—Vaya, hoy tienes otro semblante campeón — Jazmín traía una coleta, y sus cabellos azules estaban adornados por una cinta rosa que le daba una apariencia entre lo cute y lo rebelde.
—Algo...
Ella estaba estirándose y realizando calentamientos delante mío, mientras mis ojos solo analizaban la cancha. Intentando identificar a algún impostor, a alguien que me de indicios de ser parte de los mata abejas.
—Estás muy distraido hoy, ¿Buscas a tu musa? La niña bonita?
—No busco a Iracema...
—Ahhhh—Sonríe mientras se toma del pie y flexiona la pierna—. ¡Qué curioso! Yo preguntaba por Yara, crei que ella era la bonita e Iracema la inteligente.
Solo puse en blanco mis ojos y me senté en la grada, en ello veo que mis amigos vienen hablando entusiastas con las compañeras de Jazmín, y claro Jorge.
—Es una verdadera pena que todo esto termine esta noche—Jorge hablaba fuerte, mientras las chicas claramente demostraban estar de acuerdo con él.
—Lo bueno es que ustedes al salir de aquí, van y tienen salidas del colegio—Gustavo habla mientras me arroja por los aires una lata de cocacola, la tomo y sin perder el tiempo la destapo y la llevo a mis labios.
Mis amigos quedaron ante Jazmín y botaron baba de forma evidente, era obvio, ellos morían por las chicas.
—Sí, pero no los veremos más a ustedes — Sara acarició el cabello de Gustavo y ya lo derritió.
—Tienen su número de celular, ¡por Dios, no es que vayan a desaparecer! — se queja Jazmín.
—Deja de ser amargada, y vete a la cancha, que ya te llama el equipo. —Betania empujó a su amiga, y esta dió unos pasitos al frente.
—En fin, deseenme suerte, voy a cazar abejas...
—No, no nos ganarás—Juanjo grita en lo que la chica continúa caminando.
Por alguna razón la expresión me dio escalofríos, por más que sabia que era una simple broma.
Los últimos días han sido pesados, el entrenamiento más duro, y finalmente Zunú tuvo que convocarme por las noches para entrenar con Mirena, y Mainumby.
Cariem pidió como favor especial que nadie se enterara que yo tenia un espíritu, y mucho menos que se supiera que se trataba de la hermana de Orkias.
Zunú es bestial realmente como instructor, va con violencia, y comprendo el punto, no me quejo, me gusta, porque me siento más preparado, más fuerte, más seguro.
Por otro lado, la seguridad del colegio se reforzó, no sólo físicamente, por los medios visibles, si no que te espiritualmente. Mirena me comentó que E usaron espíritus de todos los maestros para custodiar los perímetros del internado y a eso se le suma el hecho de que nos enseñaron a usar nuestras marcas para invocar los poderes que nos corresponden.
Al fin mis ojos dan con Iracema, quien viene acompañada de Yara, específicamente, Yara colgada del brazo de Ira.
No hablar con ella ha sido una tortura, pero también un objetivo impuesto, porque primero está el panal, mis amigos, mi familia, La colmena y por por atrás de la lista el amor.
Debo confesar que antes me sentía como el débil de la manada, como un simple niño al que arrojaron ante una misión, pero ahora siento que soy capaz de ir contra todo aquel que intente meterse con nosotros.
No volveré a vivir un momento de duda o de temor, al menos, no dejaré que sea tan fácil acorralarnos.
—¡Oye Luri!— Habla Jorge interrumpiendo mis pensamientos, me volteo hacia él y levanto mis cejas a manera que se entienda que con eso espero que me diga que ocurre.
—¿Cómo te hiciste esa quemadura en la palma de la mano?
—No querrás saberlo—Se apresuró Juanjo en responder—. El chico es un poco torpe, sabes, tomó el cigarro de su padre que vino a visitarlo hace unos días...
—¿Es verdad?—Pregunta incrédulo.
—Totalmente...—Sonrio mientras escucho el pitido del arbitro, dando inicio al juego.
Me volteo para prestar atención a lo que ocurre, pero mis oidos captan otra cosa mientras la pelota corre de un punto a otro.
—Esto ha sido una perdida de tiempo— la voz de una mujer que me resulta familiar habla.
Me volteo buscando de hacia donde proviene, pero no la encuentro por ningún sitio, las aunque de todos modos las gradas están llenas como para que pueda identificar con facilidad. ¿Dónde está Mirena cuando la necesito?
—No, al contrario— Esa es la voz del sacerdote, y la reconozco, la voz de ese regordete es tan asquerosa—. Ahora al menos sabemos que no es tan sencillo estar aquí y que de verdad es peligroso.
—Sin embargo, nuestro objetivo era encontrar más información de ellos y fallamos...
—¿Estás bien Luriel?—Pregunta Betania apoyándome una mano en el hombro.
—Sí, sí, va todo bien... voy a ir al sanitario un segundo—Anuncio
Me levanto abruptamente y sé que mis amigos están curiosos por saber que sucede, pero tampoco se van a poner a seguirme, o levantaría sospechas, así que simple ni los miro.
Las voces se perdieron de mi cabeza, ahora escucho cosas sin importancia, conversaciones banales y estre estudiantes, pero ya no al sacerdote.
Miro a todas las direcciones buscando una pista que me lleve hasta el hombre. Y a causa de estar concentrado en ello, terminó chocando contra Gerardo. ¡Justo con Gerardo!
—Disculpa, permiso...— digo w intento zafarse, pero no, es Gerardo...
—¿No te quedas a ver a tu novia?
—No tengo novia... pero gracias por preocuparte por mi, no me pierdo de nada...
Di unos pasos más y lo que salió de sus labios a continuación me alteró, pero intenté centrarme. Evitar los escándalos y por sobretodas las cosas, volver a confinamiento.
—¿Me vas a decir que no te has aprovechado de tus privilegios Luriel?
Voltee abruptamente y lo observé con desdén y asco.
—¿Aprovecharme?
—Sí, ver a las chicas mientras se cambian, algún toque indebido, alguna mirada... algo. ¡Joder tienes a Yara y a Iracema! Las dos mujeres más deseadas luego de Josefina y Cenit...