El Mago y la Princesa Imperial # Libro 0 # saga Deidades

Capítulo 28: La furia del Gran Mago

“¡Esto no es el Reino de Arcia!”, sentenció el Gran Mago, de forma potente y bestial; mientras que el verdadero color de su túnica, y su conocido rostro, se revelaban ante todos.

El maná azulado de Owen Shan, se expandió de forma agresiva y abrupta; haciendo que algunos de los mercenarios se cayeran al suelo sobre sus nalgas.

 “¿Pero que demonios…?”, maldijo uno, mientras intentaba recomponerse.

“¡Mierda! No puede ser… ¡Miren su rostro!” soltó otro mercenario, totalmente aterrado.

“¡Te conozco! ¡Eres el hombre récord durante 37 duelos continuos en los Grandes Juegos Mágicos del Imperio Elessar! ¡El orgullo de la raza humana!”, declaró con cierto tono de admiración y respeto, un tercero.

“¿Qué? ¡Diablos! ¡Me largo de aquí!”, exclamó, el único mercenario que todavía no se había desmontado de su caballo; mientras comenzaba a patear con urgencia a su montura.

Lo que estos sujetos no sabían era que, este Gran Mago, nunca tuvo la intención de dejarlos escapar. Y desde el momento en que los descubrió dentro de los territorios de la Academia Celestine, sus destinos estaban sellados.

“¿Compañía de mercenarios de la Rosa Blanca? ¿Una orden emitida por la cabeza de la familia Jernigan? ¡Que mierda me importa todo esto! En este lugar, hasta el puto Rey de Arcia tendría que mostrarse humilde ante mi presencia”, gruñó Owen Shan, con potencia, sacando toda su furia reprimida.

El mercenario que vestía de blanco, había quedado aturdido durante un instante, hasta que se percató de la magnitud del enemigo al que se enfrentaban.

Un solo Mago Oficial ya sería una presa sumamente difícil en contra de un pequeño grupo de mercenarios como el suyo. Sobre todo; si eran tomados desprevenidos, como ahora. Pero… ¡Su oponente actual era un Gran Mago! ¡Y uno especialmente famoso que se destacaba en combate!

Muchos decían que este era el mago elemental, de fuego y tierra, más talentoso en todo el continente; y un futuro Archimago... ¡Obviamente el sujeto de blanco también quería escapar y pronto!

Pero era el líder de este pequeño grupo, y tenía cierta reputación que debía mantener. Además, el Gran Mago no parecía querer dejarlos escapar a salvo.

« Si de todas formas voy a caer hoy, lo haré cumpliendo con mi misión. », decidió, saliendo de su aturdimiento, el líder de este pequeño escuadrón de mercenarios.

Su misión era sencilla, debía capturar a la chica y entregársela al duque.

El sujeto de armadura blanca sabía que con el Gran Mago aquí, esto no sería posible; excepto que logren tomarla como rehén y usarla para escapar.

Pero, cuando estaba a punto de darse la vuelta para capturar a su objetivo.

~ ¡GroaR! ~

El lobo azul saltó sobre su cabeza, con sus afilados colmillos totalmente expuestos.

El pesado casco del mercenario, que estaba hecho con láminas de metal de buena calidad, le permitió resistir la mordida sorpresiva del enorme lobo.

Pero, el peligro estaba lejos de desaparecer para este hombre; ya que, el lobo, lo aplastó con sus dos patas delanteras por la espalda; desnucándolo en el proceso.

¡Una muerte atroz y espeluznante!

Del otro lado del terreno, el jinete que antes había intentado escapar a toda velocidad; ahora yacía desparramado por el suelo con varios huesos rotos.

Owen Shan había levantado un pilar de tierra debajo de él, mientras intentaba huir con desesperación, enviándolo a volar junto a su caballo.

La caída no fue placentera. El caballo de pura sangre tenía un tamaño considerable y cayó con todo su peso sobre el propio jinete; provocando que su pierna y su cadera se rompieran. Probablemente, desde este preciso momento, la inutilidad lo seguiría durante toda su vida.

Los otros cinco sujetos, ni siquiera intentaron resistirse y comenzaron a suplicar desvergonzadamente:

“Poderoso Gran Mago ¡Ten misericordia de nuestras insignificantes vidas! ¡No valemos tanto como su preciado maná!”

“En realidad ¡Lo admiramos mucho! Por favor, haremos lo que nos pida. ¡Solo perdónenos por el bien de nuestras pobres familias!”

“¡Yo tengo dos esposas y trece hijos que alimentar!”

“Yo solo tengo un hijo. ¡Pero es su admirador número uno y hasta tiene un cuadro con su imagen en su habitación!”

“¡Mis dos hijos se llaman Owen en honor a usted!”

Ahora que Owen Shan había sido reconocido, los sujetos comenzaron a agasajarlo descaradamente; con mentiras muy poco elaboradas.

El Gran Mago mostró una amarga sonrisa, mientras negaba con la cabeza. Antes pensaba en matarlos a todos, pero realmente tenía una debilidad por aquellos idiotas que lo divertían.

“Bien, les perdonaré sus vidas por ahora”, afirmó Owen, con el mismo tono de voz casual que uno usaría para hablar del clima.

Los sujetos suspiraron con alivio, sintiendo que se habían salvado esta vez. Pero, de inmediato, Owen recitó:

“¡Sagitta Ignis!” (Flechas de Fuego)

~ Fiuuu! ~

~ Fiuuu! ~

~ Fiuuu! ~

~ Fiuuu! ~

~ Fiuuu! ~

Una serie de veloces flechas ardientes, salieron disparadas directo hacia las rodillas de los cinco mercenarios sobrevivientes; impactando con precisión milimétrica en los objetivos.

Los gritos de dolor se sintieron en los alrededores del bosque, espantando a algunos pájaros; que salieron volando de inmediato, desde un árbol cercano.

Las heridas causadas por este hechizo elemental de subclase fuego se cauterizaban casi de inmediato al impactar, por lo cual, nadie se desangraría hasta la muerte hoy.

Pero, los sujetos supieron de inmediato que, después de esta dura lesión, no les sería posible seguir con un estilo de vida tan aventurero como el actual.



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Editado: 26.06.2021

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