Murmuré y la habitación se vio envuelta en un profundo silencio causando que soltara una carcajada. - ¿No lo habías pensado? - Cuestioné abriendo los ojos para mirarlo encontrándome con una expresión pensativa.

-El mundo no lo elegiría. - Concluyó confiado. - Es demasiado inmaduro, sería como dejar que un niño gobernara al mundo.



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En el texto hay: desconocidos, destinos, cuadernos

Editado: 23.12.2020

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