Tres meses después…
Me observo al espejo con una sonrisa en mi rostro, llevo puesto un traje negro, que tiene una corbata roja, unos zapatos también negros al igual que mi pantalón.
Mis ojos oscuros se encuentran algo despiertos. Hace tres meses que estoy teniendo una que otra pesadilla de lo que pasó, la muerte de Midori… que al arreglar las cosas no sucedió pero el recuerdo de haber visto a sus padres en aquel estado, como se la llevaban, y como enterraban el ataúd no me dejaba dormir por las noches.
Tres meses ya… tres meses de la última vez que vi a Kazuo, de haber podido contemplar con mis propios ojos el hilo del destino, y el haber vivido una experiencia increíble, pero al mismo tiempo aterradora.
Arreglo mi cabello castaño y sonrío, me veo bastante bien. No he tenido más sueños de esta noche, a decir verdad el hecho de saber que habría una exposición me pegó bastante fuerte, no me lo esperaba, pero al mismo tiempo me ponía feliz, porque si mis sueños eran verdad conocería por fin a Kazuo… y eso es lo que más quiero.
Suspiro y siento como los nervios van aumentando. Un mensaje llega a mi teléfono, observo como en la pantalla del mismo aparece, pero desde la distancia en la cual estoy de él no puedo ver nada. Camino hacia la mesa y sonrío viendo el mensaje.
Midori:
Hola, bombón. Adivina quién regresó de París.
Yo:
Pues no sé… ¿Quién podrá ser? No tengo ni la mínima idea.
Midori:
Yo, quién más… bueno, oí que habrá una exposición de pintura gracias a una de mis amigas. Nos vemos ahí.
Suspiro y vuelvo a dejar el teléfono en la mesa. Camino hacia mi habitación aún con una sonrisa en mi rostro. Allí me coloco un poco de perfume y luego salgo, volviendo a la sala, agarrando mi teléfono, y saliendo del apartamento, obviamente cerrando la puerta del mismo con llave.
Camino por el pasillo hasta llegar al ascensor, aprieto el botón del piso principal y las puertas se cierran dejándome solo en aquel lugar.
Kazuo… por favor, ve a aquella exposición, realmente necesito verte. Hace tres meses me enteré que dicha exposición se haría este día, el concurso lo ganó Hiroshi, la verdad es que me siento muy orgulloso de él, pero… sólo iré por el sueño que tuve, en el cual me encontraba con la persona que estaba unida conmigo por medio del hilo.
Las puertas del ascensor se abren al llegar al piso indicado y salgo del mismo. Comienzo a caminar entre la multitud de las calles de Tokio, nunca me cansaré de vivir aquí.
La nieve nunca se hizo presente a lo largo de estos tres meses, y eso lo agradecía, porque da a entender de que ahora todo estaba yendo como debería de haber ido desde un principio. Y tanto Kazuo como yo hemos estado haciendo las cosas bien y manteniendo el orden.
Llego al metro y espero alrededor de unos quince minutos para que mi tren pase y me pueda subir a él. Me siento en uno de los lugares disponibles y observo como una chica de cabello pelirrojo también se sube, sentándose a mi lado, la amiga de Midori.
—Hola —Dice con una sonrisa, también le sonrío.
—Hola —Le doy un beso en la mejilla y suspira mirando por la ventana, tenía un lindo vestido rojo—. ¿Irás a la la exposición?
—Claro, yo misma le dije a Midori para ir, así que ella también irá —Asiento, hace tres meses que no veo a mi mejor amiga, y la verdad es que la extrañé demasiado este tiempo.
Nunca le pregunté acerca de Saori, lo último que supe de ella es que terminó su relación con mi jefe, y a él no pareció importarle en lo más mínimo.
Cuando ambos nos bajamos del tren, ya el sol se encontraba ocultándose. Me parece bastante bien que la exposición se haga durante la noche, le dará un toque bastante bonito a todo el lugar.
Caminamos a la par hasta llegar al salón, y la pelirroja entra rápidamente, yo sin embargo me mantengo unos segundos en las afueras del lugar ¿Por qué? Por el hecho de que me encuentro demasiado nervioso, tanto como para preguntarme una y otra vez si él se acordará de mí…
Decido armar valor y entrar al pasar un par de minutos. Vaya, hay demasiadas personas, sin duda alguna encontrarlo será una de las cosas más complicadas.
Todos se encuentran vestidos formalmente, ver tanto traje y vestidos me marea, dios, enserio parecen todos iguales… esta será una larga noche. Veo los cuadros que hizo Hiroshi, vaya… realmente es bueno pintando.
Una chica se me acerca, su cabello es castaño claro y lo tiene suelto. Le sonrío, ella no me recuerda, pero igualmente también me sonríe.
—Linda pintura —Admito viendo el cuadro, ella asiente mirándola con completa fascinación.
—Nunca creí que mi amigo Hiroshi sabía pintar tan bien, por cierto… mi nombre es Natsuki —Dice tendiéndome la mano, la tomo asiento.
—Mi nombre es Takeshi, mucho gusto —Expreso, es la segunda vez que me presento a Natsuki, la primera pasó hace tres meses atrás, pero ella no lo recuerda, porque para ella no pasó. Abre los ojos a la par y aleja su mano de mí, alzo el ceño confundido—. ¿Qué pasa?