Capítulo 9

Cierro los ojos intentando volver al sueño, pero nada, absolutamente nada. Takeshi, era él, me di cuenta por su voz, ¿Cómo no me pude haber dado cuenta? Pero... aquél sueño ¿Realmente pasó? ¿Enserio nos encontraremos en el lugar pactado? Además, cómo es posible de que hayamos hablando mediante un sueño colectivo.

La luz de la luna aún entra por la ventana, miro a Natsuki quien está del otro lado de la cama y suspiro, todo está verdaderamente extraño, ya no sé qué es la realidad y que no, no sé que sucederá luego del encuentro con el chico que pinto por las noches.

Me levanto de la cama sintiendo mi cuerpo cansado, igualmente hay algo que me impide volver a acostarme. Suspiro y camino por la habitación, abriendo unos cuántos cajones, en busca de algo, pero no sé de qué. Es como si mi cuerpo se moviera solo, sin yo poder frenarlo.

Al encontrar lo que buscaba, sonrío como si fuera lo más hermoso del mundo. Una hoja y una caja de crayolas roja, pero hay algo que sin duda me llama la atención, y es la necesidad que tengo de dibujar en aquél mismo instante.

Las lágrimas caen por mis ojos, necesito parar, pero no puedo, por más que intente dejarlo no lo logro. Cualquier persona diría que estoy loco, pero la verdad es que me encargo entro verdaderamente cansado, y a mi cuerpo no parece importarle, ya que comienza a dibujar con las crayolas algo en la hoja.

A pesar de la oscuridad que hay en la parte en la cual estoy de la habitación, logro divisar lo que estoy dibujando. Primero son simples letras, que forman palabras, cuatro de hecho. Hilo Rojo Del Destino. Detrás de aquellas letras blancas se encuentran dos chicas con un fondo rojo, es bastante bonito.

Es como si fuera la portada de algo, la portada de un libro... ¿Será posible?

Me levanto del suelo dejando el dibujo allí y camino hacia el pequeño cajón que hay un el mueble de Natsuki, allí siempre guarda su computador. Lo abro y como era de esperarse se encontraba allí. No dudo en encenderlo y la luz del mismo me ilumina el rostro, posiciono la computadora para que no de hacia la cama y entro a internet, suerte que Natsuki tiene wi-fi en su casa.

Busco en la página de la librería que me queda cerca de casa, y pongo el nombre del dibujo que había hecho. Me sorprendió solo encontrar uno, pero había algo que realmente me sorprendió e hizo que mi corazón se acelerara.

Me levanto rápidamente y camino hacia el dibujo, lo agarro y vuelvo al computador, no puede ser. Es idéntico, idéntico a la portada de aquel libro, ¿Me ayudará a saber qué está pasando en mi vida?

Busco la sinopsis del libro y quedo completamente estupefacto, mi boca queda boquiabierta al leer de qué se trababa. Una chica podía ver el hilo del destino, y la otra... la otra escribía sobre la apariencia de la chica sin siquiera conocerla. Es demasiado igual a su historia, entonces Takeshi puede ver... no puede ser cierto.

Mi corazón se acelera cada vez más y siento como el aire me comienza a faltar, es como si alguien me estuviera agarrando de la garganta sin dejarme respirar con normalidad. Necesito aire. Mi cuerpo cada vez va perdiendo fuerzas, tanto que siento que en cualquier momento perderé la conciencia y todo estará acabado.

Es lo que ocurre. No recuerdo el momento en el cuál mis ojos se cerraron, y mi corazón parecía frenarse. No recuerdo el momento en el cuál mi rostro chocó contra el suelo, y eso no me causó ningun dolor. El momento en el cuál sentí paz.

Despierto sintiendo mi cuerpo aún cansado, pero igualmente me alegro de estar vivo, recuerdo perfectamente lo que sucedió la noche anterior. El libro, tengo que leerlo, necesito saber qué será lo siguiente que pasará.

Me levanto de la cama y observo que Natsuki ya no se encuentra a mi lado, miro por toda la habitación y no hay ningún rastro ni del computador, ni de el dibujo y las crayolas. Suspiro, esto cada vez está más extraño.

Recorro la habitación hasta la puerta, la abro y camino por el pasillo sintiendo el frío tocar mis pies descalzos. Escucho la voz de Natsuki, se encuentra hablando con sus padres.

—Hija, entendemos si no quieres hablar de la fiesta, pero no puedes simplemente decir que no pasó —Dice su madre, alzo el ceño confundido.

—Es que nunca hubo dicha fiesta, yo no la recuerdo —Explica, a lo que camino hacia las escaleras y bajo por ellas para llegar al primer piso—. Mira, según ustedes yo fui a esa fiesta con Kazuo ¿No? Bueno, ¿Kazuo yo fui a alguna fiesta actualmente contigo?

Vaya, no entiendo absolutamente nada, sí fuimos a una fiesta juntos, eso lo recuerdo perfectamente, ¿Será que está perdiendo la memoria? No entiendo nada.

—Em... sí, fuímos con Hiroshi —Explico, ella me observa totalmente confundida, y sé notar cuando está actuando, lamentablemente ahora no lo estaba haciendo.