Cuando el Señor Alfred y su hijo Axel se fueron. Me quedé en casa una semana transcurrió en la que pensé en lo doloroso sería no llegar a cumplir la promesa que le hice a la abuela. Así el viernes de esa semana decidí que lo más lógico sería aceptar la ayuda de hijo de la abuela.Tome el teléfono y le marque a Jack.
—Hola Jack como lo prometí
— Te irás? su voz fue casi un hilo
—Sí, es lo más sensato.
—Lo sé, sabes bien que estoy contigo, lo estaré siempre.
—lo se Jack y gracia.
El sábado Jack y Mey se preparaban para que saliéramos juntos, Mey Insistía en que debíamos pasar un gran momento, que debíamos hacer el mejor hasta luego de la vida, si, así era Mey, ella ponía luz en la cosa más triste.
Listo y juntos en el carro de papá de Jack salimos a nuestro lugar favorito, el techo de Salty.
El techo de Salty: Es una cafetería que está en el techo de un viejo edificio de la ciudad, tiene mesa de villar, música, hacen noche de Karaoke, es un lugar acogedor. Íbamos a ese lugar porque era cómodo podíamos ver las estrellas, éramos clientes habituales.
Al llegar a lugar escuché un gran coro de ¡¡¡Sorpresa!!! todos los chicos de la escuela estaban allí.
—Mey, dije con los ojos muy abiertos, ella me dio una sonrisa pícara.
—Ya sabes cómo es. dijo Jack encogiendo los hombros de manera complice.
—Sí, lo sé Jack.
Pasamos toda la noche entre risas, historia, algunos que ya eran pareja se acurrucaba en las equina para hacerse transfusiones de saliva, otros se coqueteaban, otro tantos limitaban a catar, mas mal que bien, todo era risa no logro entender la razón por las que esas personas me querían, era hermoso y así se fue la noche.
Casi al finalizar la fiesta me aparte y mire desde el techo toda la ciudad, tenía muchos sentimientos encontrado aquel siempre fue mi hogar no tuve nada antes que eso, cada lugar guarda anécdotas sobre nosotros sobre mí, vea desde aquel lugar mis historias, como fue aceptada y amada, era mucho mis ojos se llenaron de lágrimas que no se ponían de acuerdo sobre si caer o no.
—Lo extrañaras?
—Sí, lo dije en un tono melancólico, Jack esto es lo que mejor conozco.
— Antes de que vayas tengo que decirte algo.
—aquí están!! tonto Jack robándome a mi bonita Lay.
Mey había logrado no sé cómo tomar alcohol, ese no es su mejor aliado, siempre hace el ridiculo cuando tomas.
—Creo que hora de ir a casa dije tomando a Mey por el brazo y sosteniéndole sobre mí.
—vamos pues.
Entre risa y abrazos salí de allí, fue difícil para mí eran lo mejor que me había pasado, pero volveré en cuanto terminé, mi carrera me dije.
Llevamos a Mey primero, pues era la ruta más conveniente.
—Te amo Mey, Jack va a cuidar de ti hasta que regrese, de le un beso a los gemelos, también dale un beso de mi parte a la señora Miladis, dile que volveré pronto para comer pastel.
— Vuelve pronto Lay estaré aquí esperándote. No creo que Jack haga un buen trabajo cuidándome, además no sabe nada sobre moda, tu tampoco, pero ese no es el punto, el verdadero punto es que te amo mucho. Eres la hermana que la vida cruel me negó, gracias a ti he podido aguantara los gemelos sin cometer homicidio, por cierto, no los besare nunca lo haría ni por ti. Mama te ama te extrañara porque solo tú puedes comer ese pastel que sin ganas de ser grosera sabes que horrible. Regresa pronto mi Lay por favor.
Luego de luchar con Mey para que me soltará y parara de suplicara que no me fuera logramos dejarla en casa sana y salva, aunque no por mucho, cuando su mamá se enterara de que bebió de se le va al mar la grande.
Fuimos derecho a mi casa y Jack salió del auto
—¿te irás? me dijo con los labios fruncidos
—Si lo haré, pero volveré, no soy una chica de grandes ciudades, Me ibas decir algo cierto.
—Si. se acercó a mí, acto seguido puso su mano en mi cuello acerco su cara y me besó, yo respondí al beso por instinto, no pude separarlo de mí, su beso era suave, cálido pero muy apasionado.
Se separó de mi como si nunca podría dejarme y en un susurro dijo — Te amo, siempre te he amado
— Yo, puso su dedo en mi boca
— No quiero respuesta, a preguntas que no hice no me digas nada, solo no olvides lo que dije e hice aquí esta noche, ¿de acuerdo?
— Pero es que yo... yo ... quier. las palabras se trababan en mi lengua mi mente me daba una idea por minuto. No lo sabía, nunca lo habría imaginado, es Jack, el de siempre mi amigo al menos eso creía.
— Hasta luego ten un buen viaje. dijo eso me soltó de un brinco, me ardían el brazo y el cuello donde me había sujetado.
Me quedé sin aliento, No sabía si estar feliz o confusa nunca había pensado en Jack de esa manera. está aturdida como cuando un boxeador es noqueado.
—Wao primita.
Editado: 26.07.2021