El es mi narcotraficante

Capítulo 4: Pasado IV

A la media noche, Josh coge a su hijo y a Ray, los mete en el coche y se los lleva. Karen al sentir movimiento se piensa lo peor. 

Se hace la dormida hasta que su marido abandona la habitación; una vez que se va, se levanta de la cama y se asoma al ventanal de su habitación cuando escucha el coche irse. 

Dentro del coche Maik y Ray están en silencio y confusos, no saben que es lo que está pasando a su alrededor.

  • - Jefe, ya han abandonado el hotel ¿dónde está? - pregunta Dan.
  • - Ya estoy llegando.

 

En cinco minutos, están pisándoles los talones a los Cavano, los vigilan muy de cerca. 

Están llegando a la casa de Leonora, los Cavano siguen su camino, cuando Josh baja su ventanilla, saca su brazo con una pistola y dispara a las ruedas del coche. 

Eso provoco que Nathan pierda el control del vehículo. Para el coche, baja y se aproxima al coche de los Cavano para ver si han sobrevivido. 

Maik y Ray también bajan del coche para ver lo que se propone hacer su padre. Cuando ven que saca el arma se sorprenden. Escuchan dos disparos, se acercan y ven los dos cadáveres inertes, sin vida de los Cavano. 

Unos metros más allá se encuentra la casa de Leonora; Josh manda a uno de sus hombres a llamar por el teléfono y comunicar lo que ha ocurrido. 

Josh, Maik, Ray, Dan y Marcus se dirigen a sus coches y se esconden cerca de la casa de Leonora. Unos minutos después de la llamada a emergencias, cuatro coches patrullas aparecen en el lugar del siniestro. 

Recogen los cadáveres y hacen sus investigaciones, recogen todo y un vehículo de policía se dirige a la casa de Leonora. 

"Toc-toc" se escucha desde la puerta de la entrada. Leonora se levanta del sofá donde se encuentra viendo la televisión. 

Oyen las lentas pisadas de la señora, coge el pomo y lo gira para abrir la puerta. 

 

  • -¿Es usted la madre de Kissa Cavano? - pregunta uno de los oficiales.
  • - Si soy yo. - responde la anciana señora.
  • - Lo sentimos mucho, sentimos comunicarle esto pero su hija y su marido han sido asesinados. No sabemos exactamente lo que ha sucedido, pero hemos abierto una investigación. -mientras la policía le comunica lo ocurrido, la mujer se derrumba y cae al suelo de rodillas.

 

Kira escucha un estruendo en la planta baja, se levanta rápidamente de la cama y corre escaleras abajo para ver quien ha hecho ese ruido. De repente, se encuentra con su abuela arrodillada en el suelo y un oficial en la puerta. 

A lo lejos, Josh, Maik, Ray, Dan y Marcus observan la "trágica" escena. Maik no deja de mirar a la pequeña niña de ojos caramelos y ese peculiar pelo rojo; no deja de ver la inocencia de esa mirada. De pronto, con la buena vista que tiene, ve los ojos de la la pequeña humedecerse y como caen pequeñas lágrimas por su mejilla. 

 

  • -Papa, ¿Qué es lo que has hecho? - pregunta Maik abrumado.
  • - He hecho lo que tengo que hacer. Ya lo entenderás cuando seas un poco más mayor, que para eso se te está entrenando.

 

Maik aparta la mirada y se va al coche con Ray a esperar a que el asesino de mi padre lo vuelva a llevar a casa. 

Leonora se repone por la pequeña, la sienta en el sofá y le cuenta lo que ha sucedido omitiendo la información de que fue provocado. Decide dejárselo por escrito en una carta la cual recibiría cuando cumpla los dieciocho años. 

Kira empieza a llorar de nuevo, no entiende lo que pasa a su alrededor porque todavía es pequeño. Después de asar toda la noche consolandola ambas se quedaron dormidas. 

A la mañana siguiente, Leonora se despierta para hacer el desayuno a la niña, Kira despierta con los ojos hinchados de tanto llorar. 

... 

A la madrugada, llegan a casa, Maik baja del coche con la cabeza agachada, cierra de un portazo y entra sin escuchar a nadie. 

  • - ¿Qué te pasa cariño? - pregunta Karen preocupada. 
  • - Lo siento mama, no tengo ganas de hablar, no te preocupes ¿vale? -responde Maik. 
  • - Lo siento señora Evenson, está algo impresionado. - responde Ray. 
  • - ¿Qué ha pasado Josh?¿Por qué le haces esto a nuestro hijo?-pregunta Karen. 
  • -Ya es hora de que crezca. Es hora que se preparé para heredar todo este negocio, porque yo no estaré siempre. 

 

Karen se aleja de su marido y decide dormir en otra habitación, coge sus cosas y cierra la puerta tras de sí. 



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En el texto hay: amor bandas rivalidad

Editado: 22.12.2019

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