Cap. 10 No dejaré que me quiten a mi gato

“El gato es el único animal que ha logrado domesticar al hombre”

Abigail miraba con atención todo ese ataque y no le pareció justo; Brian había pasado por muchas cosas y ahora lo atormentaban con esas tonterías, entonces lo fue a buscar, le llevaba un obsequio al gato y tenía una idea en mente.

Cuando Brian abrió la puerta preguntó:

—¿Vienes en son de paz?

—Vamos, sé que está siendo duro todo; sin embargo, tengo una idea.

No tenía claro ya nada, todos los Ceos estaban tras el contrato de Cats y Dogs, querían que le quitaran al gato, había uno que filmaba como tenía a su gato y ese gato vivía como un príncipe, todos eran extravagantes en sus post.

—Tengo una idea, si ellos pueden tú también puedes.

—¿Insultarlos?

—Mostrar cómo eres con Míster Fritz.

No entendió hasta que el gato le saltó encima y ella sacó su móvil y le tomó una foto.

—Voy a crearte un blog de tu experiencia con Míster Fritz, se llamará Míster Fritz, el gato del CEO.

Él sonrió, por fin, una buena idea, ni a su equipo se lo hubiera ocurrido. Abigail comenzó a redactar lo que Brian le comentaba.

“Nunca tuve una mascota, eso tal vez me hizo actuar como lo hice, ahora que conozco a Fritz, me siento muy bien, él es feliz… Me despierta media hora antes de que toque mi despertador y le gusta está pelota—la mostraba—adora está pelota”.

“Odio a esa pelota, men”, pensaba Míster Fritz, “Se apuesta mejor que yo…”.

Se la mostraba Brian y el gato saltaba sobre ella, se enredaba con ella, giraba clavando sus uñas y Abigail sonreía conmovida de ese gesto.

—¡Mira lo feliz que es!

Le dio ternura ver como mostraba sus dientes intentando morder la pelota y esta se iba y él volvía a la carga.

—Sonríes—dijo ella—sonríes por él.

—Para nada…

—No es malo sentirte bien con un gato, por cierto te traje algo…

Sacó un chaleco pequeño y él lo analizó.

—No me queda.

—Es que no es para ti.

Tomó al gatito y le colocó el chalequito y jaló de la parte de arriba y salió un cordón:

—Es un arnés para gatos, son extraordinarios y te permiten pasear con tu gato.

Le tomó una foto con el arnés y se veía como tonto, pero lindo.

—Tenemos que estrenarlo.

Lo llevaron a dar una vuelta y el gato caminaba y todos lo miraban y algunos le tomaban fotos, por lo que se dio cuenta de que le encantaba ser el centro de atención.

Luego tuvo que limpiarle las patitas con un paño húmedo y a descansar, Abigail se emocionó y dijo de pronto:

—El blog ya tiene diez mil seguidores y se ha abierto una encuesta, sobre si estás queriendo al gato o no…

—¡Qué locura!

La joven entusiasta le dijo:

—Es bueno que la gente se mueva, es normal, esto causará tendencia en redes.

—Solo quiero mi vida de siempre.

Ella le dijo entonces:

—Ya no tendrás la vida de siempre, ahora tienes un gato y es mejor.

Miró al gato en su camita hecho caracol, no sabía que sería tendencia en redes, con lo último subido el blog creció más y eso empezaba a ponerse denso.

¿Quién tiene la razón?

Era casi media noche y Puchi estaba despierto, todo lo que había visto en ese video lo tenía pensativo, uno de sus perros, pastor alemán, se le acercó y comenzó a lamerlo:

—Hermoso York, sí estoy preocupado.

Sus mascotas comenzaron a rodearlo, había varios perros y gatos de todos los colores, todos sentían cuando su amo estaba estresado e iban a darle la paz que necesitaba.

—Mi manada favorita—besaba a cada uno.

Un gatito chiquito se le acercó y él lo subió a su regazo, York apoyó su cabeza en él y entonces les contó:

—Es un dilema esto que sucede con Míster Fritz, hay gente que desea dañarlo y no me gusta que dañen a uno de los míos.

El anciano entonces le contó:

“El dueño era un millonario llamado Abel Simons, el cual lo había adoptado de dos meses, lamentablemente al enfermar Simons le deja el gato a su mejor amiga, entre comillas la modelo Kelly Robert, modelo top del momento, según dice ella lo recibió y luego lo entregó a su exnovio y aduce que no esperó que este lo maltratara”.

Uno de los gatos negros que tenía comenzó a lamerse la pata y miraba a su dueño como diciéndolo que ese asunto era una falacia. Esa acción llamó la atención de Puchi que le dijo: