Querido diario:
Es como si al decidir contarlo, un rayo de luz iluminara mi vida.
Suena algo raro, pero es cierto.
He vuelto a casa. La verdad, imagine de muchas formas el reencuentro con mis padres.
Imagine bofetadas, gritos de reclamación, quien sabe.
Pero no, lo que obtuve fue un abrazo, y un "lo siento".
Mamá me ha dicho que no quiere perder a otra hija, que la perdone por su equivocación, al tratarme así.
Y hasta que al fin lo nota.
Papá también me pidió disculpas, según él, se dejó cegar por la tristeza y a su vez cólera, por perder a su hija mayor.
Los perdoné ¿Sabes?
Pero el motivo es diferente al que crees.
La única razón por la que lo hice, por la que los perdoné, fue para sentirme mejor y eliminar un peso de mi espalda.
Es como ir soltando cadenas, deshaciéndolas.
Una vez lo dije, siempre hay luz después de una gran tormenta.
Y esta es mi luz.
Es mi oportunidad de escapar de las garras de la oscuridad.
Siempre tuya, Lily.