El Laberinto

Final del sector

Los podridos entran y ambos nos aterramos. Sabemos que ella sabe defenderse y que ella es muy buena peleando y haciendo estrategias, pero era casi imposible que nos preocupáramos.

— Debemos quitarnos estas cosas y ayudar a CJ, ellos podrían matarla por lo invencibles que son, con o sin casco esas cosas pueden matar a cualquiera o mucho peor, infectarlo —menciono inmediatamente.

— Pero tenemos estas porquerías atrapándonos; además, esas cosas no parecen aguantar más de dos golpes y no creo que puedan morderla por esos… tentáculos asquerosos que tienen en la boca. Tienen el cerebro al aire, no podrían ser más vulnerables que un zombi o esas cosas raras que estaban en el falso bosque y su falta de visión obvia. Faltarían muchas pruebas para ver a esas cosas como una amenaza si ignoramos sus puntos débiles.

— Tienen unos aparatos en sus cerebros, ¿no los viste? Si ya eran difíciles de vencer antes, ahora serían más resistentes porque son controlados por una computadora o por esos sociópatas de RedCell. ¡Esas son suficientes pruebas! —le grito a Allen para que se dé cuenta de lo peligrosos que son.

— No son peligrosos, hasta parece que quieres subestimar a propósito a CJ —Dice Allen sin siquiera haberlos visto en su vida, no sé cómo decirle que esas criaturas son muy peligrosas.

— Yo he combatido esas cosas y créeme que no son muy fáciles de vencer, casi mataron a la mitad de mis compañeros —le confieso mientras recuerdo el ataque a Academia Mayura, pero evito recordar varias partes de ese día sin lograrlo.

— ¿Cómo que ya has derrotado a esos monstruos?

— Es… es una larga historia, no tenemos tiempo para eso ahora, debemos salir de aquí ahora y ayudar a CJ —le digo para apartar los recuerdos de ese horrible día.

— Estamos atrapados por quien sabe cuánto tiempo, tenemos mucho tiempo para una larga historia —reconoce Allen, que parece encontrar cualquier excusa para molestarme—. Todos tenemos historias traumáticas, y tú no has de ser la excepción.

— No lo haré, eso no tiene nada que ver con esta situación y no quiero recordarlo sabiendo que probablemente CJ esté luchando con esos podridos.

 — Por dios, amigo, si solo te pasas el día quejándote de lo terrible que es tu vida y piensas que solo tú tienes problemas en su vida no justifica que tengas la peor actitud y que a mí me trates como basura.

— Yo no te trato como si fueras peor que yo o como si no importaras, solo quiero hacer lo más lógico en este maldito infierno.

— Todos hacemos eso y no somos tan roseros y solitario en esta situación como tú, deberías tratar de ser positivo por al menos una vez en tu vida.

— Eso hice y un mes después todo se fue a la mierda.

— Se lo dices a un chico que fue vendido a esta empresa como si fuera un producto que ya no ocupan, no es como si tu historia fuera más horrible que la de todos.

— Si tanto quieres saber mi historia, te la diré para que estés contento. Conseguí mis poderes y fui transferido a…

La puerta de donde entró CJ y los dos podridos sale disparada al otro lado acompañada por una explosión, dejándonos muy confundidos a ambos. Del enorme agujero que dejó la explosión sale CJ con su mano derecha iluminada como si fuera un foco, y en su mano iluminada parece haber una pequeña esfera blanca, lo que nos deja a mí y a Allen más confundidos que nunca.

— Al suelo —nos ordena CJ con una voz muy tranquila, y lanza esa esfera blanca a un grupo de podridos que estaba detrás de nosotros, y que jamás nos dimos cuenta de su existencia. Dirige su mano hacia mi trampa de oso con una expresión de enojo y tranquilidad a la vez, algo que inevitablemente me preocupa por la posibilidad de que me mate y salga de aquí con menos problemas.

— Oye, ten muchísimo cuidado y no me mates, esa cosa podría… —y antes de que pueda reaccionar hace explotar la trampa y la de Allen, sin dejar una herida, lo que me hace suponer que ha tenido mucho tiempo para practicar sus poderes.

— Muchas gracias, eso me sorprende cuando apenas has usado tus poderes —le agradece Allen casi llorando mientras lo trata de ocultar, eso de usar sus poderes por primera o segunda vez derrumba mi teoría de lo que ha hecho antes de llegar a este laberinto de porquería.

— La situación lo amerita, hay que largarnos de este lugar, no quiero volver a ver lo que había en esa habitación.

 Nos vamos corriendo a la salida a la vez que CJ hace explotar a más podridos que salen de todas partes, incluso algunos caen del techo antes de estrellarse cerca de nosotros y romper su casco. Salimos de la parte del campamento, y entre más nos acercamos a la puerta, hay menos podridos cerca de nosotros, pero no hace que ya no sean un peligro que debemos combatir a golpes, solo nos garantiza un escape del primer sector sin tantos problemas y eso sería más fácil que llegar corriendo y que el más cerca ponga la palanca mientras los otros peleamos a muerte con cada podrido. Giramos por el ultimo pasillo, teniendo la puerta de salida justo enfrente de nosotros. Soy el primero en llegar y al voltear me doy cuenta que de dos cosas que hay una enorme jauría de undersons, y que hay una fuga de gas que proviene de una tubería rota, tengo un plan.

— CJ, la tubería, ¡ahora! —le grito esperando a que entienda mi plan.



#1917 en Ciencia ficción
#12666 en Otros
#1579 en Aventura

En el texto hay: oscuridad, armas biologicas, laberinto

Editado: 26.03.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.