El Hilo Del Destino

Capítulo 1

Lentamente voy abriendo mis ojos, veo todo completamente borroso. Los recuerdos de la noche anterior inundan mi mente, apareciendo uno por uno delante de mí. Busco entre las cosas a mi alrededor algo, y cuando lo encuentro me lo pongo. Mi vista va regresando a la normalidad al colocarme los lentes, pero lo que realmente capta mi atención es la pintura que tengo delante de mí.

 

Es la pintura de un chico durmiendo, en ella se puede ver perfectamente el gran ventanal que deja apreciar la hermosa ciudad. Los colores que tiene son fríos, aunque aún así se ve bastante hermosa y bien hecha.

 

¿Esto lo hice yo? Me pregunté, aunque rápidamente veo el reloj de la pared y me alerto. Llego tarde a clases. Me levanto velozmente de la silla en la cual me encuentro sentado y corro por mi habitación hacia el armario, lo abro y agarro el uniforme del instituto que consiste en una camisa blanca, unos zapatos, y un pantalón negro. Al tener las cosas necesarias fui lo más rápido posible al baño para darme una ducha.

 

Vivo con mis padres, aunque ellos se encuentran de viaje en este momento, por lo cual pude quedarme hasta altas horas de la madrugada pintando aquel cuadro.

 

Cuando el agua comenzó a caer por mi cuerpo ya sin vestimenta, comencé a recordar lo que había sucedido anoche. Los recuerdos vinieron tan rápidos uno por uno que me comenzó a doler la cabeza, todo daba vueltas a mí alrededor. Me agarré del lavamanos y me mantuve allí hasta que todo volvió a la normalidad.

 

Me quedé hasta las tres de la mañana haciendo aquella pintura, ¿Significa algo para mí lo que dibujé? No, bueno, supongo. No obstante, había algo que sí se me hacía familiar, era el rostro de aquel chico que dibujé, pero aunque trate y trate recordar de dónde, no puedo, no lo recuerdo.

 

Termino de bañarme y salgo de la ducha, cierro la canilla para que el agua deje de caer y me comienzo a secar con la toalla que había en el lavamanos. En unos minutos ya estoy vestido y volviendo a correr para llegar a clases en hora, aunque eso sea literalmente imposible, ya que seguramente ya hayan comenzado. Para mi mala suerte la primera materia que tendría en el día sería Matemática, y no me llevo muy bien que digamos con la profesora.

 

Agarro mi mochila mientras corro hacia la salida de la casa. Vivo en un barrio común y corriente, me queda a unas cuantas calles del instituto por lo cual corriendo no llegaría nunca. Lo único bueno que me sucedió fue que apenas crucé el césped de mi casa y llegué a la parada, el bus pasó enseguida y me subí a él.

 

Buen comienzo del día, sin desayunar. Suspiro y me quedo mirando por la ventana que queda al lado del asiento en el que me senté. El sol está reluciente en el cielo mientras corre un poco de viento, o tal vez soy yo por haber salido recién bañado de casa que siento un poco de viento.

 

Al llegar a la parada del instituto, me bajo del bus y corro hacia adentro, ignorando el camino de arboles que hay a mi derecha e izquierda. El instituto es todo completamente blanco, menos el piso de los pasillos, no tiene ninguna ralladura en las paredes ya que hay cámaras de seguridad en todos lados y no quieres terminar suspendido.

 

Corro buscando mi clase, y al llegar escucho la voz de la profesora pasando la puerta, llegué tarde. Dudo un momento si entrar o no, no obstante decido sí hacerlo, golpeo la puerta suavemente y luego esta se abre dejando ver a la profesora.

 

—Otra vez tarde, Kazuo —Dice con seriedad, suspiro—. Entra, pero que no vuelva a ocurrir.

 

La profesora, una mujer de edad mayor y cabello rojizo, me miró algo enfadada, y lo entendía, una de las cosas que a ella menos le gustaba era que interrumpieran su clase, así que le hice caso sin decir ninguna palabra y caminé hacia mi asiento. A mi derecha, se encontraba mi mejor amiga, ella tiene cabello castaño y ojos marrones claros, a diferencia de mí que tengo cabello y ojos oscuros.

 

No me dijo absolutamente nada en la clase, ella es de aprestar atención, y más cuando se trata de Matemáticas, porque sabe que el mínimo que hable será expulsado de la clase. Guardo los cuadernos de la materia en mi mochila cuando el timbre suena, y saco el teléfono que para mi suerte lo tenía ya adentro de la misma.

 

—No contestaste ninguno de mis mensajes, ¿Dónde estabas? —Preguntó con curiosidad, no sonó a interrogatorio, sino que simplemente quería saber por qué había llegado tarde a clases.

 

—Me quedé dormido, tuve un inconveniente anoche. Perdona por no haberte respondido, Natsuki —Dije mientras me levantaba de mi asiento—. Necesito comer algo, no desayuné.

 

—Vamos a comprarnos algo, yo también traje dinero —Sonrió mientras agarraba su bolso azul, asentí.

 

Caminamos por los pasillos del instituto, la pintura de la mañana no salía de mi cabeza, cada vez que quería pensar en otra cosa aparecía impidiéndomelo. ¿Quién era aquella persona que dibujé? Estaba la posibilidad de que sea una persona creada por mí, pero igualmente la sentía completamente familiar. Natsuki me agarró del hombro y me hizo voltear para que la mire.



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En el texto hay: amor gay, romance, hilo rojo

Editado: 02.08.2018

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