En esta ocasión, mientras me encontraba caminando y acercando a la próxima ciudad, me he encontrado con un grupo de personas que se dirigen al mismo sitio, es por ello que he decidido unirme a ellos hasta que lleguemos a nuestro destino.
Es cierto que el estar caminando y viajando solo puede ser muy apacible, pero de vez en cuando no está nada mal tener alguna compañía durante el camino. Después de todo lo que sucede en los caminos y con las diferentes dificultades que se pueden fácilmente hallar, hay momentos en los que es mejor andar con alguien y en otras situaciones el estar solo.
Por el momento, mientras caminamos, veo que están platicando de forma muy amistosa y no dejan de estar riendo entre miles de chistes que se hace, aunque, para ser franco, hay algunos que no le entiendo ni un poco y no sé cómo pueden ser muy graciosos. Bueno, lo que es divertido para ellos, es el gusto que le tienen por ciertas cosas, y lo que puede ser divertido para mí, será lo que me guste, son diferentes. No se puede terminar pensando en ser alguien superior o inferior por estas pequeñas diferencias. Entre tanto que todos podamos estar de alguna manera unidos o completamente en una gran división que nunca más podrán ser o volverán a estar en algún acuerdo.
Aunque seamos tan parecidos o no, a todos nos gusta escuchar o inventar más de alguna historia que no muchas veces podrán ser aceptados por los demás pero será tan preciado en nuestro ser al tener que ver con nuestra forma de pensar, soñar y ver las cosas de la vida diaria.
Si en este momento en que nos encontramos en esta ruta hacia la ciudad, viene uno de ellos y, con el fuego de la fogata que está ardiendo en medio de nosotros, mueve un poco las manos para empezar a decir – en esta ocasión les he de contar un cuento de hace varios años que escuche una vez y ahora quiero compartirlo con todos – y, antes de continuar, tomo un poco de agua para luego acercarse un poco a la fogata y dar inicio al cuento – desde hace un tiempo, en aquellos lugares que no pueden ser descrito de forma sincera a lo que logran captar nuestro pensar ni mucho menos la imaginación puede ser capaz de encontrar un pequeño lugar en el cual diga haber tenido la más mínima idea de lo que hay ahí, se esconde un tesoro y muchos secretos de los cuales se podrán ver envueltos con los sueños que la inocencia del niño aquel que no deja que nada le quite lo que anhela ni mucho menos el mundo y su crueldad logre mancharlo, puede volverse realidad. En esa tierra se halla la mayor parte de la historia de la humanidad perdida y en la que su propósito se vuelve completamente entendible y, aunque sea tan bueno y maravilloso, es custodiado por infinidades de obstáculos los cuales no dejaran que nadie ingrese en él, por el simple motivo que los corazones han sido manchado y las manos sangrientas corren en el camino que han elegido cruzar todos aquellos que lo han estado buscando. Sin siquiera poder más, una vez un niño pequeño se adentró en este lugar con sus amigos. No era una simple aventura o travesura la que llevaba a cabo pero, al oír sobre esta historia, no podían dejar escapar esta gran oportunidad. El motivo por el cual ellos se adentraron era desconocido para todos en el lugar de donde venían. Lo único que los motiva para terminar adentrándose en este lugar tan peligroso y que no puedan sentir la más mínima duda sobre sus acciones, posiblemente se debía a la situación en la cual se encontraba su ciudad o es lo que se podía pensar. Sin más que un simple empujón con el adentrarse en estas tierras, vieron a lo largo un sin número de obstáculos en el camino. Entre malas personas que rodeaban el camino que habían secuestrado a varias personas que se adentraron en este camino y se descuidaron, hasta bestias que rondaban por los bosques sin siquiera lograr escuchar su pasos. Mientras más se iban adentrando y viendo a cara con estos obstáculos, esto se volvía un completo infierno. Algunos de ellos, poco a poco fueron disminuyendo. En el transcurso del camino, a pesar de que el niño trataba de alentar a todos los que lo acompañaban, la desesperación se iba apoderando de cada uno de ellos. Es por ello que, habiendo llegado a la mitad del camino, ya sólo quedaban cuatro de los ocho iniciales y esto se volvía un poco más problemático. El niño, sabiendo que sus demás compañeros habían decidido