-¿Y cuándo lo puedo conocer? - pregunta Ingrid rompiendo el silencio.
-¿Lo quieres conocer, de verdad? - sorprendida pregunta Klarrisa.
-Si, porque no cuando ya buscamos la solución a su situación.
-Por mí no hay problema - sonriente dice Klarrisa. - Te gustará.
-Klarrisa, me traes los papeles de la mesa - pide Reynaldo.
-Aquí tiene, señor - dice Klarrisa dejándolos en la mesa.
-Gracias - dedicándole la sonrisa dice. - Señorita, que no me enteré de que te escapaste del trabajo - la advierte papá.
-No voy, papá - con la risita contesta.
-Hoy hay muchos huéspedes en la playa - dice Azar a Baldo.
-Mejor, no te quejes que nos toca una buena parte por eso.
-No me quejo solo comento.
-Si como que no te conozco. Cuando hay muchos huespedes no te puedes escapar hasta dónde está Dia.
-¿Qué puedo? Cuando no puedo sin mi corazoncito - ambos rompen a reír por lo cursi que sonó.
-Baldo, te presento a mi mejor amiga Ingrid - dice sonriente Klarrisa depositando la cabeza en el hombro de Ingrid. - Y bueno Ingrid, aquí lo tienes mi famoso novio.
-Hola - se saludan en el mismo tiempo para presentarse oficialmente.
-Mucho gusto Baldo Engenc - extendiendo la mano con la sonrisa.
Ingrid acepta la mano, presentándose, sonriendo:
- Ingrid Valdez, mucho gusto. ¿Quieren entrar o nos quedamos en la calle?
-Vamos a dentro si no te molesta.
-No, solo que sepas, mi mamá llegará pronto.
-Por mí no hay problema, me daría gusto saludar a tía Eva.
-¿Entonces tú trabajas en el hotel? - dice Ingrid cuando se sentaron.
-Si es mi primera temporada. ¿Tú, a qué te dedicas?
-Vendo las entradas en el ingreso del cine - dice sonriendo Ingrid desde la cocina.
-¿Quieres? - Pregunta Ingrid ofreciéndole a Baldo la cerveza.
-Esa bien.
-Espero que te sea aceptable - dice mirando a Klarrisa.
-¿Puedes dejar de ser tan prejuiciosa? - con la voz irritada pregunta Klarrisa. - Claro que la puedo tomar hasta fue lo que a escondidas tomábamos - informa harta.
-Ok, perdón. Ya me di cuenta de que lo que nos hicieron dejo más secuelas en mí que en ti.
Baldo las mira bebiendo de la botella con la ceja fruncida por no saber de qué hablan, por lo que se atreve a preguntar:
- ¿No me entrometeré si preguntó qué les pasó? Porque tú nunca la nombraste Klar.
A la pregunta de Baldo, Klarrisa e Ingrid se miran en silencio sin que ninguna diga nada.