Los dos hombres regresan a la granja y Eduardo le cuenta a Bella lo que vieron. Tenemos que hacer algo, ponemos cámaras de vigilancia, al frente y si podemos adentro también, podemos donar un TV. Así captamos a los involucrados y también cuando trasladan de lugar a los niños. Eduardo dice. Es la misma banda, tiene un centro de operaciones aquí.
En la noche Eduardo y Renzo vestidos de técnicos de Internet, colocan cámaras al frente del refugió, Eduardo compra un TV y le coloca una cámara y deja a Renzo encargado para que lo done al siguiente día. La familia de tres acompaña a Bella y Eduardo al aeropuerto, y se marchan esa misma noche. En unas horas llegan al aeropuerto privado y se dirigen a la mansión. Quería ir a hablar con Ranier, pero estoy muy cansada. Dice Bella mientras se quita la ropa para darse una ducha.
Al siguiente día bien temprano se reúnen en casa de Lourdes. Tengo mucha información, el tipo ese que siguió a Cero el otro día, lo vi llegar al orfanato de donde se llevó todos los niños Ana de la Rosa, y ofreció traer niños. Los niños que estaban en la casa de Ana fueron llevados a la isla. Fuimos a la isla por la noche y pusimos cámaras de vigilancia, el fin de semana que viene esperan la visita de los monstruos pedofilos. Eduardo contesta. Tenemos suficiente evidencia para que les caiga el FBI.
Si, tenemos mucha evidencia, y puedo ir a la isla en la noche y recuperar las cámaras. Bella que estaba muy callada dice. Si, es mejor dejar eso en manos de la policía, son muchos niños y muchos los involucrados, también tenemos un caso con el orfanato que vendió los niños a Ana, las conversaciones y todo lo que hemos investigado, para que los atrapen, quizá cuando reciban los niños nuevos y los agarren infraganti. Ranier, ocúpate de armar todo, con las imágenes, conversaciones y toda la evidencia registrada. Ranier haciendo el saludo marcial expresa. ¡Sí señora!.
Bella y Eduardo se dirigen a la granja, pero antes en un supermercado, compran galletas y chocolates para llevarle a los niños. Cuando llegan los niños están preparados para ir a la escuela, en un microbús Julian el amable agrónomo los lleva y los busca cada día. Eduardo reparte a cada uno un paquete de galletas y una barra de chocolate. Bella se despide de los niños y entra a hablar con Violeta.
¿Cómo está todo por aquí, amiga?. Se saludan con un abrazo. Está todo bien, los niños superando sus traumas, estudiando, sembrando, jugando y viviendo un día a la vez. Le pregunté a Marco si quería vivir con su papá, respondió, “No hay lugar para mi en su vida”. ¿Y cómo te fue a ti en México?. Muy bien, Robert y su familia estaban felices, fue un encuentro conmovedor. Violeta sonríe y dice. Me alegra mucho que estén juntos.
Este fin de semana nos vamos a las montañas, si necesitas algo, me avisas. Violeta le dice dándole una palmada en la espalda. Ok amiga, ve tranquila, mereces un buen descanso, estaremos bien, no te preocupes. Gracias, ¿Anita cómo está?. Pregunta Bella. Ella va muy bien, se ve feliz, sonríe y juega con todos, es una niña muy dulce, siempre pregunta por ti y por Eduardo.
Bella sale a hablar con Juana que está recogiendo unos tomates del huerto. Hola, Juana, puse en tu cuenta y en la de tu esposo un bono especial, para que se compren ropa y lo que necesiten. Juana sonríe feliz. Gracias, siempre tan gentil y amable. La pareja se marcha de la hacienda, por la carretera se encuentran con Julian y se detienen. Julian, quería consultar contigo, ¿crees que sería bueno comprar más vacas?. El buen hombre responde. Las que tenemos son suficientes, algunas están preñadas y tendremos más. Se despiden y cada quien sigue su camino.
En la mansión de Eduardo almuerzan con Lourdes y Bella le dedica el resto del día, ha estado sola estos días. Salim y ella se llevan de maravilla y ha sido muy buena compañía para la abuela. Eduardo recibe una llamada de Renzo. Se llevaron a varios niños en una camioneta vans, color blanca. Los seguí y salieron de México. Te voy a enviar algunos videos, registraron la placa del vehículo y a los hombres claramente. Gracias Renzo, el FBI se encargará de ellos.
Eduardo le envía a Ranier los videos para que los incluya en el paquete de evidencias y las coordenadas del refugió de México. Ranier y Arbey en la noche desembarcan en un lado de la isla oculto por la vegetación, caminan sigilosamente. Espérame aquí, yo voy solo. Ranier entra por la puerta de atrás y toma la primera cámara, solo le falta una cuando ve venir a Ana de la Rosa hacia donde él está.
Se oculta rápidamente debajo de la mesa y espera, cuando la mujer sale de la cocina, él camina hacia una sala de estar y saca la cámara de detrás de un cuadro, sale al patio y se reúne con Arbey que lo espera detrás de un árbol. Corren hacia donde dejaron la lancha y se pierden en la oscuridad de la noche. Desembarcan en el muelle de la empresa de Eduardo, Ranier se sube al auto y se dirige a la mansión de Lourdes.
En la casa Ranier arma dos paquetes con evidencia incriminatoria, agrega conversaciones e imágenes y también las imágenes y evidencias que le entregó Arbey. Aún le falta observar los videos de la cámaras de la casa en la isla, está muy cansado y se queda dormido recostado en el escritorio. El timbre de la puerta lo despierta, es Arbey que regresó para colaborar con el trabajo, también trajo pizzas para cenar.