D I A N A
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Apolión, Ylenia y Aileen se pararon frente a un enorme portón donde vemos unas gruesas cadenas que no permiten entrar a nadie ajeno a los tres grandes. Caminando detrás de los primos ingresamos en el jardín que se veía algo oscuro, cientos de gruñidos se escuchaban de todos lados y por miedo las embarazadas nos abalanzamos encima de Apolión. Aileen lo tenía agarrado de su brazo derecho, Ylenia de su brazo izquierdo y yo me colgué a su espalda pasando mis brazos por encima de sus hombros y aferrándome a él como una garrapata.
– chicas por favor no puedo caminar si todas me sofocan – logramos escuchar la voz de mi novio apenas en un susurro y todas lo soltamos estando algo avergonzadas. – gracias – murmuro el descendiente de Hades rebuscando algo dentro de su mochila y de la nada saco un par de collares que nos entregó exceptuando a Gemma y Styx.
– ¿Qué se supone que deba hacer con esto? – pregunte con el artilugio entre mis manos, sentía cierta desconfianza a todos los aparatos de procedencia divina la diosa del rió Estigia me había dado un anillo que impedía que usara mi magia. Según ella es para proteger al bebé, pero Gemma dice que es para controlarme y que de seguro algo trama. La rubia se había negado en rotundo a manifestarse delante de la diosa por lo que cada que Styx nos veía hablando con la fantasma pensaba que se nos había saltado un tornillo.
– te volverá una gigante para igualar el tamaño de los titanes – contesto Aileen activando su collar para cambiar su tamaño como ella había dicho volviéndose tan alta como cuando vi a Atlas en el jardín de las Hespérides. Su prima la siguió en tamaño al igual que mi novio dejándome a mí y Styx en un tamaño pequeño.
Colocando el collar en mi cuello lo active como ellos y para mi sorpresa Styx podía crecer sin necesidad de ningún collar mágico. Todos emprendimos el camino siendo seguidos muy de cerca por Gemma que sobrevolaba a nuestro lado sin ser detectada por nadie al ser un espectro. La caminata fue de minutos debido a nuestro enorme tamaño y llegamos hasta donde estaban reunidos todos los titanes aliados de Cronos. Después de todo pasar tiempo con Gemma me hizo aprender muchísimo acerca de la historia griega y por ende del pasado de mi novio.
Nuestra presencia llamo la atención de todos haciendo que la charla que tenían se detuviera de forma abrupta y girando a vernos de manera hostil abrieron un camino hasta el trono del titán del tiempo. Ambos bandos parecíamos estar en alerta algunos titanes y titánides se mantenían al margen viéndonos sin ninguna expresión mientras que otros dejaban al descubierto su descontento con nuestra llegada.
– ¿Quién dejo entrar a los engendros? – nos señaló una mujer de cabellos platinados tan blancos como la nieve y con una media luna en la frente. Esta miraba a Cronos con un gesto de enfado algo notable, Styx a nuestro lado saludo coqueta a uno de los titanes que le giño el ojo.
– silencio Febe – grito el titan del tiempo generando que la titánide quede roja de la furia mientras nos observaba. Sin dejar que me intimide la mire de la misma forma sin demostrar que estaba aterrada ya que no tenía como defenderme más que el collar que me regalo Apolión.
– traigan a mi hijo – haciendo ademanes con las manos Cronos no despego la mirada de nosotros los titanes sin rechistar desaparecieron para luego aparecer con un Hades amordazado y demasiado demacrado para ser el rey del inframundo.
Sus ojos azules no demostraban ese brillo peculiar cuando miraba a su esposa, su cuerpo se veía más delgado y sin dudas se podía ver que no había sido bien tratado en días. Aileen cubrió su boca escondiéndose detrás de Apolión para no llorar delante de los titanes. Por mi parte me contenía por no verme débil tenía un nudo en mi garganta y si escuchaba hablar a Hades creo que rompería en llanto. Desviando la mirada hacia la princesa de los mares note como ella mordía su labio inferior para que las lágrimas no se caigan de sus ojos. Gemma tan solo desviaba su mirada por todas las divinidades que estaba más que segura ella estaba maravillada comprobando que todo lo que ella creía ser fantasía era la más pura verdad. Y Styx... bueno ella continuaba mirando de forma coqueta a un titán que en estos momentos es lo que menos me importa.
– vez hijo te dije que mi nieto lo lograría no dude ni un segundo de su capacidad – el rey del inframundo observo cansado a su padre que chasqueando los dedos hizo que los titanes pusieran de rodillas a Hades.
– déjalo ir ahora... abuelo ni siquiera sé cómo pretendías que te llamara así cuando sabias de sobra que me traicionarías – grito Apolión apretando los puños hasta que tomaron un color casi blanquecino. Mi mano rodeo su muñeca intentando calmarlo de cierto modo somos cuatro jóvenes inmaduros contra titanes poderosos y encima de todo vengativos.
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Editado: 17.04.2021