Episodio XIII: Un vacío con tu forma.

Le tomó a aproximadamente un mes regresar a clase, cuando llegó sabía lo que iba a suceder y así fue, al principio todo el mundo lo trató con un exceso de amabilidad, después se convirtió en la persona que ponía incomoda a las demás pues nadie sabía cómo saludar o que decir, no le preocupaba, ya lo había visto en otras ocasiones, las únicas personas que le importaban eran sus amigos, estos siempre le demostraron su apoyo. 
Depuse de un par de semanas, las cosas comenzaron a estabilizarse, las personas lo saludaban mejor, y ya no ponían mucha atención a cómo debían tratarle, con sus amigos era distinto, siempre lo trataron bien e intentaron que todo fuera como antes, en especial Jess, ella buscaba jugar con él un poco, pero entendía que no todos los días era posible porque no todos los días Zack estaba de mucho ánimo, aun así, todos ayudaron a regresar al antiguo Zack. 
Poco a poco su mente se aclaró y sus sentimientos volvieron a ser los mismos.

§

Durante un tiempo Zack estuvo tentado a usar el don, sus amigos se quejaban, Jess estaba un poco mal un par de días, el conejo de Danna volvió a enfermarse; pero decidió no usar su poder, en vez de eso afronto las cosas como una persona normal, aconsejó a Jess sobre unas pastillas para cólicos que le habían servido un día, lógicamente no le contó la historia de cómo lo había descubierto, convenció a Danna de que no era tan grave lo de su conejo y así pudieron llevarlo al veterinario. 
No importaba que sucedía, nada ameritaba usar eso que le había quitado a su madre, aunque siempre sintió que fue su culpa.

§

Zack empezó a tener rachas de días sin episodios de tristeza, eran sus mejores días, podía charlar sin problemas, molestar a Jess, hacer chistes, bromear, dedicarse a sus estudios y seguir adelante. 
Uno de esos días estaba en el laboratorio durante la clase de química, Jess, que siempre se hacía en la mesa de al lado, había salido al baño por un momento, Zack se fijó que cuando lo hizo había dejado su bolso sobre la silla, pero estaba muy cerca al borde y estaba a punto de caer, cuando comenzó a acercarse para acomodarlo, su predicción se hizo realidad, el bolso perdió el equilibrio y cayó, la cremallera estaba abierta y las cosas estaban saliéndose, hizo su mejor maniobra y logro atraparlo en el aire justo antes de tocar el suelo, cuando lo coloco sobre la silla de nuevo el celular de Jess quedó a plena vista y en su pantalla se podía leer un mensaje.

11:43 am 
James: Que bonita estas hoy Jess ;)

En ese pequeño instante la maquina se descontrolo, cosa que no hacía desde hace ya mucho tiempo.

“James...Corteja...por qué?...dolor...”

Comenzó a sentir un frio que le recorrió el cuerpo, rápidamente dejo todo como estaba, se ubicó bien en su respectivo puesto y comenzó a convencerse de que lo que había visto no estuvo ahí, Jess regreso del baño, tomó el bolso y se sentó con él en su regazo. 
La maestra solicitó que se prepararan para escribir una nueva fórmula para balancear activos y reactivos, Jess buscó en su bolso por un lápiz y no lo encontró, volteo a mirar a Zack y le pidió que le prestara uno por un rato.

- Si claro. – Respondió Zack, tomó uno de su bolso y se lo entregó.

- Te pasa algo Zack?, normalmente en estas situaciones no pierdes oportunidad de hacerme una broma, es más estas un poco serio.

- No es nada, tranquila, ya pasara. – La miro con una sonrisa fingida y se dedicó a copiar en su libreta la fórmula que estaba en el tablero de en frente.

- Entiendo, gracias.

La clase continuo, al igual que el vacío que se estaba formando en el pecho de Zack.

§

Zack había aprendido con la pérdida de su madre que las lágrimas le ayudaban a dejar fluir el dolor que sentía, pero esta vez no estaba funcionando, en su pecho había crecido un abismo que se estaba consumiendo su cordura, en ese momento lo único que podía pensar era en Jess y James, los imaginaba juntos, saliendo, divirtiéndose, felices, besándose, todas estas fantasías crueles y despiadadas que el mismo estaba imaginando le parecen muy vividas como para ser algo que el mismo estaba creando. No entienda como había sucedido todo eso, en que momento las cosas se habían dado, como pudo el perder una guerra en la que no sabía que estaba participando. Por su mente pasaban un montón de comparaciones en las cuales nunca ganaba contra James, lo conocía hace tres años, y sabía muy bien que no podría rivalizar contra el en ningún aspecto.

“Aspecto Físico: 1:0” 
“Inteligencia: 2:0” 
“Interesante: 3:0”

No importaba que aspecto de su vida comparara contra él, siempre perdería. se dio cuenta que no tenía nada que ofrecer a Jess, pero no quería perderla, no quería que saliera de su vida, no podría vivir sin un día sentir esa luz que agregaba a su vida cuando le deseaba un buen día.

“Dos opciones posibles para la situación: 1. Alejarse definitivamente 2. Aceptar la perdida.”

Podría aceptar la primera opción y decidir alejarse de Jess definitivamente, así no se martirizaría más y ninguno de los dos sufriría, simplemente dejar que el tiempo actuara y que ella se olvidara de él algún día. O, podría tomar la segunda opción, simplemente seguir siendo su amigo, dejar que las cosas entre ella y James sucedieran, esta decisión era la más dolorosa, pues seguiría viéndola, molestándole, pero en el fondo, siempre la amaría y sufriría al verla con James.

El dolor o la soledad, la tristeza o la resignación, una decisión difícil de tomar, pero ahora no tenía a nadie más que a sus amigos, y si tomaba la primera opción todo se iría por la borda, sus amigos estrían en medio de todo y en algún momento todo se fracturaría. Tomo su decisión, amaría a Jess en silencio así le costara su cordura, pues sabía que enloquecería al saber que su sonrisa no sería de él sino de otro, su amigo.

Apago las luces de la habitación, tomo un sorbo de agua, puso el vaso en la mesa de noche y se acostó, quería dormir, sabía que lo haría, pero no de muy buena manera, aunque las lágrimas le arrullarían.