regresar, estaba un poco tiste pero esperaba que regresaran seguros a casa. A partir de la mitad del camino, todos los obstáculos empezaron a ser cada vez menos difíciles y la clama empezaba a reinar en este lugar. A partir de este momento, todo parecía andar bien y se llegaron a encontrar con otras personas que también se dirigían al mismo destino pero que habían terminado reducidos sus números conforme avanzaron. Sin dejar que la desconfianza reinara en sus corazones, aceptaron una de las ofertas que les dieron unos de estos grupos de acompañarlos hasta llegar al lugar que estaban buscando. Lo que no se podían imaginar sucedió poco tiempo después cuando estos terminaron traicionándolos y dejándolos a la deriva y perdidos en los alrededores del lugar y en los cuales, según algunos letreros que pasaron pero no leyeron, advertían las consecuencias de ingresar en esos lugares y que debían de evitarlos a toda costa. De esta forma ellos se mantuvieron vagando durante mucho, mucho, mucho tiempo y, aparte de no lograr orientarse desde donde se encontraban, tampoco sentían como los días transcurrían sin dejarse sentir ni parar el tiempo que los había vuelto prisioneros de este lugar en el cual nunca serían encontrados por nadie. Entre tanto tiempo que estuvieron vagando, al llegar a encontrar una salida de esta trampa y reencontrar el camino que los llevaba de regreso a sus casas, tenían en frente dos opciones y eran el regresar o continuar con esta aventura. Mientras se pusieron a discutir entre ellos, dos decidieron regresar a sus casa y volver a ver a sus familias mientras el niño termino quedando con un dúo del grupo que habían empezado esta búsqueda. En los corazones de estos dos, a pesar de que no contaban con nada más que el conocimiento que habían adquirido durante este tiempo y trayectoria más las enseñanzas que estas le otorgaron, continuaron el viaje hasta que al fin pudieron ver a lo lejos un grupo que estaba dirigiéndose por el mismo camino. En esta ocasión, para evitar que algo les pasara al ser que eran solamente dos, decidieron tomar otro camino para no tener que tratar con ellos. Su mente no estaba con resentimiento por lo que paso la última vez pero no podían correr el riesgo de terminar separados al ser los últimos del grupo y ver perdido todo el trabajo que habían hecho. Pero, conforme seguían avanzando, se dieron cuenta que ya no eran unos niños y habían crecido por lo que sus ropas empezaban a quedarles pequeñas. Al encontrar unas ovejas perdidas y sin dueño, decidieron tomarlas y llevarlas con ellos hasta la meta que estaba cada vez más cerca. Al ser que quien acompañaba al niño había aprendido a realizar ropa con la lana de oveja de su mamá y abuela, con un poco de esfuerzo fue hizo ropa para los dos con el cual podían continuar el viaje. Además de que sus ropas anteriores estaban en muy mal estado, habían podido resistir todo este tiempo debido a los remiendos que se les había hecho pero en el caso de que crecieron ya no les era posible continuar pero, ahora que contaban con nueva ropa y ovejas con las cuales le acompañaría durante el viaje, esto podía ser un gran alivio a una de las necesidades que tenían. En el caso de los zapatos, tuvieron que improvisar con los pocos materiales que tenían para hacer unas chancletas que les serviría en el resto del camino. Al poder ver a lo lejos de ellos un pequeño perrito que estaba solo, lo recogieron y agregaron a su grupo. Todo parecía ir yendo bien. En el caso de su alimentación, al encontrarse con algunas frutas y hierbas comestibles, fue su alimentación. La única forma en la cual eran capaces de reconocer estas y evitar el envenenarse era debido a que durante el tiempo en que se encontraron en sus casas iban con sus padres a realizar esta recolección y, aprovechando el contar con unos cuantos libros que explicaban y contenían algunas ilustraciones de estas, era que podían reconocerlos, si a esto le sumamos el tiempo que llevaban recorriendo este camino, ya no les era tan difícil poder reconocerlos con una mayor facilidad. Al ser que estaban empezando a sentirse un poco más acostumbrados a este viaje, ya no les preocupaba mucho lo que sucedía a su alrededor, lo cual podría convertirse en su propia perdición pero, debido a que quien acompañaba al niño se mantuvo alerta de todo lo que sucedía, fue capaz de presentir un