Salí del cuarto de manera precipitada y busqué a Hazel.
-Hazel, necesito que traigas a Peter cuando antes.
Ella sin entender mucho asiente y sale de casa.
-Mami, ¿qué pasa? -Alex se acerca a mí con su carita llena de confusión.
-Nada, mi amor. -lo pensé por un momento- ¿Me haces un favor, cariño? -él asiente rápidamente- Necesito que vayas a tu habitación, ¿recuerdas que te la mostré? -mi niño vuelva a asentir- Muy bien, necesito que vayas ahí y no salgas a no ser que yo te llame o pase algo... -me quedo callada un momento.
»-¿Sabes qué? Mejor acompáñame, pero quiero que guardes silencio, ¿si? -pongo mi dedo índice sobre mis labios.
Él pone ambas manos sobre sus labios de manera juguetona mientras una sonrisa se extiende en su carita.
Lo levanté entre mis brazos, pegué su rostro contra mi pecho.
-¡Amanda! -Peter entra de manera estrepitosa en la casa y detrás de él una Hazel con el rostro rojo debido a la carrera.
-¿Me acompañas, Peter? -él asiente- Hazel, necesito que cuides a Alex un momento.
-Claro, Mi señora. -ella se acerca y toma a Alex entre sus brazos- Vamos, joven amo, iremos a jugar.
-¡Si! -la emoción de Alex me arrebata una sonrisa.
Cuando ambos han salido de mi campo de visión tomo a Peter de la mano y corro hasta mi habitación, en la cual dejé a Mark, pero éste ya no se encuentra ahí.
La cama está desordenada y con rastros de sangre, pero el cuerpo ya no está.
-¿Qué sucede, Amanda? -la voz de Peter me saca de ms cavilaciones.
-Cuando vine... Aquí estaba Mark golpeado e inconsciente. -él entrelaza nuestros dedos- Y ahora ya no...
Antes de que termine de hablar, la puerta del baño se abre, dejando ver a un muy, pero muy golpeado Mark.
-Hola... -murmura con dificultad.
Peter se pone frente a mí de manera protectora.
-¿Qué te pasó? -pregunta de manera cautelosa.
-No lo recuerdo muy bien. -a paso lento se vuelve a acostar en la cama.
-¿hace cuánto tiempo estas así? -le pregunto asomando mi cabeza por un costado de Peter.
-Hace más de dos horas ya. -con su mano derecha se sostiene su costado izquierdo.
-Si estás así desde hace dos horas... ¿Quién fue el que casi me golpea? -al terminar de hablar los cuerpos de ambos hombres se tensan y me miran fijamente.
-¿Que casi qué? -la voz de Peter se escucha más ronca, al mirar sus ojos me doy cuenta que tienen un matiz amarillento.
-Se los contaré, pero primero curemos a Mark. -Peter asiente de mala gana.
Cuando ya tengo el botiquín empezamos a desinfectar sus heridas con sumo cuidado.
¿Qué les voy a decir?