El Oscuro Daradise

Capítulo 1

Estaba buscando algo cómodo en mi clóset, al encontrarlo me lo coloqué y salí en busca de mi lugar de paz, en mi “hogar’’ o si a esto se le puede llamar así. Escuchaba sus gritos abajo, como siempre peleando mientras mi madre hace la cena.

En este momento estoy en el tejado de la casa, acostada viendo las estrellas y la luna, no sé el porque me encanta hacer esto, quizá sí sé, siento que estoy conectada con la luna y eso me encanta, ella es la única testigo de todo lo que hago por las noches, y no, no ando por ahí follando en un pastizal con alguien, si eso es lo que pensabas, y ahora que tocamos ese tema, ¿por qué hay personas que hacen eso? Para eso hay moteles o están sus casas, me parece extraño eso y al mismo tiempo asqueroso, otra de mis preguntas en este momento es ¿por qué estoy pensando en las cosas cochinas que hacen los demás? Esos pensamientos me hacen ver la poca cordura que me queda.

—Lía, ven a cenar. — Escuché a mi madre hablar desde la puerta de mi habitación. Escucho como se cierra la puerta de nuevo, ya que ella sabe que si no respondo es que estoy en el tejado o solo no tengo ganas de contestar.

Entro a mi habitación por la ventana, después de hacerlo, la cierro y me dedico a buscar mi teléfono para revisar las notificaciones y al notar que no tengo nada lo tiro en mi cama, provocando que revote en ella y caiga de bajo de la cama.

—Genial. — Murmuré, pero aun así lo dejo ahí porque realmente no me interesa. Salgo de mi habitación en busca de las escaleras para bajar al comedor a cenar. Al llegar veo a papá con su teléfono y mamá preparando algo en la cocina.

—Aquí estoy, mamá. — Comenté, logrando llamar la atención de mi padre.

—Ya voy a servir la cena, siéntate. — Informó mi madre, desde la cocina.

Me siento en la mesa, y me dedico a observar un jarrón extraño que mamá tiene, es que enserio es realmente raro, tiene una figura extraña o mejor dicho peculiar, nunca antes la había visto, ella dice que solo las personas que aprecian realmente el arte saben descifrarlo, al parecer yo no soy buena apreciándolo.

—¿Cómo te fue en el trabajo? — preguntó seco mi padre, y si no lo había mencionado, sí, trabajo para no depender de ellos.

—No te importa. — Me limité a responder.

—No le hables así a tu padre, Lía. — Comentó mi madre, mientras entra al comedor con la comida en sus manos.

—Como sea. — Suspiré. Nos dedicamos a cenar, en tranquilidad pura, lo cual se me hace muy extraño, porque lo que menos hay en esta familia es tranquilidad. Nadie dijo una solo palabra más, y minutos después de terminar de cenar llevé mi plato a la cocina y me retiré, pero se escuchaban murmureos de su parte, los ignoro y prosigo caminando hacia mi habitación.

 

*

 Camino hacia mi trabajo, observo todo a mi alrededor, las calles están levemente mojadas por la lluvia de esta mañana, la gente camina apresuradamente por ellas, todos con una sombrilla en mano, y bueno, después estoy yo, una persona que camina sin prisa y levemente mojada. Creo que soy la única de mis compañeras de trabajo que llegará mojada, pero qué más da.

Minutos después llego a la cafetería, esta se encuentra cerrada, así que decido entrar por detrás, y sí, aquí trabajo, si eso es lo que te estas preguntando. Siento que es un poco básico trabajar en la cafetería del pueblo, pero no tenía otra opción, o bueno, realmente si la tenía, pero trabajar en un bar de noche no era una opción viable para mí. Examino el lugar, todos mis compañeros están ordenando todo para abrir la cafetería, pero lo que más logra llamar mi atención es Elina, ella discute con una chica alta y de cabello negro. Como soy tan curiosa opto por acercarme.

—Hola, chicas. — Interrumpí su conversación, la chica alta me asesina con la mirada, en cambio Elina me da una mirada de agradecimiento puro.

—Lía, que oportuna. — Elina me da una mirada, de ¿gracias por salvarme? Realmente no lo sé, pero yo lo interpreto de esa manera.

—¿No interrumpo? — pregunté.

—No, de echo te quería presentar a Raelyn.

—Mucho gusto, mi nombre es Lía. — Declaré. Raelyn solo se dedica a examinarme con la mirada, después de hacerlo me esquiva y la observamos salir por la puerta principal.

—Disculpa, no siempre es así. — Informó, y así consigo retirándose de la pequeña esquina. Me dispongo a caminar hacia la cocina, para verificar que no necesiten algo de ayuda.

Divisé a la gente entrar por la puerta, apenas son las diez de la mañana y la cantidad de gente es impresionante, quizá sea porque es la única cafetería del pueblo, realmente no es quizá es porque esa es la razón de ello. Una persona en específico logró obtener mi atención, Wade, él es administrador de la cafetería, lo cual me lleva a pensar que viene a inspeccionar o bueno tal vez no, porque viene acompañado de otro chico. Estos dos se dirigen hacia el gerente del lugar, y yo por mi parte me dirijo hacia una mesa donde se encuentran unas chicas.

—¿Qué desean? — cuestioné a las chicas. Ellas se dedican darme su orden, para no entrar en detalles porque es realmente aburrido. Me la paso así durante todo el resto del día. Quisiera entrar en detalles, pero no pasó nada interesante.



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En el texto hay: asesinatos, asesinos, romance

Editado: 19.01.2023

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