El gato que ha intentado suicidarse 7 veces (editando)

Capítulo 7

Ha pasado 3 días desde que Wesley desapareció, nadie me da razón de él y no sé si avisarle a la policía, puede que sea imprudente y él este… Un río de pensamientos desborda de mí, mujeres, problemas, alcohol o todo a la vez. Llamo a la persona de los mensajes pero me pasa a buzón, llamo a Rosy y pregunto por él. -Hola Rosy, ¿Has hablado con Wesley? ¿Sabes algo de él?- Le digo algo impaciente. - Hola, Tam. No nada, no sé de él ¿Discutieron?- Pregunta preocupada. - No nada, estábamos bien y sólo se fue- Le espetó. -¿Cuándo se fue? -Pregunta Rosy. -Hace tres días… Recibí un mensaje que…- Me quedo callada y pienso que estaría mal en decirle, quizá haga mucho drama contándole. -¿Qué? ¿Qué decía? – Ella me espera en línea-Rosy contesta ¿Lo mataron? Sería un alivio. - No nada, él está bien, adiós- Cuelgo llamada escuchando a Rosy que no le cuelgue. Pasan otros 3 días Y Wesley regresa muy campante, ni si quiera se percata que estoy preocupada, se dirige derecho a la habitación, toma dos valijas y empaca muestras cosas, toma una tercera valija para echar la computadora y algunas cosas más. Yo sólo observo toda la escena en la puerta de nuestra habitación, luego veo que toma mi bolso de salir Y lo llena con manojos de billetes, mi bolso queda relleno, me lo entrega y pone su dedo índice de mis labios, me lleva despacio, me sienta en la cama y me pone unos tennis, me toma de la mano y me da un empujón suave, él toma las valijas y salimos del apartamento, bajamos, ocupamos el auto y nos vamos. Wesley permanece callado en todo el camino, yo no me atrevo a decirle nada, sólo lo miro y su mirada está fija en el camino. Recibo una llamada, del número desconocido que me ha mandado mensajes anteriormente, no estoy segura de contestar y le muestro la llamada a Wesley. - No contestes- Me advierte. Asiento con la cabeza y le bajo volumen al móvil. Wesley desaparece de la autopista y toma una vía alterna, una carretera destapada, una zona llana, él sigo mirando fijo su camino. -Wesley… ¿Podemos hablar? – Lo miro algo asustada. Él no responde sigue concentrado en lo suyo, cuando parece que hemos llegado, ya está oscureciendo en algún lugar de España que Wesley me ha traído, miro mi reloj de mano y son las 19:40 de la tarde, en poco tiempo quedará muy oscuro aquel cielo estrellado. Wesley se baja del auto, toma las valijas, se acerca a mi a pasó firme provocando miedo, está junto en mi frente, da un beso en mi frente y me invita a seguir. Yo tengo mi bolso lleno de dinero y lo acobijo más a mi regaso, si Wesley me lo ha dado es para protegerlo. Wesley me observa la escena, sonríe y asiente con la cabeza. Mi móvil vibra, lo tomo mientras sigo el paso de Wesley, es Rosy quien llama y la ignoro. Stefan y Ryan intentan en hacer lo mismo pero fracasan, no les contesto. Ellos lo siguen intentado pero no quiero perturbar a Wesley con ellos, entramos a una cabaña con calefacción, Wesley, sube me muestra la habitación, organiza nuestras cosas, toma mi bolso, lo abre, se queda pensándolo un buen momento, cierra de nuevo mi bolso y lo guarda en un rincón del armario, yo me acerco y tocó su hombro. - No temas, estás bien conmigo ¿Vale?- Me indica él, tomando de mi mano. Asiento con la cabeza y me acerco a él despacio, tomando su grueso torso y tomo entre mis brazos, él acaricia mi cabeza y yo la acuno en su pecho. -¿Quién te llama tanto?