El Jardín de mis Sueños

Segundas oportunidades

Hacia un par de semanas que habían comenzado las remodelaciones de la casa y pronto finalizaría el invierno. Las flores se reproducirían mucho más hermosas en primavera, así que debía ver el trabajo terminado. La guie por el sendero con una venda en los ojos, reía divertida y expectante. Abrí la puerta y exclamo que sentía la luz, que había mucha luz allí adentro, sonreí. El sol había descendido sobre en lago y el reflejo era lo que sentía, al quitarse las vendas se quedó paralizada frente a mí, parecía que ni respiraba. Había una caminaría de piedra hasta el lago que podía verse con claridad, las flores de colores adornaban los pequeños arbustos y helechos como si lo adoraran. La grama reverdecida invitaba descalzarse para sentirla y recostarse sobre ella, había también palmeras medianas que le darían sombra en los días de verano. Podía pintar algo pequeño debajo de ellas. A un lado estaba un precioso árbol del que colgaba un columpio y del otro dos bancos de madera reclinables para apreciar la paz de aquella visión. Sobre la cruz celta había un arco de flores y rosas. Su atril estaba justo en un punto en donde podía ver todo aquello.

  • De pronto dejo escapar el aire audiblemente - es... un paraíso. Caminó hacia todos lados mirando con asombro cada detalle - ¡Mira esas flores!, ¡oh Dios mío! André esto es hermoso, los colores, las formas...es mi.. ¡es el jardín de mis sueños! - entonces la vi sonreír, la observe iluminar su rostro de una paz encantadora y pensé de inmediato. También es jardín de mis sueños. Me abrazó dándome las gracias repetidamente, pero por alguna razón era yo el que me sentía agradecido.
  • Limpie una lagrima de su rostro - no sabes lo feliz que me has hecho.
  • Feliz me hiciste tú Cécile desde que apareciste en mi vida hace unos meses.
  • Quiero que pasemos el día aquí. Hagamos un picnic, no saldré jamás de este lugar - reí

Por supuesto que acepte y pasamos juntos un día maravilloso en el jardín, solo los dos, en una paz que parecía infinita y pensé de pronto que quería quedarme para siempre allí también con ella. Había tomado demasiado vino y las risas no terminaban, entre el cansancio de los días largos de trabajo y el día de picnic lo único que necesitaba era dormir. Los últimos días solo me sentía agotado, como si lo único que quisiera fuese sumirme en la tranquilidad del sueño. Ella se ofreció conducir hasta la ciudad y la deje porque no estaba en condiciones. Caí en la cama con los ojos cerrados, la escuche reírse mientras me quitaba los zapatos y se recostaba en mi pecho, deje de pensar.

Soñé que corría detrás de ella en el jardín, sobre el lago. Reía, la iluminaba el sol con un resplandor que la hacía parecer de tonos dorados. Me llamaba. Repetía mi nombre y de pronto se detuvo con su cegadora luz apenas podía verla, me repitió en susurros "no me dejes ir" y yo le conteste.. "Jamás".

La insistente alarma sonó taladrándome la cabeza, hice un pequeño gruñido y la apague de un golpe. Restregué mi rostro para obligarme a levantarme, abrí los ojos y me quede viendo un punto fijo evocando aquel extraño sueño tan vivido. Ella se había ido luego de dejarme con un beso, me dijo que lo haría a pesar de mi repetida insistencia por que se quedara. Era tan libre como lo que tanto le gustaba hacer y ya no tenía miedo de que desapareciera porque tenía la certeza de sus sentimientos.

Me di una larga ducha y desayune silbando una canción, tenía que ir a trabajar era lo único que me repetía. Parecía un día normal, salude a todos y me instalé en mi oficina. Hacia un poco de frío como si entráramos en invierno y no lo hubiésemos dejado atrás. Los papeles estaban ordenados y el trabajo estaba al día, fruncí el ceño parpadeando. Estaba seguro de haber dejado un pequeño proyecto pendiente. Olvide aquello cuando sonó un conocido toc toc peculiar en mi puerta, al girar sonreí al ver de quien se trataba. Me levante para darle un fuerte abrazo a mi mejor amigo, nos encontrábamos de vez en cuando para ponernos al día sobre todo cuando estaba en la ciudad, por su trabajo Steve viajaba demasiado, más bien era como un hermano para mí.

  • Sabía que te encontraría aquí, ya está entrando el frió invierno - sacudió sus manos y se sentó frente a mí - su comentario me extrañó iniciaba la primavera - tienes que contarme algo bueno... ¡por favor! dime que esa sonrisa tan temprano significa que durante mi ausencia paso algo interesante.
  • ... ¿a dónde me dijiste que estabas?
  • No cambies de tema... ¡sabes que! empezare yo con el reporte. He tomado unas fotografías de ensueño casi que están en subasta - se echó a reír - hay dos compradores importantes y eso es mucho dinero para mí. Buena suerte en los negocios - frunció los labios - mala en el amor... ¡y tú que!
  • Sonreí tontamente - conocí a alguien
  • ¡No es cierto! - se recompuso inclinándose hacia mí - ¿quién? ¿Cuándo? ¿Dónde?
  • Realmente hice un jardín para ella así que literalmente es mi cliente, pero nunca me había sentido así por alguien yo...
  • Estas enamorado de ella - menciono sarcásticamente y asentí - Por supuesto que sí… por lo menos me dirás su nombre y cuando voy a conocer a la afortunada
  • Quizá tú sepas más de ella como artista que yo... su nombre es Ceci... Cécile White - lo observe cambiar la expresión más de tres veces, hizo un silencio extraño y luego se echó a reír a carcajadas.
  • ¡Es una broma! - volvió a ponerse muy serio - ¿Lewhite? tú... ¿quieres bromear de ese modo conmigo?. Casi me la creo, pensé que realmente habías conocido a alguien ¿Y sales con esto?. No te conocía este humor.
  • No es una broma Steve, realmente la amo y tenemos algo especial juntos.
  • Tardó en reaccionar. Me miraba extrañamente y parecía pensar muy serio en lo que le había dicho - André... ¿quién es esa chica? porque LeWhite... bueno la verdadera... es imposible que sea la misma persona, por lo menos no es la famosísima artista que yo conocí, debe estar engañándote.
  • Me sorprendió escuchar algo así y no creía en que me mintiera, aunque la verdad sabia tan poco y tanto de ella que la posibilidad me hizo dudar - ella es... rubia con cabello rizado precioso y ojos verdes... su sonrisa dulce... y..
  • Espera... - busco entre las cosas que traía en su maletín de fotógrafo y saco un álbum con sus trabajos - tengo una fotografía suya y ya me dirás si es la misma. Esto es muy raro.



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En el texto hay: metaforas, destino fantasia, jardines

Editado: 24.05.2021

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