El Precio del Amor

III

Capítulo 3

Adrianne mira la pantalla de su teléfono, analizando los pros y contra de llamar a Richard en estos momentos, descartando la idea al final. Ya suficiente hizo al conseguirle esta entrevista, además Richard se sentiría cohibido y en deuda si seguía intercediendo. Pero es su día libre, lo molestará más tarde para ver cómo le fue con Agustina.

Su teléfono vuelve a sonar, con un número que no reconoce, y está a punto de cortar cuando decide, tal vez por curiosidad e imprudencia contestar.

─ ¿Hola? ─.

─Buen día, Adrianne. Soy yo, Andrea. ─Habla ella sonando agotada y con vos un poco rasposa.

─Buen día a ti también. ¿Cómo estás? ─En verdad no le interesa mucho lo que le pueda pasar a ella, aunque no puede desperdiciar la oportunidad de sacarle información.

─Bueno, como siempre: con trabajo y deprimida. ─Adrianne rueda los ojos, no le cree ni un poco de lo que dice─. ¿Quería saber si pudiste hablar con William por mí?

La muy descarada, insistiendo después de lo que le hizo. Con lo difícil que es conocer a un hombre que te respete, que te trate como un igual pese al poder económico que posea, que sea atractivo y no tenga las absurdas ideas machistas de “mentalidad de tiburón” o de “el macho alfa”. Adrianne misma sufrió acoso por parte de un paciente que se había obsesionado con ella.

─No he podido. ─Miente, pensando en lo que acaba de hablar con Agustina y se le ocurrió una idea.

─ ¿Está muy ocupado? ─La falsedad en su tono triste la enerva. Andrea podrá ser modelo y estar en el mundo mediático, pero ella es doctora. Aprendió a leer a sus pacientes por lo que decían, por lo que no decían y como sonaban al decirlo, no era fácil de engañar.

─No es eso, lo que pasa es que William está comenzando una relación con alguien. ─Bueno, en realidad tenía que empezar a hacerlo. Volver a tener citas y juntarse con amigos haría que olvide de una vez por todas la traición de Andrea.

El timbre de su casa suena sorprendiéndola, pues no esperaba visitas hoy y sus amigos suelen mandarle un mensaje antes de pasar para corroborar que no este en el trabajo o en algún otro lado, por lo que no tiene idea de quien pueda ser.

─ ¿Cómo? ¿Con quién? ─Pregunta Andrea sonando un poco histérica desde el otro lado.

Adrianne se lleva la sorpresa de su vida al ver a Richard tan bien vestido cuando abre la puerta. Se ve hermoso en un traje negro, aunque le queda un poco grande en los hombros por su falta de músculos, le da una apariencia amigable y un poco tierna, más aún con sus anteojos de montura negro. Sí, está enamorada de su mejor amigo gay, critíquenla si no les pasó alguna vez algo así.

─Richard. ─Suspira en voz alta, sacándole una sonrisa un tanto avergonzada del susodicho y un grito muy fuerte del teléfono.

─ ¿Richard? ¿William está saliendo con un hombre? ¡¿Se volvió gay?! ─Adrianne se detuvo en seco cuando escucho lo que grito Andrea por el altavoz del teléfono.

Acaba de cometer un gran error, Andrea escuchó el nombre de Richard y asumió que es el nombre de la nueva pareja de William. No. Eso no puede estar pasándole a ella, Agustina la iba a matar, si Richard o William no lo hacían primero.

─Me tengo que ir, tengo visitas. Adiós ─se despidió, cortando el teléfono de una, sin darle tiempo para que siga parafraseando.

Después la llamaría y trataría de aclarar la situación, ahora no tenía cabeza para discutir con Andrea. Mucho menos teniendo a Richard frente a ella.

─Hola Adri, ¿Todo bien? ─Cuestiona él, entrando a la casa como si también fuera la suya y yendo directo al sofá.

─No tan bien como alguien que veo.

─Ja, ja. ¿Entonces estoy presentable para la entrevista? ─Le pregunta, sacándose una pelusa de su regazo.

─Te queda estupendo. ─Asegura, sentado también en el sofá.

─No es por entrometerme, pero ¿Con quién dialogabas por teléfono? ─Curiosea, alzando una ceja.

─No pienses boberías, no es ningún pretendiente. Es la ex loca de unos amigos. ─Y es la verdad, Andrea es solo eso y espera que se quede así por siempre.

Andrea no puede creer lo que acaba de escuchar. William está saliendo con un hombre, no ha contestado sus llamadas, sus mensajes ni le ha recibido ningún obsequio que ella le envió en señal de disculpas y ahora está saliendo con un tal Richard.

Argh. Maldita sea, si no fuera por la maldita reportera todavía estaría junto a William. Todos sus años junto a él, planeando todo, llevando a cabo el papel de la novia ideal fueron arrojados a la basura por una periodista entrometida. Tracy no es más que una piedra en su zapato y es hora de devolverle el favor, ella va a recuperar todo lo que es suyo y ningún desviado se va a interponer.

Agustina llega a la oficina y no espera encontrar a Cesar allí, sentado cerca de la ventana, mirando cómo la gente va y viene por el jardín del hotel.

─No esperaba verte hoy. ─Fue lo primero que dijo, sacando a su amigo de su mente.

─Buen día Agustina, también es un placer verte. ─Coquetea César, poniéndose de pie y acercándose a ella, haciendo que el fuerte aroma de su colonia haga que arrugue la nariz con disgusto.




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