peligro adelante y, para evitar que esta desgracia recayera en ellos, le dijo al niño que dejaran todas las cosas ahí en la fogata esa noche y sólo se llevaran las dos mochilas que siempre habían tenido con ellos, aunque el niño tuvo sus propias dudas acerca de ello, decidió confiar y hacer lo que le había dicho. Ante del anochecer, revisaron que no hubiera nada alrededor y luego dejaron encendida la fogata y las ovejas en ese lugar más algunas otras cosas que habían encontrado durante el camino que les hacía más cómodo el viajar pero les provocaría dificultades a la hora de escapar de algún peligro debido al peso, lo cual lo recompensaban al ser que lo cargaban las ovejas durante todo el viaje. Al estar en un lugar lago alejado, de pronto escucharon a lo lejos el escándalo de las ovejas como si las estuvieran llevando a la fuerza y, aprovechando unos binoculares que les dejaron unos de los que los acompañaron durante el viaje, lograron ver desde lo lejos la fogata y que habían algunas personas también que estaban registrando todo el lugar. Al darse cuenta que era peligroso mantenerse muy cerca de ellos, decidieron alejarse de ellos y encontrar un lugar seguro en el cual descasar. Al ver una pequeña cueva, les parecía una buena idea quedarse en ese lugar pero siendo el perrito al único que trajeron con ellos, este empezó a mostrar un poco de incomodidad del lugar el cual les era señal de haber peligro. Como estaban seguros que no era buena idea si ese lugar le hacía gestar de esa manera al perrito, decidieron continuar caminando un poco más. Al llegar al fin a un lugar seguro, que no se encontraba tan lejos de un rio que pasaba por el lugar, decidieron al fin dormir y, debido al gran cansancio que tenían después de huir de donde era su lugar de descanso y pasar la mayor parte de la noche despiertos, se durmieron profundamente. Al llegar la mañana, decidieron continuar el camino pero ya no era tan fácil el poder retomar el camino que habían recorrido al ser que les era un poco desconocido donde se encontraban en este momento. Debido a la oscuridad de la noche, no notaron por donde habían pasado hasta llegar al lugar en el que se encontraban actualmente y sin más remedio tuvieron que abastecerse de alimentos para continuar el viaje y tomar un pequeño baño en el rio. De esta manera, como si nada fuera a su favor, el tiempo seguía pasando sin dar frutos en esta travesía. Además de todo lo que debían de pasar y encontrar una manera de regresar al camino de forma segura, al parecer lo que los mantenía de pie era el tenerse el uno al otro y que, en el momento en que uno de ellos sintiera que ya no era posible el poder continuar el camino, siempre habría palabras de aliento por parte del otro para poder seguir sin desmayar. El poder estar de esta forma durante mucho tiempo fue lo que hizo que sus lazos se volvieran tan fuertes que no eran tan fáciles de romper por otras personas y mucho menos la duda se podía asomar entre los dos. En cierto sentido, el poder disgustarse, enojarse, reírse juntos como el poder compartir la mayor parte de las experiencias que eles traía consigo este viaje los había vuelto lo suficientemente buenos como para no tener que preocuparse por alguna traición y, aunque en ocasiones no se entendían o no lograban captar lo que el otro trataba de decirle, siempre preferían seguir adelante. Luego de un largo tiempo, sin siquiera poder volver a encontrar el camino, pero les fue posible lograr llegar a su destino final. En el momento en que tocaron estas tierras, fue como un sueño que les hizo saltar de alegría y llorar, tanto tiempo que tardaron para poder lograr su objetivo y, en ese entonces, ya no eran más unos niños, a partir del día en que llegaron al lugar que sólo se escuchaban en los cuentos ya ambos habían cumplido sus veintidós años. Al ser que se trataban de un hombre y una mujer, decidieron alojarse en ese sitio y dar la bienvenida a todas aquellas personas que lograran llegar a este lugar. Desde ese día, se cuenta que ellos llegaron a vivir felizmente y, aunque había pasado varios años, un día se reunieron con sus amigos con los que emprendieron el viaje para contarles como era ese sitio y luego volver a su nuevo hogar donde pasarían el resto de sus vidas – y de esta forma termino el cuento que había hecho que la noche no se sintiera ni el camino que recorrimos.