Ubicación: Reino Albeka
Heriberto y sus amigos se dan cuenta que miles de ciudadanos los reciben con grandes gritos de alegría, algunos niños lo observan como un gran héroe a pesar de las pérdidas que tuvieron anteriormente. Por otro lado, Manuk está arriba de la bestia presumiendo que él fue el que la asesinó, situación que Mauricio se da cuenta, ya que él lo observa seriamente a diferencia de sus demás compañeros.
Logrando todos escuchar que Manuk comienza a decir que él fue el que protegió a todos, aunque la realidad fue otra.
Heriberto, solamente se enfoca en ayudar a Eufemia junto con Cleto y Emilio, ya que su objetivo principal ha sido cumplido.
—Ese maldito, realmente se cree bastante y dice mentiras, ¿No le vas a decir nada? —suena la voz de Cleto, quien observa a Manuk enojado a lo lejos.
Negando Heriberto con su cabeza mientras que se alejan de los ciudadanos para llevar a Eufemia hacia su hogar, pero todos no se dan cuenta que Mauricio les acompaña sin que se den cuenta.
—Él decidió apoyarnos en esta expedición, espero que ahora todos nos crean con esta evidencia y así nos apoyen un poco más —informa Heriberto avanzando todos lentamente por un pequeño pasillo, pero una voz llama su atención.
—¡Heriberto! —suena el grito de un extraño hombre cerca del escuadrón de los oscuros, llamando su atención.
Decidiendo Heriberto y compañía voltear hacia esa dirección para darse cuenta que se trata de Mauricio.
—¿Qué quieres? —pregunta Cleto viéndolo enojado.
—Solamente quiero felicitarlos a ustedes por esta expedición, realmente si no fuera por ustedes; los demás nunca creerían en esto —responde Mauricio, afirmando Heriberto en silencio mientras que sus demás amigos sonríen.
—De nada, muchas gracias por acompañarnos —dice Heriberto, comenzando todos a avanzar hacia su siguiente destino, pero Mauricio los detiene.
—¡Esperen! —grita Mauricio, añadiendo—. Quisiera invitarlos a la taberna a todos ustedes cuando Eufemia se recupere por completo.
Acercándose un poco hacia el escuadrón mientras que todos lo ven confusos.
—No sé si pud… —dice Cleto, siendo interrumpido por él.
—Tengo un detalle que contarles y es acerca de Manuk —explica Mauricio, añadiendo—. Por favor, confíen en mí.
Dándose cuenta todos de la situación importante que Mauricio les quiere decir, comenzando Heriberto a afirmar.
—Espéranos hasta el amanecer, ya que Eufemia va a tardar un poco en recuperarse —informa Heriberto.
Mauricio solo afirma con su cabeza para seguir hablando.
—No le digan nada a Manuk ni a los demás.
Comenzando Mauricio a retirarse del lugar seriamente mientras que abandona al escuadrón de los oscuros.
—¿De que tratará el asunto? —inquiere Cleto mientars que Heriberto y Emilio siguen con su camino.
—Eso lo veremos después —anuncia Heriberto, reanudando todos su objetivo mientras que a lo lejos; Manuk es festejado por todos los ciudadanos.
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Ubicación: Gran Bosque
—Es imposible… Realmente, ¡¿quién demonios eres?! —suena la voz de una extraña criatura que está apoyado en un árbol destruido, pudiéndose ver que su cuerpo se está desangrando, debido a las graves heridas.
Se puede apreciar que la extraña criatura es un esqueleto que posee tres manos en su cuerpo, al igual, de su cuerpo emergen varios huesos en forma de espinas y afiladas garras para poderse defender de sus enemigos. La piel de ese extraño ser es de color negra y su rostro tiene la forma de un cadáver de un humano del planeta pilar. Una criatura aterradora y bastante peligrosa considerada como demonio menor.
Comenzándose a acercar hacia él Monlix lentamente, quien solamente lo observa con una sonrisa.
—¿A quién sirves? —pregunta Monlix, añadiendo—. Demonio Naakro.
—Realmente no sabes con quien estás hablando, cuando todos ellos se enteren de tu presenc… —menciona Naakro, siendo interrumpido por el anciano.
—¿Ellos?, realmente ¿crees que me dan miedo todos ustedes? —inquiere Monlix, añadiendo—. Acabas de tener una experiencia contra mí así que, ¿quién es tu señor?
Dirigiendo una mirada aterradora hacia Naakro, quien se percata de su aterrador poder.
—Calista, la gran diosa malévola de todos los universos —responde Naakro con una sonrisa queriendo asustar al anciano.
Monlix solo lo observa enojado por unos momentos, aunque después dirige su bastón hacia el cuello de su oponente para aplastárselo sin ningún problema.
Atravesando el bastón el cuello mientras que Naakro hace un pequeño gruñido de dolor para morir en ese momento.
—Calista, la diosa malévola de todas las bestias felinas; tenía que ser ella —informa en voz baja Monlix, retirando su bastón de la criatura asesinada para continuar avanzando hacia su siguiente destino—. Una diosa que antes fue considerada como una excelente candidata para el torneo, pero de alguna forma no se presentó. —Pasando por varias arboledas seriamente mientras que recuerda el evento del pasado—.De los dioses más peligrosos y temidos como Lius, Rudba, Zazorg, Nockmon, Maltan e incluso Ginjo (*) o Bolt-Ra (**); tenía que ser esta diosa.
Atravesando el bosque lentamente mientras que se dirige hacia el reino Albeka.
—Así que los Naakros están al servicio de Calista, eso quiere decir que sus diferentes clases buscarán la forma de ayudarla —menciona en voz baja el anciano, devolviendo su mirada hacia el bosque extraño, para añadir—. Esa maldita estúpida es la causante de la creación de este bosque, podría decirle a Tsubaki que ella es la causante de todo esto y así podría estudiarlo un poco más, aunque… hmm.
Comenzando Monlix a sonreír.
—Así descubriría por qué las diosas de la inmoralidad se unieron a él y se hicieron bastante poderosas, solamente recuerdo la gran humillación que tuvieron los doce dioses malévolos contra él en el planeta Eifell.