El gato del Ceo

Cap. 16 Desastre total

“A los gatos no les gustan mucho los cambios, especialmente si no han sido decididos por ellos”

Roger A. Caras

Brian estaba de pie mirando la calle sin dar crédito de lo que le habían dicho, por más disculpas que le diera el dueño de la veterinaria, lo cierto es que ya no tenía a Míster Fritz.

 

Abigail esperaba que él fuese por ella y miró la hora no aparecía, temió un retraso mayor y entonces lo llamó y estaba el número ocupado, llamó a Tania que le contestó:

—Hola, Tania, esperaba que Brian me recogiera y no ha llegado.

—Pasó algo…

—¿Qué pasó?

La joven llorando le dijo:

—Se robaron a Míster Fritz.

—¡Qué!

—Sí, Brian está destrozado, ven pronto.

Ella tomó un taxi y se apersonó en el departamento y al llegar vio al equipo de Brian con carteles con la imagen de Míster Fritz.

—Tenemos que encontrarlo.

—La presentación es mañana…—dijo un chico.

—Al diablo la presentación, tenemos que hallarlo—dijo fuera de sí.

Abigail tomó una de las volantes y vio que ofrecía una recompensa de diez mil dólares.

—Brian.

—Se lo llevaron, tal vez si ofrezco dinero me lo devuelvan.

—Calma…

—¡No me puedo calmar!—gritó—Necesita tomar su medicina y comer su comida de dieta, no sé quién se lo llevó y… Si le hará daño, es pequeño e indefenso.

Roger le dijo entonces:

—Colgué la noticia en el blog y la recompensa, está causando conmoción en redes.

 

Cats y Dogs se entera

La secretaria de Puchi entró alarmada ante la noticia e interrumpió una charla que el mantenía con un siamés un poco rebelde:

—Las malas acciones siempre traen consecuencias, si muerdes eso te hará que tu manada te rechace.

—Señor, disculpe… Tiene que ver esto.

Se acercó con su tableta y le mostró la noticia del momento:

—¡Raptaron a Míster Fritz!

—Eso dicen, hay una recompensa que Rosenberg puso de diez mil dólares al que lo devuelva.

Puchi analizó la situación y tiró para atrás en su silla giratoria:

—Esto sucede justo cuando debo de ver al gato por segunda vez.

—Alguien quiere sabotear a Rosenberg.

—Y hacerle daño al gato, eso no lo permitiré, convoca a una rueda de prensa.

—Señor…

—Anda, luego sabrás lo que diré.

Meterse con un hombre era una cosa, tocar a un animalito indefenso otra y eso constituía la guerra.

 

Prisionero

Kelly lo llevó a su departamento y allí lo dejó, su esposo llegó y escuchó los maullidos del gato:

—¿Qué pasa?

—Tengo al gato—dijo triunfal.

—¿Al gato de Brian?

—Sí…

Él lo fue a ver y lo vio molesto en la jaula:

—¿Cómo lo hiciste?

—Lo hice y punto, mañana no tendrá nada que presentar.

Clark vio las redes y la recompensa, entonces le dijo a su novia:

—No será tan fácil, mira lo que ha puesto en redes.

Ella vio la cantidad y dijo fastidiada:

—¿Tanto por un gato?

—Dice que el gato es delicado de salud, come alimentos light y toma medicamentos… Este gato está enfermo.

“Enfermo mis patas…”

Maullaba más alto.

—¡Cállate, maldito gato!

—Tal vez no le guste estar encerrado.

“Tienes posibilidades, men”

Abrió la jaula.

—¿Qué haces?

—Tal vez quiera ir al baño, no sé, tomar agua…—lo sacó.

Puso su mirada de maloso sobre Kelly:

—No me das miedo, gato.

“Si fuese un gato vampiro te caerías del susto, bruja”

Clark se asustó y le dijo:

—Te llevaste al gato, si te descubren puedes ir presa por ello.

—Me disfracé…

—Kelly, estas llevando muy lejos todo esto.

Míster Fritz daba vueltas por la sala y se subió al mueble.

—¡Bájate de ahí gato!

Le dio con un cojín y Clark la detuvo.




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