El Precio del Amor

V

Capítulo 5

Agustina ve como Richard está nervioso bajo su escrutinio, moviéndose en la silla mucho más de como cuando llegó hace unos minutos. El silencio no es incómodo entre ambos mientras esperan, pero sí bastante cargado a causa de la anticipación. Está a punto de hablarle para poder distraerlo y que se relaje cuando Adrianne ingresa de golpe a la oficina.

─Oh, Richard. Qué suerte que estás aún aquí─. Dice ella de manera apresurada acercándose para llegar a él.

─ ¿Qué es lo que está pasando? Están haciendo que mi ansiedad suba mucho al mantenerme al margen y no explicar nada. ─Advierte, perdiendo un poco la compostura ante la presencia de su amiga.

─ Te he metido en un gran problema por accidente. ─Confiesa con vergüenza. Pero sin decirle nada más a su amigo.

─Ya estoy aquí. ─Interrumpe William, pasando la puerta con rapidez, interrumpiendo la perorata que Richard le estaba por dar a Adrianne.

William llega a tiempo, curioso por la llamada de su hermana y el problema que ahora tiene entre manos. Ve que aparte de su hermana y su mejor amiga hay otro hombre en la habitación. Es un poco más bajo que él por unos centímetros, de complexión delgada, pero por cómo le queda el traje que lleva puesto, con músculos definidos. Un ridículo anteojo de montura es lo más llamativo de él, junto a su cabello un poco largo que se curva formando tontas ondas que lo hacen ver adorable.

Espera… ¿Adorable? De donde vino ese pensamiento. William sacude su cabeza para aclarar su mente y sonríe a todos los presentes una vez recupero el aliento.

─Que bueno que estás aquí. ─Felicita su hermana, llamando su atención y apartando la mirada del desconocido, quién ahora lucía un pequeño sonrojo.

─No me mates. ─Chillo Adri, mirándole con absoluto pesar antes que saludarle siquiera.

─No exageres y siéntate. ─Demanda Agustina, rodando los ojos con exasperación.

Richard vuelve a ocupar asiento donde ya estaba. William se sienta en la silla que está junto a él, dejando a Adrianne de pie, justo al lado de su hermana y enfrente de los dos. Dividiendo a los presentes en dos frentes divididos.

─Ahora que ya estoy aquí, ¿podrías aclarar por qué mi exnovia piensa que estoy saliendo con un tal Richard? ─Demanda William a su hermana.

Como siempre, va directo al tema a tratar, sin ahondar mucho en detalles menores para tratar de solucionar el problema lo más rápido posible y no prolongar el sufrimiento a causa de la ansiedad, sin dejar que cause muchas repercusiones.

─ ¿Cómo que está saliendo conmigo? ─Exige también Richard, mirando a las dos mujeres que se han mantenido calladas pese a su arrebato para luego mirar al hombre a su lado y dice─: ni siquiera sé quién eres.

Richard no sabe que está pasando y eso lo está molestando. William mira a Richard, ubicando con quien su novia ahora piensa que sale y se siente un poco molesto con Adrianne, y la mira de manera ofendida. Cosa que no pasa desapercibida para su hermana, quien le sonríe con malicia por un instante.

─Pero si hacen hermosa pareja ustedes dos. ─Alaga con malicia, haciendo que ambos hombres la miren mal.

─Fue un accidente. Hablo en serio, mi intención nunca fue que ella creyera eso. ─Medio suplica Adrianne, agarrando el dobladillo de su camisa y retorciéndolo. —Simplemente ella estaba al teléfono cuando te salude en la mañana.

La comprensión llega a Richard, el recuerdo aún fresco en su memoria por los nervios antes de venir para la entrevista.

─Cuando abriste la puerta, ¿Estabas hablando con ella? ─Cuestiona a lo que su mejor amiga asiente.

Entonces todo es un lamentable e incómodo error. Estuvo en el momento justo para que su vida fuera puesta en la mira de una ex novia por un error estúpido y un tanto vergonzoso.

─Realmente lo siento. ─Admite sincera Adrianne, mirando a ambos hombres que están con distintas expresiones de concentración.

─ ¿Te ha vuelto a llamar Andrea? ─William le pregunta.

Adrianne agarra su teléfono y lo prende, recibiendo una notificación detrás de otra, todos de Andrea. Después de su metida de pata garrafal y de llamar a Agustina para contarle lo que había hecho decidió apagar su teléfono por tranquilidad. Viendo sus notificaciones sabe sin lugar a duda que tomó la decisión correcta.

─Me dejo muchos mensajes. Uno más preocupante que otro. ─Admite mientras los va ojeando.

─Mierda.

─William, es mejor así. ─Asegura Agustina a lo que su hermano lo mira molesta.

─ ¿Cómo es mejor esto Agustina? Porque desde donde yo estoy parado Andrea solo me acosará aún más por esto. Puede ir incluso a los medios para vender esta primicia y seguir humillándome públicamente. ─Espeta, poniéndose de pie y caminando de un lado a otro.

Su hermana ni se inmuta ante el arrebato nervioso de su hermano menor. Siempre fue así, suprime todos sus sentimientos, empaquetándolos en cajas para tratarlos en la posterioridad, dejando que sus emociones se apilen hasta que una situación lo supera y estalla, arrasado todo a su paso.

─ ¿Cómo que vender esta primicia a la prensa? ─Pregunta confundido y preocupado Richard, mirando con incertidumbre a los presentes.




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