CAPITULO 3

Encuentro la heladería de la que Henry me hablaba y lo veo sentado en la primera mesa cuando entro. Me acerco y toco su hombro antes de sentarme a saludarlo.

- ¡Hola!

-Hola Anne, que gusto que hayas podido venir. - me responde con una sonrisa.

-El gusto es mío Henry, eres el único rostro familiar que tengo aquí. Venir a una ciudad donde no conoces a nadie es inquietante, pero saber que está aquí lo volvió un poco más llevadero. - digo con honestidad.

Charlamos a gusto aproximadamente 2 horas, y luego nos despedimos ya que debía irse a la quimioterapia.

-Me agrado mucho esta salida- me dice Henry-espero se pueda repetir. - y se sube al auto que vino a recogerlo y veo como se aleja en la calle.

-Yo igual. - digo en un susurro.

Me doy la vuelta y veo que en frente de la plaza hay un hermoso y extenso parque, cruzo la calle para dirigirme ahí. Empiezo una caminata, necesito procesar todo lo que hable con Henry, al parecer sigue padeciendo leucemia y ha estado cerca de morir en varias ocasiones. Su familia vino a vivir aquí desde que él era un niño (cuando nos conocimos) por esa razón lo retiraron de la escuela, me dijo que pudo culminar la secundaria pero que no planea seguir la universidad por qué le parece una pérdida de tiempo, y eso es lo que menos tiene según él. Le comenté que vine a residir aquí por mis estudios y se alegró mucho de que alguien si pueda cumplir sus metas. Al pensar en todo eso me parece increíble la gran incertidumbre que nos causa la vida, un día estas bien y al siguiente puedes estar a punto de morir. Nada es seguro ni concreto, el estar vivo es como la neblina matutina, sabes que está ahí, la puedes observar, pero en cualquier momento se desvanece. Me imagino que para Henry ese es un pensamiento constante pero aun así vive de una manera alegre.

Llamo a mi madre mientras estoy en el parque y le cuento lo que ha sucedido. Ella se alegra mucho de que ya me esté familiarizando con el lugar y de que me haya encontrado con Henry, culmino la llamada prometiéndole nuevamente que estaré llamándola constantemente. Cuando guardo mi celular, una pareja en frente mío llama mi atención, puedo ver al chico de espaldas, pero a la chica si la veo con claridad. Una pelirroja de piel blanca, se la ve muy triste como si hubiera estado llorando. El chico intenta abrazarla, pero ella no se deja, él se da la vuelta y puedo notar que es Marco, quien no se da cuenta que me encuentro ahí. Quizá esa chica sea su novia con la que tenía ciertos problemas ese día, la chica termina por irse corriendo y pasa por mi lado donde escucho como se va sollozando. Me pongo de pie para irme despues de haber presenciado lo sucedido, alguien me toma del brazo y noto que es Marco.

- ¿Anne?, ¿qué haces aquí? - me pregunta.

-Vine a dar una caminata, tratando de conocer un poco la ciudad. -disimulo mi nerviosismo.

-Aaaah, claro. ¿quieres que te acompañe?

-En realidad ya iba de salida, pero si quieres dar una vuelta no hay problema. -contesto.

Marco asiente con la cabeza y empezamos a caminar, me cuenta un poco de la historia de la ciudad, del restaurante, de la Sra. Adams (de la cual me entero que su nombre es Patty). Le platico acerca de mi familia y al parecer hemos coincidido en algunos eventos desde bebes, aunque él es un poco mayor. Quiero preguntarle sobre lo que vi con la chica pelirroja pero no sé cómo decírselo, hasta que quedamos frente a un lago con la vista hacia ahí.

-Sé que me viste con Emma- trato de justificarme diciendo que no estaba espiando-ssshhh, tranquila Anne. Quizá fue casualidad que estuvieras ahí, no hay problema, es solo que estoy muy confundido al respecto ¿sabes? - empieza a desahogarse- Emma es perfecta, es una novia excelente, una buena amiga, ha sido un gran apoyo en todo sentido, pero no la amo. Ella sí. Y no sabes lo frustrante que es no poder corresponderle de la forma que se merece.

-No entiendo, ¿pero ustedes son novios no? ¿no se supone que si ya tienes pareja todo debe ser reciproco? –digo curiosa, y la verdad pienso así. Tuve dos novios en el pasado, pero no funciono, aun así, en ambas relaciones puedo decir que, si desarrolle un cariño especial quizá no el amor, pero si era diferente.

-Anne, muchas veces podemos confundir el amor con agradecimiento, el cariño con las ganas de tratar de devolver algo que quizá en un momento nos dieron. Creo que eso sucede con Emma, nos conocemos desde hace unos 3 años, fuimos muy buenos amigos y nunca podré hacer lo suficiente para compensar todo el apoyo que me dio y me sigue dando, decidimos intentarlo como pareja, pero siempre tenemos estos problemas, ella siente que no doy lo suficiente de mí. Y no puedo negarlo, es así. -me dice con tristeza Marco.

- Y si es así ¿Por qué simplemente no terminan?

-Ella se aferra a la esperanza de algo que no existe, hace aproximadamente unos 2 meses la deje, Emma cayo en depresión, no comía, no salía, fue un cambio brutal. Volví con ella y recupero un poco su brillo, pero no está bien. Ella sabe cuál es la verdad, pero no lo acepta. No sé qué hacer Anne y sé que no debería molestarte con problemas así, suficiente debes tener con los cambios que estas enfrentando.

-No Marco, no te preocupes. El hablar ayuda a desahogarse y a poder pensar con más claridad lo que se puede o no hacer. Por lo que entiendo ella desarrollo una clase de apego emocional contigo y tú con el fin de que no le suceda algo malo permaneces con ella. –concluyo.

-Exacto, sus padres piensan que somos la pareja perfecta pero la realidad es otra.

- ¿Has considerado la idea de un psicólogo? - Marco alza una ceja en modo de pregunta- me refiero a que asista a terapia. Lo que ella tiene quizá sea un trastorno, eso lo trata un psicólogo, por esa razón decidí estudiar eso. La mente humana es muy compleja y quien mejor que un especialista para que ayude a Emma.

-No lo había considerado. Siempre pensé que el asistir a terapia era para locos, pero creo que sería una buena idea. Muchas gracias por la sugerencia Anne, creo que despues de todo no fue tan mala idea abrirme contigo. -me responde un sonriente Marco.