En la mañana todo estaba en silencio, la casa a pesar de estar acompañada parecía una casa fantasmal, Señor Alfred se levantó y tomo un poco de café
— es momento de tomar una decisiónes.
—No lo sé, Es algo que debo pensar
— Debo volver, a casa, pronto tengo negocios que atender.
—Yo también.
Una gruesa voz que venía de las escaleras.
—Mañana debo presentar un examen realmente tedioso.
—Tiene que? pues no es tu costumbre preocuparte por lo académico.
pensé en serio el Rey de la ironía es un perdedor, una risita salió de mí, fue inevitable
—me darás algo de comer? una voz rasposa me despierto de mi cuna de burlas.
— Puedes freír tu propio tocino o ¿no sabes eso tampoco?
—Primita ya veo que causó tu sonrisa tonta. eres tan predecible y nada inteligente.
— Mira tarado, no soy tu prima.
— cálmense ya dijo Alfred, el sol salió no hace mucho tiempo, no más discusiones por favor.
—Lo siento, Alfred dije, pero tú hijo es realmente pesado ¿cómo lo has aguantado?
—Nunca lo ha hecho, No tengo apetito me retiro.
La mañana transcurrió sin novedades Axel tenía sus audífonos puesto y Alfred no paraba de recibir llamada y no despegaba los ojos de su laptop.
A las dos de la tarde Alfred y Axel estaba en la puerta del Jardín.
— Espero tu respuesta, y mi más profundo deseo es que sea positiva mamá solo desea cosas buenas para ti
—Lo pensaré lo prometo.
—Una vez lo decida llámame esta es mi tarjeta vendré por ti inmediatamente.
— vendrás dijo Axel con una voz algo incrédula.
— Si, lo haré, Axel.
—Si lo dices.
—Hasta luego Lay
—Lay ¿estás bromeando? es nombre de perrito.
—termínalo ya Axel.
—Sí, papa, Hasta luego primita
—No soy tu prima idiota.
Se subieron a un lujoso auto, no lo había visto fue realmente sorpresivo para mí.
Editado: 26.07.2021