El Diario De Matt

SEIS AÑOS

Mientras caía, sentía como mi corazón palpitaba a mil por hora, sentí el pavor de estar cayendo desde la cima, altura que nunca terminaba mientras estaba en plena descendencia observé cómo el aire tenía forma, formas inexplicables, algunas sombras muy oscuras en plena luz del día, aquellas sombras me envolvieron, sentí la presión en mi pecho mientras me rodeaban aquellas sombras con temperatura muy fría, hasta que por fin toqué suelo, mi cuerpo y mi cabeza se recostaron en el pavimento, abrí los ojos y no pensé en moverme, solo me quedé quieto. Mientras pensaba en lo que había pasado, en lo que había visto, hasta que llegó Pedro, aquel niño nervioso que se orinaba en los pantalones.
-¿Estás bien?
* (En ese instante, empecé a reír, carcajadas que salían desde el fondo de mi, no quería hacerlo pero me reía, reía sin pensar en nada, ni siquiera en la caída)
-He visto que te haz caído, por eso nadie sube a este juego, está prohibido.
*No vi ninguna señal de peligro 
-Le diré a la profesora que te haz caído. 
*No se lo digas, no es necesario, estoy bien. No tengo ningún rasguño.
-Esta bien, pero. ¿No te duele nada?
*La verdad que no, mas bien me siento como que pensativo por cosas que he visto.
-¿Qué cosas?
*Algún día te lo contaré.

Me ayudó a levantarme y nos fuimos a clases, ese día no presté atención, solo seguía pensando.
Aquel día, mi abuelo no vino a por mi al pre-escolar, por lo que tenía que ingeniarme para salir, ya que sólo salía cada uno con un apoderado.
Estuve atento en la puerta, y tomé de la mano a un niño de otro salón, quien salía con su madre. El portero al ver esto pensaría que sería mi madre o quizá mi tía, lo importante es que salí. Una vez fuera suelto su mano, y me voy por otra calle, me dirijo a casa.
Al llegar, noto que no había nadie. ¡Maldición, nos hemos cruzado en el camino!
Nuevamente fui al pre-escolar, por si es que estaba allí. Pero no estaba, ¿será que no hemos cruzado nuevamente?.
Voy a casa, lo más veloz posible, y allí estaba. Empezamos a reír, por lo que había pasado y me dijo que tendríamos que almorzar.
Al terminar de almorzar, mi abuelo se va a dormir, siempre dormía por las tardes. Mientras yo jugaba en la sala de estar. En aquella sala, había una ventana, el cual tenía vista a la nada, literal, el que vivía al lado había construido algo que no daba visibilidad así que no se usaba esa ventana.
Aquella tarde, como a las 16:00 horas, escucho que me llama una mujer por mi nombre. Era imposible, ya que solo estábamos mi abuelo y yo. Me llama tres veces, me doy cuenta que la voz venía de la ventana. Me acerco, y veo que literalmente no hay nadie, y que era imposible llegar desde el otro lado, solo para mencionar mi nombre. 
Pero bueno, me lo habré imaginado.
Al día siguiente volví a escuchar esa voz, así hasta que cumplí los 6 años y dejé de escucharlo.

Recuerdo que tenía que ir a la primaria a estudiar, algunos de mis compañeros seguían siendo los mismos, otros se habían retirado y algunos nuevos habían llegado. Para mi no era problema pues mi prioridad era ser el primero en sacar buenas notas, o eso decían mis padres cada vez que me despedía de casa.
Un día la profesora, deja una actividad, constaba en dibujarse, sin embargo, yo sabía que no era bueno para los dibujos, pero quería presentar un buen trabajo, por lo que pienso en hacerme una silueta, idea que pronto sería descartado ya que puse el cuaderno tras de mi y definitivamente el cuaderno era más pequeño que mi cuerpo. No sabía que hacer, mientras todos se dibujaban, así que traté de hacerme una idea, no quedó nada parecido a mi, pero al menos tenía forma de persona.

Día 20 de julio de 2003, domingo, igual a la fecha de mi nacimiento, bueno era la primera vez que volvía ser mi cumpleaños un domingo.
Un día lluvioso, era mi cumpleaños número 6, me desperté motivado y feliz, la chica con quien siempre soñaba me había realizado una sorpresa re genial. 
Tomé desayuno, mis padres me felicitaban por cumplir un año más con ellos. La mayoría de familias que conozco, esperan a las 00:00 horas para felicitarte, sin embargo la mía, esperan a que amanezca y al despertar nos felicitamos. 
Volví a mi cuarto, y había una sombra tras de la puerta, me dijo que me sentara y que no le viera a los ojos. Yo solo decía, si es una sombra, cómo va a tener ojos. Hasta que vi sus pies, re turbio la situación en la que me encontraba,

-No tengas miedo 
*No tengo miedo 
-Aun no estás listo, pero tu etapa debe comenzar y evolucionar.
*No entiendo
-Cuando naciste, te escogí, para que fueses mi proyección a este mundo.
*¿Que tengo que hacer?
-Por ahora solo adaptarte, hoy que cumples años, te he dejado un presente bajo tu cama.
*¿Porqué no vienes siempre?
-Aún no estás listo.
Desapareció después de mencionar esas palabras, fui a revisar bajo la cama. Y era un cofre que tenía impregnado el nombre "amigo" dentro había una sombra, sombra que ingresaría al cuerpo de mi abuelo.

 



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En el texto hay: historia, ancianos, romance drama

Editado: 01.08.2020

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