-¿Cómo van las cosas en tu casa? - pregunto.
-Mal... Mis padres no se hablan, mi madre está enojada, mi papá está durmiendo en el cuarto de visitas y Óscar... Óscar, Óscar, no sale de su habitación - dice entre pesados suspiros. - Está sumido en una depresión, dilema en... - se detuvo y suspiro. - Los dos nos encontramos en lo mismo, no sabemos qué creer.
-¿Y Ingrid? - pregunta en voz apagada, sintiendo que preguntarlo puede ser cosquilloso.
-De Ingrid... No sé nada. No me atrevo a llamarla - continuo después de una pausa. - No me atrevo a verla, no sé cómo verla en los ojos, no...
Después de un rato callada, continuó:
-No sé cómo voy a mirar - suspirando se detuvo. - Esto todo es tan... Nos afectó a todos. Y más, parece que lo logro. Desde que se enteró de la posibilidad, que existe de que Ingrid... No la ha vuelto a ver... Ya no se hablan, no se ven, se alejó completamente.
Se quedaron callados, acompañados por la pesada carga que siente y que invade todo su cuerpo.
-Hola, Klarrisa - la saludo Ingrid cuando contesto.
-Hola - dijo con pesar.
-Mira - dijo Ingrid, suspirando. - Yo no puedo con esa incertidumbre... Es que nuestros papás dicen que no, no es verdad, pero yo... Me carcome. Sé, mamá no es capaz de mentir y le creo, pero también... No sé.
Después de una pausa, ella continúa hablando:
-Ya pasaron días y... No estoy capaz de contactar a Óscar y veo que él tampoco.
-No sé qué decirte. Esto es difícil para mí también.
-Lo sé y por eso he decidido hacer algo y necesito tu ayuda.
-Por supuesto. ¿Dime qué es?
-Quiero... - comenzó decir. - ¿Nos podemos ver? - pregunto, cambiando el tema. - Es que e... Estoy caminado por la playa... No quiero hablar de esto por el teléfono. ¿Puedes venir y?
Aprovechando el silencio hablo:
-Ingrid, yo no estoy capaz de verte... Me da miedo, no sé cómo voy a reaccionar, no... - se detuvo suspirando. - Tú siempre fuiste mi hermana de... Y a mí esto, no sé... Más de que es... Traición a mi madre... Yo fui tan feliz con saber que Óscar y tú y ahora. No sé...
Le explicó con dolor por el que le fue difícil hablar.
-Ven, por favor - la pidió Ingrid. - Pienso que podemos poner fin a eso - y colgó.
Teniendo el edificio en frente, unos nervios e inseguridad la invaden, por lo que pregunta:
-¿Estamos seguras de hacer esto? - pregunta, nerviosa de repente.
-¿Tenemos algo más que perder? - preguntó Ingrid con seguridad. - Hagamos o no, vamos a perder, pero si el examen sale negativo...
-Ganaremos - termina, poniendo los nervios a lado.
-Vamos - dice, caminando hacia la recepción.
Llegando hacia la recepción dice:
-Buenos días, queremos hacernos una prueba de ADN - la mira buscando su aprobación.
Unos minutos después salieron apretando la mano de la cual les sacaron la sangre.
-¿Le vas a contar a tu mamá? - pregunta.
-No. Ella asegura que no es verdad y diciéndole solo empeoraría las cosas.
-¡¿Qué hicieron qué?! - pregunto Baldo, más que sorprendido.
-¿Por qué te sorprendes tanto?
-Es que no me lo esperaba - respondió aturdido aún.
-¿Que quisieras que hagamos?
-Sí, bueno, puede ser que tienes razón y que la única manera de resolver esto es haciendo una prueba, pero... Es fuerte.
-Son pasos de... Dos desesperadas - le aclaro.
-Te estás insultando - le dijo.
-Supongo.
-No sé por qué estás tan dura contigo misma.
-No soy dura conmigo misma ni es nada por el estilo, es que esta cosa de verdad nos afectó a todos. Principalmente a ellos dos. Yo con el tiempo podre vivir con la respuesta que van a llegar ellos... Ellos no.
Después de un silencio continuo:
-Esa prueba va... Esa prueba puede destruir sus vidas para siempre. Por eso necesitamos hacerla. Para saber qué punto van a tomar nuestras vidas desde hoy en adelante - expreso toda su razón y los sentimientos.
Exhalando, Baldo hablo:
-Fuerte...
-Sí. Es fuerte, pero no creo que a mis padres les importa tanto.
-¿Se los has dicho?
-Por supuesto que no, no lo sabe ni Óscar.
-Estás bien. Supongo que entonces será un secreto entre ustedes dos.
-Sí, hasta que no vienen los resultados, nadie sabrá que los habíamos hecho.
-Bueno - dijo en tono alegre. - Tu ánimo me dice que me aceptas una salida - dijo, cambiando el tema por uno más agradable.
-Baldo, yo te acepto lo que quieres.
-Me gusta eso escuchar.
-A, sí - dijo jugona.
-Sí.
-Bueno, ¿qué tenías en mente?
-En mente... no tengo mucho - dijo, haciendo el plan. - Pero, supongo que... una cena tú y yo. En la playa.
-¿En la playa, como piensas hacer eso?
-No sé. Podemos organizarlo aquí en el hotel.
-Eso requiere mucho dinero - razono.
-Lo sé... Estoy trabajando aquí. A pesar de que no sé cada precio de memoria, supongo que no es barato tener todo eso preparado.
-No, no lo es.
-Pero, ¿no crees que podríamos aprovechar un poco de la situación y convencer a tu papá?
-¿A mi papá?
-Sí, podría darnos un precio más bajo.
-No creo que aceptaría algo así.
-Y yo... Lo opino al contrario. Mira, tomamos en cuenta que su hija está de... Muy agobiada - cambio de palabras. - Que él lleva parte de la culpa y que con una cena romántica podríamos levantarle un poco el ánimo.
-Eso es como un chantaje.
-No importa. Lo importante es que lo logramos.
-Además... Podría ser la última que tendremos - informa, bajonado.
-¿Qué te refieres con eso?
-Klarrisa, los predios de los estudios van a agotar lo que estoy gane este verano y sabes que el hotel no mantiene muchos empleados fuera de la época.
-Sí, lo sé.