El Ganador

Capítulo 11: Una Mujer Bella

Capítulo 11

 

Una Mujer Bella

 

Acordaron encontrarse en el Eleven Madison Park, un restaurante de primera categoría que quedaba en el mismo centro de la ciudad. Unas imponentes fuentes de agua se encontraban ubicadas a la entrada del salón. Butacas en fina madera y un menú de degustación tan costoso como exquisito.

Gerard ya se encontraba junto a su amigo Enzo D’aleccio, estrella del futbol del equipo que ostentaba el campeonato mundial. Más que eso, una celebridad en ciernes y siempre en la mira de las revistas en boga. Sus ganancias se contaban por millones y su fama de playboy le acompañaba a todas partes.

El camarero les sirvió los tragos y charlaban animadamente. De vez en cuando, Gerard miraba hacia la entrada con la esperanza de ver aparecer la mujer que serviría de señuelo para lograr que su amigo hiciera la promoción. Comenzaba a inquietarse, una oportunidad como esta tal vez no se repetiría en buen tiempo. No tenía idea de a quien se suponía que esperara y le aterraba pensar que en el último minuto Ellie no consiguió la persona. O que la chica no fuera lo que esperaba. Un mensaje de texto le hizo recuperar la tranquilidad.

“Ya va de camino…” —leía el mensaje.

Gerard y Enzo se encontraban riendo y recordando viejas anécdotas cuando notaron a una joven mujer de belleza cautivadora caminando en dirección a su mesa. Mientras se desplazaba por el centro del salón, fue dueña de todas las miradas. Traía un vestido azul celeste ceñido al cuerpo que moldeaba su silueta delicada y femenina. Los zapatos de tacón alto la hacían ver aún más espigada. La piel clara y reluciente se notaba suave y tersa y en su precioso rostro ovalado, sus grandes ojos verdes enmarcados en largas pestañas capturaban toda la atención. Sus labios rojos carmesí formaron la curvatura de una sonrisa al llegar.

Los dos hombres enmudecieron al tenerla cerca.  

— ¡Querido Gerard! ¡Que gusto verte! —saludó vibrante la joven.

Gerard tartamudeó al principio. Luego se compuso y se puso de pie para saludarla con un abrazo.

— ¡El gusto es mío en verte! ¿Qué andas haciendo por acá? —preguntó, siguiendo el juego, esperando estar haciéndolo bien.

La chica mostraba un coqueteo en todo su esplendor con cada palabra y cada movimiento, haciéndolo con tal maestría que hasta el propio Gerard luchaba por no confundirse.

—Te cuento que quedé con una amiga para encontrarnos aquí pero…vaya fiasco con esta chica…que parece que ya no viene y ni siquiera responde mis llamadas. En fin, que me voy porque detesto comer sola y en especial no es agradable el plantón…—explicó con total encanto y dulzura.

—No te vayas, quédate con nosotros y acompáñanos…—invitó Gerard.

—Por favor, no podría hacer algo así…

—Insisto...

—No creo que deba…estaré interrumpiendo…

—Escúchame, estamos en confianza. Mira…te presento a mi amigo…

La chica mira al hombre que no ha despegado los ojos de ella ni un solo instante, admirando embobecido su belleza.

— ¡Por todos los cielos! Jamás hubiera imaginado que eras amigo de Enzo D’aleccio…—interrumpe la chica.

Enzo se pone de pie al instante y le extiende la mano con completa cortesía y caballerosidad.

—Veo que me ha reconocido…Enzo D’aleccio a sus órdenes. Y no se preocupe, es un honor para nosotros que nos acompañe a la mesa.

—Será entonces un placer, Enzo —dice a la vez que se sienta en la silla que Gerard ha tenido la gentileza de ofrecerle.

— ¿Puedo preguntarle como sabe de mí? ¿Es usted fanática del futbol? —pregunta Enzo, intrigado ante tanto derroche de belleza y simpatía.

—Tan seguidora como el resto de los cuatro mil millones de fanáticos en todo el mundo…—afirma, sonriente, desquiciadamente seductora.

— ¿Y qué tanto sabe de mí? ¿Apenas mi nombre?

—Máximo goleador del equipo nacional con un record de 734… ¿acerté? —pregunta, sonriente, segura de lo que dice.

—Impresionante…—responde Enzo, incrédulo ante ella.

Gerard se ha mantenido en silencio, observando como la joven se desenvuelve con tanta confianza y desenfado. Ellie no pudo hacer una mejor elección.

—Ya veo que tienes bien registrados los datos. ¿Eres así siempre con las cosas que te gustan? —pregunta Enzo.

—En verdad, me encanta muchas cosas. Pero dime que tema te interesa y ya te respondo…—le guiña un ojo mientras lo reta.

Enzo no pierde oportunidad. Esta mujer ha demostrado poseer algo más que belleza. 

—A ver…hablemos de ciencia…

—El nuevo descubrimiento es la célula híbrida que se distingue por ser un medio camino entre las neuronas y la células gliales.

— ¿Política?

—Abdel Fattah El-Sisi ha sido elegido como el nuevo presidente de Egipto…

— ¿Astronomía?

—La tierra se encuentra a 149.95 millones de kilómetros con respecto al sol.

— ¿Qué tal sobre astrología?

—Sagitario y Acuario son los signos más compatibles del zodiaco.

— ¿Farándula?

—Joe Jonas y Sophie Turner acaban de anunciar su separación —acabó contundente.

Desde lo más serio hasta lo más trivial, la joven supo responderle.  A ambos hombres les costó dar crédito a sus oídos. Lo que nunca supieron fue que la joven sentía el corazón retumbándole en el pecho, intentando demostrar una confianza que no estaba segura de tener. No obstante, el objetivo estaba en penumbras y ella estaba encantada de iluminarlo.

Aquella noche estuvo llena de risas, miradas cómplices, picardía, un leve roce de manos, algunas palabras al oído. Un completo desfile de seducción.  

Luego de haber confraternizado y habiendo degustado de la comida y su compañía, la joven se despidió.

—Ha sido una noche encantadora. Vaya…hasta me alegro del plantón que me ha dado mi amiga porque así pude charlar contigo Gerard…y por supuesto fascinada de conocerlo a usted, señor D’aleccio.




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