capitulo 3 parte 2

Abro los ojos con mucho esfuerzo, no puedo enfocar bien, pero por lo que veo esto todo color blanco, parpadeo unas veces más, y sigue todo blanco, no creo que este en el cielo, no, soy bruja y demonio sería una aberración que este en el paraíso. Trato de levantarme, pero al hacerlo un pitido que suena como advertencia hace que me quede quieta y trato de calmarme y pensar en lo ocurrido; cornudos y sangre y desmayo, suspiro aliviada al recordar lo sucedido, no morí estoy en hospital ¡Dioses! recibí un cuchillazo en mi panza, trato de ubicar la herida pero otra vez el sonido se hace presente, no puedo moverme, debe ser grave si debo permanecer quieta. Ahora veo bien, mis ojos ya enfocan, estoy sola, no hay armarios solo una mesita y una ventana que está cerrada, al lado mío están estas máquinas que hacen un ruido hartante y una silla.

Me pregunto dónde están papá, Tomás. ¿Cómo estarán ?, lo último que recuerdo es la imagen de mi compañero matando. Respiro hondo, no debo pensar más en lo ocurrido estoy viva y es lo único que importa, son cosas del oficio, sí.

Quedo mirando el techo blanco, estoy nula y aburrida, ¿cuándo vendrán a verme las enfermeras?

cortina y me pega justo en los ojos, por lo menos me doy cuenta que es de día. Escucho que se abre la puerta, giro mi cabeza y veo a mi papá y a Tomás entrar con vasos de café, se nota que acaban de bañarse, pero no sabría decir si durmieron, por más que viera ojeras, sonrío tiernamente por la imagen, ellos al verme despierta sonríen como personas en una publicidad de dentistas. Tomás se va a llamar a las enfermeras y mi padre se acerca a mí, deja las tazas en la mesa y besa mi frente:

- ¿cómo te sientes? (se sienta tomándome la mano)

-no puedo moverme, esta máquina (señalo el aparato de a mi izquierda) no deja de sonar si me muevo y adolorida y perdida y hambrienta (me rio)

-son demasiados "y" (se ríe). (me mira a los ojos) Me diste un buen susto, estabas mal hija, pálida, fría, yo pensé lo peor (sus ojos se humedecen y su voz se corta) Tomás te trajo cargada hasta aquí, él estaba serio y frio, cuando lo vi, me conto lo que paso, se siente culpable, pero sé que no tiene la culpa.

- ¿por qué?

-el que te lanzo el cuchillo tiene el poder de detener el tiempo por unos segundos, no parece mucho, pero en combate es suficiente para adelantarse y matar sin que se den cuenta, Tomás no pudo predecir esto, es difícil adelantarse a algo que no sucedió en este tiempo.

Llega la enfermera con el doctor, mi padre se retira, dejándome con ellos, me revisan y cambian las vendan.

Me comentan que el corte fue profundo y que perdí mucha sangre ya que me dio cerca del hígado por lo tanto esto quiere decir que debo comer pura sopa y que estaré aquí unas semanas más, perfecto. Los profesionales se van y entran mis seres. Tomás está mal su cara de culpa y de bronca es imposible no notar, se acerca a mí:

-gracias a los dioses que estas viva, (me aprieta la mano y su voz es gruesa, sus ojos están vidriosos) yo no pude, no sé qué paso, lo siento Iris, casi mueres por mi culpa (cierra los ojos y suspira)

-esto es suficiente (le suelto la mano y lo miro) tú no tuviste la culpa (lo señalo) y lo sabes así que, basta de "lo siento" otsea estoy viva (me acomodo el pelo de manera glamm) entonces… ¿qué hay de nuevo?(le sonrío ambos)

Los dos sonríen y sé que está olvidado este asunto, pero no superado, ellos dos se sentirán culpables siempre.

Me cuentan que estoy hace dos días, me operaron y todo eso, es decir llevo tres días aquí y tengo para varias semanas, lo que me hace recordar de Derek. ¡Dioses!

-papá me prestas el celular, tengo que hacer una llamada (lo miro suplicante y junto las manos)

-ten, pero solo un momento (me lo entrega y se levanta para dejarme sola)

-buscaré tu celular, está cargándose en el auto. (Tomás se va)

Busco el número de la empresa, no cerraron todavía, bien, suspiro nerviosa y marco. Suena 3 veces y atiende:

-empresa de seguros Hale, ¿en qué le puedo servir?

-buenos días, quisiera saber si está el señor Derek Hale, es importante (muerdo mi uña)

- ¿quién lo busca?

-Iris Prince, me conoció hace unos días atrás.

-espere un momento que le comunico (pone esa odiosa canción de espera). Señorita Prince, el señor Hale está ocupado en este momento, ¿quiere dejar un recado?

- (si, que odio su voz y sé que está mintiendo, él esta. Fui apuñalada por un demonio que detiene el tiempo, por eso no llame antes), (acomodo mi pelo y suspiro) no, así está bien, gracias. Cuelgo y cierro los ojos pasándome las manos por mi cara con frustración, no puede ser que todo lo que he conseguido me lo quite un cornudo a cuchillazos literalmente. Derek pensará que soy una cualquiera, que no me importa el puesto y que soy una mentirosa, y no de verdad quiero esto. Quiero gritar de bronca, pero si hago un esfuerzo mis puntos se abrirán y todo empeorará. ¡DIOSES!

Tomás y mi padre vuelven con bolsas de comida, malos, yo solo tengo una sopa de zapallo, moriré de hambre. Pasamos el rato hablando y viendo películas, al fín me siento tranquila entre ellos, pero un nudo en el pecho me hace sentir triste y sé que es por Derek.

Ya es tarde cuando ellos se van a descansar, se despiden con un beso en la frente y me entregan el celular mío. Yo solo quiero cerrar los ojos y desaparecer estos días.

Ha pasado una semana, todo sigue igual, mejor pero igual, Derek no me llamo, lo único bueno es que puedo volver a casa ya que la sutura está completamente bien pero no debo moverme, es mucho mejor esto que estar aquí, odio los hospitales.

Tomás y papa me están llevando a casa, no se han peleado en esta semana lo cual es raro, pero me agrada que mi tragedia traiga algo bueno. Bajo del auto despacio y al ver mi casa siento paz, respiro hondo y entro, papá me acompaña a mi cuarto y deja mi bolso, se despide de mi diciendo que vendrá en estos días a ver como sigo, asiento y me acuesto. Tomás me despierta para darme el medicamento y mi comida: