Capitulo 6. Ella es poderosa

Si a la Alina del pasado, con 13 o 14 años le hubieran dicho que era un ser sobrenatural como las series o pelis, estaría saltando de la emoción queriendo conocerlo todo. Pero a la Alina de ahora, del presente, la que acababa de cumplir los 18 años, esta chica que soy, solo quería regresar en el tiempo y quedarse estancada en los 17, donde su vida era normal. No una maldita peli de fantasía. Yo quería graduarme, ir a la universidad de artes, NO SER UN MALDITO SER SOBRENATURAL. Lo peor de todo, es que eso seguía pareciendo ilógico ¿Era real? Nada de lo que sucedía parecía ser una mentira.

Luego de llorar dos horas en el bosque, me di cuenta que si no me movía iba a morir congelada. Me perdí, como no hacerlo después de correr de esa manera. En estos momentos deseaba que el pelirrojo me lea la mente y me encontrara, pero dudaba que eso sucediera después de mi drama. Puedo excusarme perfectamente con un “Lo siento, fui humana 17 años de mi vida y ahora me vienen con esta locura ¿Cómo pensaban que me lo tomaría? WAU QUE GENIALIDAD, ¡ME ENCANTA! No claro que no”.  ¿No podía ser alguien normal? Mi mente seguía repitiendo que tal vez ese era mi legado. Camino sin rumbo pensando que será de mi vida ahora, digo seguramente ellos pretendan que haga algo. Observo mis manos arañadas por mi ataque de locura, las heridas se estaban yendo tan rápido como allí llegaron. Me asuste. Sacudí mis manos y las deje detrás de mi espalda.

—Hasta que te encontré— me sobresalte, Aleixandre se encontraba a mis espaldas. —Se cuán difícil debe ser esto para ti— pequeños dejes de compasión habia en su voz— La preparación de un cazador es desde que tienes conocimiento, al principio para mí fue muy costoso, yo quería ser normal sin siquiera saber que era ser normal, no asistía a mis entrenamientos y me negaba a aceptar mi destino…tuve que hacerlo sin importar que, deje de lado mi miedo. —conto, me extendía su mano. Su historia me ablando un poco, camine resignada a su lado.

No quedaba otra opción más que esa.

En el camino a la mansión pensé en él, en lo dibujos y también en su historia. Alexai es un cazador, como él dijo eso llevaba mucho entrenamiento ¿Qué sucedía si no aceptas tu destino? ¿Te mataban? Ahora me entraba la curiosidad por saber sobre esos seres sobrenaturales, si serian como en las películas o simplemente nosotros los humanos nos gustaba desvariar. Pensé en qué clase de ser sobrenatural era yo, Hades nunca me especifico que soy. Las palabras del chico se repitieron en mi mente “Tuve que hacerlo sin importar que.” Debía aceptar mi destino sin importar que, si le veía el lado positivo no sonaba tan mal. Nos detuvimos frente a una grande área sin arboles

—¿Estás perdido? —le pregunte, el me miro frunciendo el ceño.

—La casa se encuentra frente a tus ojos Alina— esta vez fui yo quien frunció el ceño mirando al espacio vacío, no veía nada— Mira más atentamente, visualízala…—me susurro, entonces apareció. La hermosa mansión de cuatro pisos apareció ante mis ojos, mierda.

Quise gritar, pero solo me dediqué a caminar para entrar. Comenzaba a congelarme. Dentro todo seguía igual. Hera me observaba preocupada, Arlet con odio, y Hades con confusión y odio, creo que todo mi drama hizo que me odien. O no, porque comenzaron a explicarme varias cosas sobre ese mundo completamente desconocido para mí. Me sentía en una clase de historia.

Los seres sobrenaturales no habitaban en la famosa tierra o lo que sea, al principio pensé que habia un planeta y todo al estilo Krypton, pero no. Era un mundo en otra dimensión, se puede llegar solo por portales mágicos ¿ENTIENDEN ESO? Para mi mente fantasiosa eso esa maravilloso. Me explicaron que aún no podían llevarme, era demasiado peligroso que los rumores se expandan y me encuentren, aquel mundo se encontraba en una guerra entre el bien y el mal, la oscuridad y la luz. Entonces dijeron algo que capto más mi atención, hablaban de traer al consejo aquí. Como chismosa que soy pregunte que era el consejo: está formado por ocho seres sobrenaturales, ellos creaban las leyes de Asdic, ellos eran los que mantenían el orden. Pregunte también quienes eran esos seres, me nombraron solo a siete, pregunte por el octavo, pero dejaron la respuesta en el aire. ¿Entonces solo existían ocho seres sobrenaturales en el mundo? La respuesta fue no, habia un centenar de seres que apenas se sabía de su existencia, solo estaba los principales más poderosos.

—Iré a Asdic, traeré a Danae y luego ella se encargará de traer a los demás aquí, será la única que nos creerá— dijo mirándome fijamente.

Él y Hera salieron fuera de la casa, aun por el ventanal podía verlos. Ella hizo algo con sus manos, un aro de fuego apareció frente a ellos, si observabas bien podías notar la nieve derretirse debajo de eso. Alexai se adentró en el mirándome por última vez. Cuando la pelirroja volvió, aproveche el momento para preguntarle quien era Danae. Primero comenzó explicando todo generalmente, cada grupo de seres tenían a su propio líder, como lo elegían quedaba en sus manos. Danae era la líder de las hadas, seres sabios, muy inteligentes, hermosos y amables, algunos los consideraban débiles, pero no, ellos eran muy poderosos y temibles si querían, aunque evitaban la violencia siempre que podían. Según Hera, la líder era la única que podía contarme más a fondo que era yo, ahora lo único que podía hacer es esperar.

Digamos que no soy alguien de paciencia.

Subí a la habitación, busqué mis cuadernos de dibujo, seguí con uno que habia dejado por la mitad. Era de Hades, a diferencia de los demás, este poseía color. Opte por darle vida ya que los ojos y cabellos de ese chico no podían faltar, eran lo llamativo en su persona. Hades tiene su atractivo natural que te deja anonada, además de una voz tan sensual…no quería pensar en el de esa forma, pero el chico era un maldito dios.

—Confirmado que eres una gran artista— él recién nombrado apareció a mi lado asustándome, quise cerrar el cuaderno antes de que lo viera, pero fue muy tarde— creo que tengo un fan—se mordió el labio inferior, me guarde esa imagen mental para retratarla luego y rodee los ojos.