El Misterio de Mr Bloody

†C1†

 

          »—Marinnette—«

Hacía mucho frío, esa semana en greenwell, la temperatura había bajado de una forma sorprendente.
Los alumnos de  "Hilton head island high school" salían de clases sientiendo sus dedos congelar por el frío. Marinnette Bolton, salía de aquella secundaria usando su mejor abrigo sobre su uniforme para cubrirse del frío,  traía consigo unos audífonos, siempre los usaba, después de aquel incidente los audífonos se habían vuelto sus confidentes, jamás salía de casa sin ellos, aunque debes en cuando tenía problemas con los maestros seguía usándolos, y no por que se consideraba una rebelde, en realidad, era una chica muy pacífica como para tal, sino por el hecho de que después de haber salido del hospital, hace dos años, había usado la música como un escape, cosa que le enseño a leer los labios, al principio todo era un desastre, para así decir, pero luego se volvió una experta, algo que le había ayudado de una forma indescriptible en sus clases.

Sintió una gota de lluvia caer sobre sus mejillas haciendo su piel erizar por el frío de aquella gota, inclinó la cabeza hacia atrás mirando el cielo y vio que ese gris oscuro daba señal de que aproximaba una fuerte lluvia, no perdió tiempo en esperar que comenzará a llover y se encaminó lo más rápido que pudo al lugar donde siempre quedaba con su mamá después de clases, frente al instituto todos los días con de vez en cuando unos minutos de retraso se encontraba su madre allí esperándola con una sonrisa, y agradeció al cielo que está vez no la haya hecho esperar, no se veía bajo la lluvia siendo empapa y preparada para un resfriado.

Subió al auto sin ni siquiera saludar a su madre la cual tenía la rutinaria sonrisa dibujada en su rostro, siempre la tenía, a tal punto que a veces le desesperaba tener que ver aquella sonrisa de intento de hacerle creer que todo está bien, cuando en realidad nada está bien, por lo menos no para ella.

Su madre no dudo en conducir mientras tatareaba una canción que ella entendía al leerle nos labios "tararararara" 
Recordó las veces que su hermana mayor tatareaba esa canción junto a ella y su madre, sintió nostalgia ante los recuerdos, trago grueso tratando de aliviar el nudo que se formaba en su garganta mientras desviaba su vista hacia la ventana.
Su madre al ver la tristeza reflejada en el rostro de ella comenzó a bombearla de preguntas sobre cómo le había ido en el instituto, pero ella solo se limitó a responder la de única que siempre respondía "¿Como te fue hoy?" 
"Bien" esa era siempre su repuesta, algo que no era más que una vil mentira, desde hace dos años había dejado de sentirse bien, había olvidado como se siente esa expresión, más no decirla.

Los minutos en aquel coche parecían eternos, solo quería cerrar los ojos y dormir para luego hacer sus deberes y leer, para volver a dormir y despertar al otro día para repetir la rutina.
Unos dos minutos después de que su desespero la comenzará a asfixiar el auto se detuvo, no pensó dos veces en tomar su mochila la cual había descansando junto a sus pies para salir de allí y encaminar dentro de la casa.
Sacó sus llaves ignorando todo a su alrededor, aunque no pudo evitar ver un sobre color rojo en tono similar a la sangre, su ceño se frunció al ver su nombre en el.
«para Marinnette Bolton» se preguntó quién le enviaría un sobre, pensó en la editorial con la cual había comenzando a colaborar pero descarto esa idea al recordar que ellos siempre mandaban correo.
Sintió una presencia acercándose a ella la cual imagino que era su madre, tomo el sobre y abrió la puerta sientiendo el aire hogareño envolverla, ese que había detestado con el paso del tiempo.
Subió a su habitación sin ni siquiera saludar a su padre el cual no sería muy difícil de saber que estaba a unos pares de metros en su despacho.
Al llegar cerró la puerta con seguro y se dispuso a observar con curiosidad la carta.
Rasgo el primer papel en busca de la nota dejada la cual era de igual color que el sobre.

Antes de leer lo que contenía aquel sobre sintió su celular vibrar y escuchó como su canción era interrumpida por el pitido de la llamada.

Número desconocido dudo en segundo antes de contestar, pero ¿Que perdería? Apostó que nada.

—¿Hola?—Contesto con esa suave voz que la hacía lucir como un pequeño conejillo en medio de una jaula llena de gorilas.

—¿Lista para el juego, Marinnette?—Contestaron—espero que hayas recibido tu nota—Colgaron.

Aquella voz grave, alterada había hecho que cada vello de su piel se erizará sintiendo como los nervios y el miedo la abrazan.
Bajo la mirada a la nota sin soltar su celular y ni siquiera moverlo.

En la cabaña abandonada en medio del bosque.
Siete treinta de la mañana, miércoles, si faltas, tu madre muere.
att: Mr. Bloody

Leyó, por un segundo pensó que alguien le había jugado una broma pero esa duda fue remplaza por otra:

¿Quien era Mr. Bloody?

✎﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏﹏

            »—Max—»

El grupo de fútbol americano se encontraba esparcido en las duchas, la lluvia había atrasado el juego y al terminar quedaron todos cubiertos de lodo, habían usado la oportunidad de estar allí para divertirse de una que otras maneras, todos lo hacían, en excepción de alguien:
Max Lennon, simplemente se molestaba en observar al grupo de amigos haciendo chistes del mal gusto y una que otras anécdotas graciosas que le habían pasado en estado borrachera, las risas retumbaban en las paredes de aquel lugar, mientras max solo limitaba a dar una sonrisa sin mucha emoción, su vida había cambiado tanto en el último año y medio, su vida se había apagado poco apoco haciendo que el fútbol fuese su única fuente de vida.

—¡Max, ven aquí!—llamó una voz.
No tenía que ser adivino para saber que esa voz le pertenecía a su mejor amigo, Zack.
Le dedicó una sonrisa mientras negaba, no tenía ánimo de entablar una conversación, ni con el, ni con nadie, por lo menos no en ese momento.




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