El Ermitaño

Con las manos en la masa

 

  Lourdes dice. Voy a preparar la cena. Bella que está mirando a Eduardo voltea la cabeza. Gracias abuela, prepara algo ligero, no te voy a ayudar porque tengo que salir. Cuando Lourdes se retira Bella pregunta. ¿Enviaste el paquete?. Claro que sí, ya debe estar en la oficina de Henry. Bella le da un beso y le dice. Tenemos que ir a rescatar a un niño. 

 

  En el escritorio del eficiente detective, hay un sobre grande dirigido a él, lo toma con cautela y lo abre, de inmediato coloca la memoria en su portátil, mientras en navegador muestra los archivos lee una nota, “Es urgente los niños están sufriendo mucho” y lee la dirección del orfanato. Le da clic a uno de los videos y observa imágenes de niños siendo abusados por un hombre que se desnuda quitándose una túnica de sacerdote, en otros videos observa a otros hombres pedófilos abusando de  niños pequeños. También ve cuando el cura recibe dinero de las manos de los abusadores. 

 

  Henry no termina de ver el material, asqueado por la maldad de los adultos y compadeciendo a los niños de inmediato prepara un grupo de asalto. Vamos a caerles ahora mismo, es casi seguro que los agarramos con las manos en la masa, pongan sus cámaras a grabar. Henry a la cabeza del grupo de cuatro hombres armados llegan al orfanato son las 9 de la noche cuando entran al lugar por una ventana, en silencio.

 

 Henry abre la puerta de una alcoba donde están varios niños, tienen cara de asustados, pero parecen calmarse cuando ven que no es el verdugo, el le hace la señal de silencio poniendo su dedo en la boca. Venimos a ayudar, ¿cual es el cuarto del cura?. Todos están aterrados y no dicen nada. Quédense aquí. Cuando sale al pasillo todos se colocan frente a las puertas de las habitaciones y de una patada las abren a la vez.

 

  Encuentran al sacerdote con dos niños y las cámaras graban todo, en otra habitacion encuentran a un gordo con un pequeño de 8 años, en otra habitación tienen a dos niños, uno de 12 años y otro de 11 están amarrados, desnutridos y débiles, estaban castigados por oponer resistencia a los abusos. Los monstruos son sacados esposados al frente del orfanato donde los reporteros avisados por Henry envian la noticia a todas partes, redes, portales, periódicos,  alertando a la sociedad.

 

  En la redada detienen a 4 adultos, todos los niños son trasladados a un hospital. El detective está en la oficina y se sienta a llorar en una silla, con las manos en la cabeza. ¡Pobres criaturas, cuánto han sufrido!. Uno de sus hombres le dice. Jefe no este triste, pudimos ayudar a 18 niños a escapar de los monstruos. 

 

  En otra parte de la ciudad a esa misma noche entran dos hombres a una iglesia donde se está oficiando una misa. Bella con su disfraz de Carlos observa a un pequeño monaguillo con la mirada baja y una gran tristeza en su rostro y le pregunta a Ranier. ¿Ese es el niño?. Ranier contesta. No, ese no es, pero a él también tenemos que rescatar. Bella observa que el niño esta poniendo unas flores en un jarrón y aprovecha para acercarse. 

 

   Hola, ¿cómo te llamas?. El niño responde sin mirarla a la cara. Pedro. Bella imitando la voz de un hombre le dice. ¿Sabes donde está un niño que trajeron para acá hoy?. El niño la mira a la cara por primera vez y le dice.  El está en la casa del padre Lucio, está esperando que el cardenal Walter venga por él. Bella nota su cara de tristeza y quiere abrazarlo y consolarlo. Gracias Pedro, ¿te gustaría vivir en una hacienda y aprender a cultivar?. Me encantaría. Contesta el niño con rapidez.

 

   Bella llega a donde está Ranier. El niño está en la casa del cura esperando que el cardenal Walter venga a por él. Los dos hombres salen a la calle y suben al auto, enseguida se les une Eduardo que estaba espiando la casa del cura. El niño está en la casa. Informa Eduardo, Bella le cuenta lo que saben. Esperemos que venga el cardenal y lo seguimos, mientras tanto se puede poner una cámara de vigilancia en la alcoba de este cura, la puerta de atrás está abierta y el niño está dormido en un sofá.

 

   Yo voy. Se ofrece Ranier y se va rápidamente a la casa, mientras Bella entra a la iglesia a espiar por si alguno va a ir a la casa del cura que queda detrás de la iglesia, en unos minutos la misa termina y Bella le avisa por la radio a Ranier. Ya termine, estoy en el auto. Escucha a Ranier por los auriculares.  Bella sale de la iglesia y entra al auto, los dos hombres están tomando café. Eduardo le pregunta. ¿Te busco un café?, mi amor.  Si, por favor.

 

  Se quedan montando guardia, al cabo de 30 minutos llega el cardenal. Observan cuando el niño sube al auto y se marchan, Eduardo lo sigue a una distancia prudencial, llegan a una casa con un gran jardín, el garaje está abierto y entran en el auto. Desde lejos los ven  bajar y perderse de vista en la casa. Ranier entra cautelosamente por el garaje y entra a la casa, se esconde y escucha cuando el cardenal le dice al niño. Este es tu cuarto, pero hoy vas a dormir conmigo, te voy a cuidar para que no tengas miedo. 

 

Vamos a comer algo, tengo hambre, hoy no he cenado. Ranier aprovecha que se van a la cocina y pone una diminuta cámara en la alcoba del cardenal y sale rápidamente, cuando va a salir encuentra la puerta del garaje cerrado. Puedes salir por la puerta de atrás que no tiene seguro. Escucha la voz de Eduardo por los auriculares y contesta. Tengo que esperar, ellos están en la cocina. 



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En el texto hay: persecucion, secuestros, atentados

Editado: 03.09.2024

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