El Hijo Oculto Del Príncipe

Capítulo 9

No fue la pregunta tan detallada lo que le detuvo el corazón, sino ese tono jocoso y hasta receloso del hombre a su lado lo que la puso nerviosa. ¿Por qué le hace ese tipo de preguntas?

―Señor Marchellus. ―Su nerviosismo complació a Aiden. ―Le agradezco mucho que me haya ayudado con lo del energúmeno ese, pero esto no le da derecho a indagar en mi vida privada. ―Aiden desvió la mirada hacia ella, pero Osiris rápidamente empujó su mejilla para que mirara el camino, ese contacto fue electrizante para ambos. ―Si estoy aquí, en su auto con usted, es solo porque no me dio opciones y además porque me obligó a trabajar para usted.

―¿Te obligué? ―Aiden enarcó una ceja y actuando como el necio que es la miró descuidando el camino. ―Qué feas palabras, señorita. ―Río burlón. ―¿Entonces? —Insistió. —Ese niño inteligente, guapo, elegante y bien parecido, ¿No tiene un padre?

―Sí, sí lo tiene y no es de su incumbencia. ―Aiden quería soltarle tres verdades, pero simplemente respiró profundamente, no puede hacer algo tonto, ni siquiera está seguro. ―Así que le pediré que mantengamos esto profesional.

―Bien. ―Dijo con simpleza creándole una falsa sensación de alivio a Osiris, y justo cuando ella creía que todo quedaría ahí, Aiden agrandó la sonrisa.

―¿Sabe usted que los ojos verdes son poco comunes y solo lo heredan si ambos padres tienen este color? ―Osiris se puso rígida. ―Caso curioso es cuando un gen dominante como es los ojos marrones le cede al gen recesivo, eso claramente solo da a entender que el de los ojos verdes es un alfa con esperma poderosa.

―¡Señor Marchellus! ―Osiris se sintió las mejillas arder. ―¿Puede dejar de hablar de los ojos de mi hijo? ―Para su desgracia la mirada de Aiden fue idéntica a la de Izan cuando sabe algo y solo está jugando con las personas a ser un tonto. ¿Acaso vio tan detenidamente a su hijo como para sospechar? ¿La está solamente incomodando? ¿Debería bajarse del auto y correr lejos de ese odioso hombre?

―¿Qué? ―Aiden rio de manera profunda, erizándole el vello a Osiris. ―Solo quiero felicitar al hombre, ha de ser un macho alfa de lomo dorado, testosterona de un Dios y un esperma de dragón. ―Osiris se sentía morir. ―El niño no se parece a usted, señorita. ―Aiden satisfecho por el sonrojo en las mejillas de Osiris decidió dejarla en paz.

Vio como se defendió de ese hombre y acorralarla no será lo mejor, así que ya había hecho lo suficiente, tanto como para que sus sospechas sean más claras. Keith no había podido llegar, pero no se podía quedar de brazos cruzados, así que tenía que empezar a actuar y si eso significaba jorobarle la vida a su exesposa lo hará.

Osiris agradeció el silencio, se siente tonta al permanecer callada después de lo que él le dijo, pero que no siguiera lo tomó como una victoria para ella. Ambos entraron al edificio, uno al lado del otro y las miradas curiosas por supuesto se plantaron en ellos.

El ascensor como siempre estaba algo lleno, por lo que van un poco apretados. Osiris se tensó al sentir el poderoso cuerpo de Aiden pegado a sus espaldas, él que ya había visto a más de tres mirarle el culo, decidió taparles la excelente vista que tenían.

―No entiendo por que las empresas llevan a tanta gente en el elevador. ―Se quejó Osiris al salir. ―Eso es peligroso. ―Sus mejillas rojas, la manera en la que respira y como evita a toda costa ver a Aiden a la cara lo divirtió.

―Digamos que en las empresas todos deseamos llegar a tiempo. ―Su voz sonó más gruesa de lo que quiso, él no estaba mejor que ella, entre sus pantalones había una imponente dureza que solo ocultaba por su maletín que llevaba puesto estratégicamente.

―Señor Marchellus. ―La jefa de Recursos Humanos se detuvo al verlo. ―El contrato todavía no ha sido finalizado, si lo desea, puede esperarlos en su oficina y se lo haré llegar en cuanto esté listo.

―Yo puedo esperar con usted. ―Se apresuró a decir Osiris, ella quiere huir lo más lejos posible de ese hombre.

―¿No cree que es mejor ir adelantando las cosas, señorita? ―Aiden la miró desde su altura, con esos ojos intensos e intimidantes. ―Soy un hombre muy ocupado y no me gusta retrasarme. ―Osiris apretó sus labios.

―Tiene razón, es mejor adelantar. ―Dirigiéndose nuevamente al ascensor, esperó a que llegara.

Aiden se colocó a su lado y ladeó la sonrisa, es tan fácil ponerla nerviosa que le es gracioso, él la va a presionar hasta que ella se quiebre al imaginar que él sabe algo. Ninguno dijo palabra, esperaron en silencio, montaron en mutismo y evacuaron en mudez. Al entrar a la oficina, Osiris pudo ver como sus libretas de trabajo estaban perfectamente ordenadas en el escritorio de Aiden.

―Toma asiento, te quiero frente a mí. ―Ordenó Aiden con voz autoritaria.

―Trabajaría más cómoda en el sofá, así no invado su espacio.

―En mi escritorio. ―Casi gruñó, es testaruda. ―No me gusta repetir las cosas. ―Esa seriedad resecó todo en Osiris, ¿Por qué se comportaba así ahora?

―Bipolar. ―Masculló molesta.

―¿Ha dicho algo? ―Aiden enarcó una ceja, no la escuchó, pero sabe que fue algo despectivo por el gesto que lleva.

―He dicho que será un placer. ―Le sonrió con hipocresía.

Osiris se organizó para empezar ese trabajo el cual fue presionada para aceptar. Aiden sabía que ella estaba esperando por él, pero la ignoró, simplemente se metió a su computadora y trabajó sin darle la mínima atención a la mujer que lo mira buscando cualquier cosa de él.

―Tráeme los documentos que te solicité. ―Colgó el teléfono dejando descuadrada a Osiris, él estaba trabajando como si nada.

―¿Esto es una broma? ―Osiris ya no se pudo aguantar más, no se dejaría jorobar por él debido a ser un príncipe. ―¿Cree que mi tiempo no es tan valioso como el suyo? ―Aiden la miró con las cejas alzadas. ―Se supone que vine aquí para trabajar, ¿Por qué no me presta atención?

―Haz la boda a tu visión. ―Osiris quedó de boca abierta.




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