¿realmente todo lo que vemos es real?
Dortmund, Alemania
Casi un mes desde la primera pesadilla
KURT
Estaba feliz y dormido cuando escuché un grito espantoso que provenía de la habitación de Hera, me asusté pensando que estaba teniendo alguna pesadilla de esas que me había comentado, quedé sentado en la cama y con la piel de gallina, me levanté lo más rápido que pude y acudí a ver cómo estaba Hera, sin embargo, quedé desconcertado con lo que vi.
Aparentemente todo estaba normal, mi queridísima mejor amiga tenía el celular en la mano mientras saltaba en la cama y gritaba de emoción.
—¿Y ahora qué te pasa pinche loca? —dije con tono molesto
—me dijo buenos días—dijo Hera mientras reía como estúpida
—¿todo este escándalo por un buenos días? Necesitas terapia—le dije mientras me acostaba.
—Señor aburrido, ¿acaso no te alegras por mí? — me refunfuño
—me alegrare por ti cuando me dejes dormir y no me despiertes con escándalos por un simple buenos días, mejor hazme de comer, con eso me mantendrías contento—le respondí mientras me arropaba de nuevo.
—¿quieres morir por intoxicación? —soltó la risa mientras se acostaba de nuevo
—Soy muy joven y hermoso para morir, lo sabes—puse mi mano en el pecho fingiendo seriedad y diplomacia.
Luego del escándalo por un maldito buenos días me volví a quedar dormido y cuando desperté Hera no estaba, supuse que se había ido a la cocina, así que decidí bajar a buscarla, pero no la encontré por ningún lado de la casa, no me preocupe porque supuse que tenía clases, así que me hice un intento de desayuno y me dirigí a la universidad.
Tuve mis clases con normalidad hasta que llegó la hora a la que siempre nos encontrábamos con Hera para volver a casa, la esperé por casi una hora dentro del carro y nunca llegó, me empecé a preocupar y decidí llamarla, sin embargo, no me contesto, decidí relajarme un poco, quizás tiene el teléfono en silencio o quizás se le quedó sin batería o quizás…
—ayúdame, Kurt—escuché antes de sentir un dolor de cabeza que me hizo cerrar los ojos.
A lo lejos se miraban escombros, un camino, un camino que se rodeaba de árboles y el ruido que había era como de una guerra, sonaban estruendos como de espadas, golpes, gritos de dolor y de angustia. Todo alrededor era un caos, pero yo solo escuchaba un grito en especial, el de Hera diciéndome ayúdame Kurt, miré hacía todos lados, pero no lograba reconocer de dónde venía ese grito, hasta que a lo lejos del camino miré un destello rojo, ese cabello es inconfundible, trato de avanzar, pero la batalla se interpone entre Hera y yo, no sé cómo pasar, lo único que se me ocurre es gritar, pero parece que no logra escucharme. De repente todo se pone oscuro y lo único que escucho es un ¿por qué no me ayudaste?
Así de rápido como vinieron las imágenes y el dolor de cabeza se fueron.
—Genial, todo esto debe ser por no dormir bien por andar viendo películas—me digo a mí mismo, pero no puedo dejar de pensar en ese último ¿por qué no me ayudaste?
Estaba perdido en mis pensamientos cuando escuché que sonaba el teléfono, mire el nombre del contacto y decía desconocido, por lo general no suelo contestar este tipo de llamadas, sin embargo, podría ser Hera, así que respondí:
— ¿Hola? —pregunté esperando que respondiera Hera y así fue
—Kurt, lo siento, estaba en la universidad y me llamaron de la oficina de la policía, parece que encontraron algo, pero no me han dado razón todavía, estoy con Volker, Él me llevará a la casa al rato— dijo con tranquilidad, pero reconocía el nerviosismo en su voz.
—No te preocupes ya te darán razón de eso, Trate de tranquilizarla, ¿quieres que vaya?— pregunté.
—No sería justo contigo, mejor ve a la casa y hazme almuerzo, me estoy muriendo del hambre-—rio.
—Está bien hermosa, me avisas cualquier cosa—al fondo se escuchó cuando la llamaron así que me dijo que ya tenía que irse y que en un rato nos veíamos en la casa.
Me siento más tranquilo luego de escuchar que esta con Volker, que está bien y que al fin me hizo caso de ir a la policía, no es que confié mucho en que encuentren algo, pero parece que todo va por buen camino.
HERA
Estaba en la universidad en mi clase de anatomía cuando me entró una llamada, obviamente no pude contestar hasta que salí de mi clase, me dijeron que tenían una pista de mi caso, por lo cual tenía que ir para recibir los avances de camino me encontré con Volker quien se ofreció a llevarme, en vista de que estaba un poco lejos acepte su oferta, mi celular se descargó y no pude avisarle a Kurt que no me iba a reunir con él para almorzar en la casa.
Llegamos a la estación de policía y tuve que esperar ya que el general Adler estaba ocupado, mientras esperaba estaba conversando con Volker y me invito a ver una película, no voy a negar que me sentía emocionada, pero le dije que tenía que ver mi horario, ya que, nunca sé que días estoy medio libre, él solo me sonrió y me perdí un rato en esa sonrisa cuando recordé a Kurt, le pedí el celular prestado a Volker para llamar a Kurt y tranquilizarlo porque conociéndolo ya tiene una historia dramática para justificar mi ausencia, estaba hablando con él cuando me llamó la recepcionista para avisarme que ya podía entrar a la oficina del general Adler.