- Pregunte Wesley desde la comodidad de su sala. Yo salgo de la cocina, voy al comedor, tomo él móvil y son llamadas de mis amigos. – Es Rosy, está preocupada por mi- Le indicó señálandole el móvil. -¿Y por qué preocupada? ¿Qué les ha dicho?- Pregunta él mirándome fijamente. - No nada, mi amor, tú sabes como se pone de intensa. -Tam, tú ya eres una mujer organizada que no necesita de amigas, si ese móvil sigue sonando te lo quito- Me advierte señálandome con un dedo. -Sí, amor- Contestó de inmediato, me dispongo a apagar el móvil. Al día siguiente mi móvil no para de sonar, es mamá quien llama pero no contestó, Wesley debe estar cerca. -Wes…. Wes…- Me levanto de la cama y su parte de la cama está intacta, corro por las escaleras a buscarlo por toda la casa y no está, llamo a su móvil y no contesta, subo de nuevo a la habitación, abro el armario, y mi bolso no está, intento marcarle más veces pero fracaso en los intentos; móvil pasa a buzón. Wesley llega en horas de la noche, llega callado y tranquilo, sube y cierra la habitación, yo le sigo, entro, intento hablarle pero me ignora, se acuesta y apaga la lámpara de su lado. A la mañana siguiente, me levanto, preparo el desayuno y espero que baje, cuando él baja le llamo y me siento junto a él, en el comedor. -Wes… ¿Qué tienes?- Le pregunto mirando mis manos. -Nada- Contesta muy serio y sigue tomando su desayuno. -¿Por qué huimos?- Pregunto, enlazo mis dedos y me dedico a mirarle. - No huimos- Espeta él. -Wes, llevas meses actuando raro… Dime que tienes- Sigo mirándole fijamente. -¿Raro? Necesitas que te golpee para que sea el Wesley de siempre ¿Extrañas a ese Wesley?- Me sigue la mirada. - No Wes, es que…- Terminó siendo interrumpida por él. - Te callas o te enseñó a callar- Se para de la mesa, dejando resto de desayuno, y sale de la casa sin decir nada. Me colocó al día con los labores de la casa, en la tarde llega él y me indica que ha traído un regalo para mí, lo reviso es lencería… -Qué detallista- Le indicó mientras miro las diminutas telas. -Debes ponértelo, cada vez que te lo ordene- Me indica mientras soba mi hombro. -Wes, no uso ninguno de los vestidos que me regalas, menos usaré esto- Le indicó mientras guardo de nuevo el regalo. - No me hagas enojar, debes portate bien, ponértelo y esperarme en la habitación. -Wes… ¿Y el almuerzo?- Le preguntó. -Sube- Me ordena. Subo a la habitación, miro de nuevo el traje y me lo pienso, al final me decido, me lo pongo y espero que Wesley suba. -Qué encantadora- Me señala. -Wes… Wes.. Intenta ser más suave- Le indico. -¿Quieres que sea suave? – Toma de mi pelo, lo hala fuerte y me tumba a la cama de nuevo. Horas después me levanto, tomo una ducha corta y una ropa fresca, bajo a la cocina y reviso mi móvil, tengo por doquier mensajes de mis amigos. Wesley baja y apagó el móvil, sirvo su almuerzo y me siento junto a él, a tomar el mío también. -Te has portado bien, nena- Mira su almuerzo- Así debe ser siempre. Sólo asiento con la cabeza y sigo tomando mi almuerzo. Wesley se para del sillón, toma un bolso con algunas prendas, baja por las escaleras y me pregunta la hora. -Siete de la tarde- Le respondo. -Nos vemos en unos días- Indica -¿A dónde vas?- Le preguntó mientras le sigo. -A trabajar- Y me empujó hacia adentro de la casa y cierra la puerta principal.



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En el texto hay: depresion, romance, amistad

Editado: 27.08.2019

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