Hace miles de años al principio de la creación de los mundos, se creó el tercer planeta del sistema solar, donde existían dos tipos de razas: los ordinarios como solían conocerse, ellos poseían la capacidad de crear y descubrir nuevas cosas con su intelecto e inteligencia; y los sobrenaturales quienes poseía números dones. Debido a sus diferencias, ambos seres estaban inmersos en una guerra sin fin. Ambas razas querían tomar el control y probar quien era la mejor, por tal motivo, los principios de la vida en la tierra estuvieron cubiertos de sangre, matanza e injusticias, no parecía haber un rayo de luz o esperanza para que aquella guerra llegara a su conclusión, en lugar de eso, la vida en la tierra estaba por llegar a su extinción inmediata.
Pasaron unos cuantos años para que apareciera un nuevo grupo de personas, estos fueron conocidos por todos como: los iluminados por los dioses. Ellos aparecieron en medio de un mundo lleno de caos y destrucción en donde solo reinaba la agonía, el dolor y el sufrimiento. En medio de todo el desastre, los iluminados habían sido elegidos para llevar paz a la tierra y ser los encargados de hacer persistir a ambas razas a toda costa, antes de que ellos mismos se autodestruyeran por sus pensamientos egocéntricos y egoístas.
Para proteger la prosperidad, y garantizar la calma entre ambas especies, los ordinarios no debían saber de la existencia de las demás criaturas nocturnas que acechan los lugares recónditos de la noche. Por ello, los iluminados, quienes poseían dones aún más grandes y más fuertes que los otros dos tipos de seres, lanzaron un hechizo que consistía en el olvido de lo sobrenatural para terminar la guerra entre ordinarios y seres sobrenaturales; el pasado lo mantendrían en el olvido y los ordinarios no volverían a descubrir la existencia de seres con habilidades más allá de sus posibilidades físicas y mentales, ya que, si llegaba a suceder, comenzaría nuevamente el miedo, pánico o la agresividad que los había llevado a pelear por tanto tiempo, acabando con la dicha del mundo y quizás con la extinción de todo.
La paz llego a la tierra, gracias a los cinco iluminados más poderosos de toda la creación Filiberto, Baltasar, Alfredo, Ezrael y Abraham, quienes con ayuda de los otros brujos y magos de menor rango lograron mediar la situación entre los ordinarios y los sobrenaturales con el hechizo del olvido. Los brujos lograron instalar por fin la dicha en un mundo lleno de caos, miedo y destrucción con el fin de poder vivir todos juntos en armonía, avanzando a un futuro mejor sin tener que volver a esos viejos hábitos en donde los ordinarios mataban a los chupasangres con estacas y ni se diga de dispararles a los que sufrían de teriomorfismo con balas de plata.
Una vez terminada la guerra, y separados ambos mundos, los iluminados crearon un sistema de justicia y democracia liderada por los jefes de cada raza, un grupo de ordinarios y un grupo de sobrenaturales, quienes tenían la tarea de salvaguardar la paz entre los mundanos y las tinieblas, protegiendo así el equilibrio del mundo y haciendo obedecer ciertas reglas.
Los años pasaron, los iluminados se hacían cargo de crear cosas para el bienestar del mundo, mientras los humanos hacían sus propias reglas y creaban su propio mundo ignorando la existencia de los otros seres. Pero esto no duró para siempre.
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El gran mago Filiberto, después de esperar tantos años con su adorada esposa por un heredero que continuara con su legado, un día por fin se vieron realizados sus sueños y plegarias, ambos fueron bendecidos con una bonita bebé de hermosos ojos verdes y cabello color fuego. La niña creció sana y fuerte, pronto se convirtió en una jovencita bella, inteligente, con mayores dotes en la magia que su padre y cualquiera de los otros de su misma estirpe. Sin embargo, ella soñaba con conocer y sentir el amor, aquel sentimiento que era narrado en sus libros favoritos hechos por ordinarios.
La fascinación y la curiosidad que ella sentía por los mundanos hizo que comenzara a tener una relación en secreto con un humano, sin medir las consecuencias que esto traería en un futuro. Todos los días que podía salía con él, platicaban, se divertían juntos, fue por esto que los sentimientos del uno por el otro fueron creciendo día con día. Pasaron los meses y ella se enamoró de él; aquel sentimiento era un error, algo prohibido que jamás podría ser debido a las reglas impuestas por su propio padre.
Sin importarle nada, ella desafío las leyes y reveló su identidad ante aquel muchacho, cuando regresó a su hogar se enfrentó a su estirpe pues sería castigada por su rebeldía e incumplimiento ante las reglas del mundo mágico en el que vivía.
Mientras tanto, en otro lugar, su novio se preparaba para una batalla, la cual él había iniciado al revelar lo que su novia era en realidad. Aquel mundano pertenecía a una organización secreta para los tres grupos de personas que existían en la tierra, ellos tenían otro tipo de habilidades las cuales los iluminados desconocían hasta ese día.
Aquellos humanos invadieron las calles del mundo sobrenatural donde se ocultaban las tinieblas, su misión era cazar, atrapar y aniquilar a aquellos seres misteriosos, habían seguido a la joven a la cual solo utilizaron como guía para llegar al centro de todo. Los cazadores quemaron, golpearon, dispararon y mataron a todo ser que se cruzaba en su camino y no fuera humano.
Los iluminados contraatacaron a pesar de verse acorralados, y la hija de Filiberto observó las consecuencias de sus actos, la traición a su propia raza, al mismo tiempo, la traición de su único amor. En medio de la batalla la bruja fue herida por una bala, que la tiró al suelo ocasionando que no pudiera concentrarse para defenderse; moriría, pero su novio apareció ante ella protegiéndola de las balas que se acercaban con gran velocidad.
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Editado: 20.04.2023