El miedo no es una opción

Capítulo 10

Me despierto helada—solo era un sueño...—pienso en voz alta, intentando convencerme de eso. 

—¿Pesadillas?—escucho la voz de Dylan desde una esquina oscura de mi cuarto. 

—¿Tu qué haces aquí?—lo veo elevando una ceja, bueno al menos finjo verlo debido a que aun no logro visualizarlo. Pero reconozco su perfectamente. 

—No me has contestado Sophia—sigo escuchando su voz desde esa esquina e intento enfocar mi vista—Ni lo intentes—escucho su voz en mi oído y me volteó encontrándome con mi mesa de noche. 

—¿Que quieres?—pregunto viendo al frente, ya cansada, me estoy hartando de estos jueguitos de él. 
 

—¿Que viste?—lo escucho decir de nuevo, esta vez su voz se escuchaba más ronca, en lo personal diría sexy. 

—No sé de que hablas—digo mientras me levanto dirigiéndome al baño. 

—Es malo mentir Sophia, no iras al cielo—escucho su voz sintiendo sus labios contra mi cuello erizándome la piel. 

—Ya perdí la esperanza de ir al cielo Dylan—digo mientras me veo al espejo. En realidad me miraba horrible, me agarro el pelo con un prensador intentando medio arreglarlo mientras me preparo para bañarme. 

—Todos quieren ir, aunque lo nieguen—volteo hacia donde escucho su voz encontrándome con mi toalla en los aires, la tomo y me adentro en el baño. Una vez ya lista para bañar enciendo la llave dejándome llevar por mis pensamientos más oscuros mientras el agua cae y observo las gotas caer con detenimiento. 

—Hermosa vista, Sophia—escucho la voz de él adentro del baño, sonrojándome completamente. 

Me volteo hacia donde se escucha su voz y me encuentro ni nada más ni nada menos que con sus hermosos ojos azules penetrantes, ¿por qué tenía que ser tan sexy?, niego con mi cabeza rápido y lo asesino con la mirada. 

—Hola fea—dice sonriendo de lado y lamiendo sus labios los cuales tenían ¿sangre? 

—¿Se puede saber a quién mataste?, pero más importante aún, ¡¿QUE DEMONIOS HACES AQUI!?!—grito exasperada. 
 

Se tapa los oídos riendo—Uy, que agresiva linda—desaparece y suspiro pesando empezando  a enojarme. En eso siento sus manos en mis caderas y un beso cálido en mi cuello haciendo que me sonroje de nuevo. 

—La sangre de tu madre sabe bien, ¿sabes?—lo escucho susurrarme al oído quedando en shock momentáneamente, ¿A qué demonios se refería este imbécil ahora? 

Me volteo enojada—¿qué demonios le hiciste?—lo miro amenazadoramente. 

—¿Yo?—pregunta sonriendo de lado—nada, pero tu linda...—me suelta y desaparece entre los bloques de las paredes. 
 

Me enjuago y me voy a vestir lo más rápido que puedo, detesto no disfrutar el baño pero tengo que verificar que ese idiota sexy de Dylan no le haya hecho nada a mi madre. 
 

Al bajar todo está en completo silencio y ordenado. Voy rápido a la cocina, ahí me encuentro a mi madre cocinando por lo cual suspiro más relajada y me acerco a ella. 
 

—Buenos días mamá...
 

Ella se voltea y me quedo en shock al verla, tiene encintada la boca y las manos a la olla, en la cinta de la boca tiene algo escrito: 

Ten cuidado con lo que deseas Sophia. 
Con amor, La Sombra. 

—La sombra...—murmuro para mi, pensativa. 

—¿No piensas desatarla?—escucho la voz de Dylan en mi cabeza y reacciono sacudiendo la cabeza. Empiezo a soltar a mi madre y una vez termino digo en casi un susurro con la cabeza gacha. 

—¿Estás bien?—al escuchar que no responde levanto mi vista y no esta - ¿mamá?—veo a mis lados intentando calmarme, me dirijo a la sala rápido y desde la parte de arriba de las grandes gradas veo a una sombra con mi madre atada. 
M

—Adiós Sophia—dice está desapareciendo junto a mi mamá. Corro histérica hacia las gradas pero no hay nada cuando al fin llego arriba. 

—¡Mama!—me pongo a buscarla por todas partes sin éxito gritando histérica. Después de haber recorrido toda la mansión, cansada, me dirijo al cuarto de mi madre y desde la puerta puedo ver un bulto debajo de las sabanas de la cama. Voy rápido hacia este y le quito la colcha blanca que traía encima. 

—Hola linda, solo descansaba—me encuentro a Dylan  en la cama de mi madre. 

—¡¿Se puede saber qué demonios haces aquí?!—grito enojada. Por un momento estaba esperanzada en que fuese mi madre y todo haya sido producto de mi imaginación... 

Solo por un momento… 

Siento cómo mis ojos humedecen y baja una lagrima por mi mejilla. 

—Diana...—dice Dylan en forma de murmuro preocupado. 

La verdad no sé quién es, me suena ese nombre pero no quiero pensar en ello ahora, solo quiero que me abrace. Necesitaba sentir que esto era real, que aun estaba viva. Necesitaba a mi madre y lo abracé lo más fuerte que pude mientras lágrimas salían sin parar de mis ojos cafés. 

—Eres un maldito idiota—digo entre lágrimas mientras él solo ríe leve abrazándome. 

—El maldito idiota que quieres Sophia—dice abrazándome un poco más fuerte. 

Levanto mi vista soltándome del abrazo y lo miro—Eres un masoquista ¿sabes? 

—Y tu también linda—dice en forma de susurro en mi oreja a lo que yo ruedo mis ojos. —¿Por qué llorabas? No recuerdo haberte roto la pierna—sonríe de lado mordiendo su labio inferior—aunque no sería mala idea. 

Ignoro su comentario y bajo la vista. 

—Raptaron a mi madre...—digo algo bajo 

—Entonces debe estar ya muerta—dice con simpleza a lo que yo lo veo mal. 

—¿No puedes ser algo sensible por una vez en tu vana existencia?— replico viéndolo triste y enojada. Él suspira y me ve a los ojos. 

—Mira Sophia, no es por molestarte pero los conozco, conozco a esas sombras y de seguro mataron a tu madre. No pienso decirte "hey, la vamos a rescatar", no pienso darte falsas esperanzas, no soy de esa clase de ser. Prefiero decirte la cruda verdad y que me odies, solo seria alargar el momento de odio dándote lo que ustedes llaman "esperanza", creo. Yo lo llamo engaño y debilidad, ella ya debe estar muerta y solo están jugando contigo—dice sin alguna expresión en su rostro. 
 



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Editado: 02.09.2019

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