El Destino de los Héroes

Interrogatorio y Tiranía

...

Un sonido eléctrico, seguido por delgadas y brillantes ráfagas que se extendieron por el aire hasta los cuatro individuos. Una corriente eléctrica invadió a los cuatro intrusos de golpe, haciendo que sus cuerpos se desplomaran inconscientes gracias a mi ataque sorpresa.

El efecto de mi hechizo duró un par de segundos. No fue lo suficiente para matarlos, pero al menos si lo suficiente para ponerlos a dormir de un solo toque.

"Bien. Un problema menos".

Desde el inicio he estado escondido debajo de la cama para sorprender a estos tipos, y vaya que lo hice.

Me tomó un momento arrastrarme para salir de mi escondite. Cuando me puse de pie, un portal se abrió justo en medio de la habitación. A los pocos segundos de haberse abierto, algo salio del mismo y cayo abruptamente al suelo.

Aquello era un hombre calvo de mediana edad. Mas específicamente, el encargado de esta posada.

"¿¡Que!? ¿¡Que esta pasando!? ¿¡Donde estoy!?".

El tipo estaba amarrado desde los pies a los brazos, parecía estar consciente, aunque bastante confundido e histérico. Dio una pequeña vista a su alrededor para tratar de orientarse, finalmente vio a los cuatro individuos desmallados en el suelo. 

No tardo en reconocerlos al instante.

"¿Que...? ¡Oye! ¿¡Como diablos...!?".

"¿Que? ¿Sorprendido porque vencí a tus colegas?".

"¿¡Como lo hiciste!?".

"Por el momento, eso no es relevante. Te recomiendo que cierres la boca".

Segundos después, Cristian salio del mismo portal, acompañado por la misma mujer que nos había atendido en el mostrador. Solo que esta vez, ella ya no portaba el collar en su cuello.

Su rostro radiaba sorpresa y confusión, tal vez debido a la repentina situación que se estaba desenvolviendo frente a ella. Aunque sus ojos se veían un poco rojos.

Bueno, eso es mucho mejor que el rostro vació que tenia antes.

"¿Todo bien?".

"Todo bien. Conseguí quitarle el collar. Teniendo la magia de luz fue muy fácil".

"M-Muchas gracias, señor. E-En verdad, muchas gracias. Se lo agradezco mucho".

La mujer se inclinó y nos dio las gracias. Se veía bastante agradecida, tanto que su voz estuvo a punto de quebrarse, y sus ojos estaban al borde de las lagrimas.

"No nos agradezcas, solo...".

"¡Hey! ¡Idiotas! ¿¡Que es todo esto!? ¡Les ordeno que me liberen inmediatamente! ¡Ahora!".

El encargado comenzó a quejarse con mucha ira. Vaya tipo...

"Viejo, no estas en posición para hablarnos en ese tono. Se te van a caer los pelos si no te tranquilizas".

"¡Silencio! ¡Si no fuera por ti, en estos momentos estaría gozandolo en mi habitación con esa maldita perrOugh!".

Cristian pateo al hombre en la cara, justo antes de que él terminara de hablar. Su nariz comenzó a sangrar debido al duro golpe que recibió.

"Por eso te dije que cerraras la boca".

"¿¡Como te atreves!? ¡Vas a lamentar esto!".

Ese hombre no parecía darse cuenta de su actual situación. 

Ante esa amenaza, puse mi pie sobre la cabeza del encabronado tipo y lo restregué aun mas contra el piso de madera, obligandolo a callarse.

"Si sigues hablando te ira peor, así que quédate callado... Cris, ¿que sigue ahora?".

"Bueno, lo primero es amarrar a estos idiotas antes de que se despierten, lo segundo es interrogarlos y averiguar quien los mando".

"Interrogarlos, no torturarlos, verdad".

"Si si, como sea. Solo tráeme algo con que amarrarlos".

"Bien. Abriré un [Portal] al castillo para...".

"No es necesario, tengo un juego completo de lazos en mi mochila. Los suficientes para amarrar a cuatro".

Cristian señaló su mochila en la esquina de la habitación. Me acerque a ella y comprobé que realmente estaban allí.

"Espera un momento. ¿Porque tienes esto en tu mochila?".

"Los tengo por si en algún caso surgía la necesidad de tener que secuestrar a alguien y torturarlo. Y mira lo bien que me salio".

Quita ese rostro de satisfacción, ¿si? Se que fue muy conveniente, pero no creas que esto estuvo bien.

Tome los lazos y me acerque a los tipos inconscientes para arrastrarlos a un solo lugar y atarlos. Mientras tanto, hice que Cristian saliera de la habitación para que consiguiera una silla de madera. Para cuando él regresó con una en sus manos, tomamos al primer tipo y entre los dos lo sentamos y amarramos para que no pudiera moverse.

"Bien, ahora solo tenemos que despertarlo".

"Yo se como hacerlo".

"¿Como?".

"¡Así!".

Con un directo, claro y sonoro palmazo, Cristian abofeteo al hombre inconsciente. El golpe fue mas que suficiente para hacerlo reaccionar instantáneamente.

Un poco excesivo diría yo, pero no negaré que fue muy efectivo. No esperaría menos de alguien experto en estas cosas.

"¡Agh! ¿Que...? Agh... ¿Donde estoy? ".

"En la misma posada a la que entraste".

Contesté a su pregunta con seriedad. 

El tipo nos miró a mi y a mi compañero. Su expresión cambio momentáneamente, parecía haberse dado cuenta de lo sucedido. 

"Responde. ¿Quien los envió a ti y a tu gente?".

El hombre sonrío y respondió....

"Ustedes son mas que simples aventureros de plata. ¿Como fue que se dieron cuenta de...?".

"¡Nosotros hacemos las preguntas, vago!".

Una segunda bofetada voló directo a su cara. Puede que hasta incluso haya sido mas fuerte, y definitivamente mucho mas sonora que la anterior.

¡Amigo, cálmate! Eso fue innecesario.

El tipo se quejo por el dolor. No puedo verlo con claridad ya que la habitación estaba oscura, pero se muy bien que si no fuera por eso, en estos momentos vería como las mejillas de este hombre se enrojecían con mucha fuerza.

"Solo te preguntaré una vez, así que respondeme. ¿Quien vergas los envió a ti y a tu gente?".



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En el texto hay: aventura, magia, ficcion

Editado: 09.09.2022

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