El Precio del Amor

VI

Capítulo 6

William ya no sabe en que se ha convertido su vida. Richard está sentado frente a su televisor, con el saco tirado en el respaldo, sin zapatos y con los pies en forma de loto sobre su sofá limpio. Se ve tan cómodo en la sala mirando un partido de vóley que parece irreal.

─Baja los pies del sofá en este instante. ─Demanda, saliendo de sus pensamientos, e ingresando a la sala.

Richard había vuelto del hotel con él, por voluntad de su hermana para que puedan hablar. Debían mentirle al mundo entero y ellos debían creerle sus mentiras.  Debía devolverle el favor a su ex.

─Lo siento, una mala costumbre. ─Se disculpa, dejando sus pies cubiertos de una media fucsia horrible en el suelo.

─No hay drama, y discúlpame si soy un poco pesado con ese tema. Solo soy un obsesionado con la limpieza. ─Aclaro, sentándome en el sofá junto a él. Richard solo me sonríe de lado.

─Eres un fanático de la limpieza y el orden, ¿No es así cariño? ─Si estuviera tomando algo en estos momentos lo hubiera escupido, miro a Richard que se ríe a carcajadas de mí, mientras no sé cómo reaccionar a como me acaba de llamar.

─Primera regla como pareja, nada de apodos muy cursis. ─Demando, a lo que Richard solo asiente.

─Bien, ¿Yo también puedo establecer reglas? ¿Verdad? ─Richard me mira atentamente, un poco cauteloso por lo que acaba de decir.

─Claro, adelante. Después de hoy somos amigos, por lo que podemos hablar tranquilamente de lo que sea. ─Aclaro, cosa que lo hace lucir más tranquilo y relajado.

─Los domingos comeremos en lo de mi madre cuando salga del hospital, y se lo diremos toda la verdad a ella. Yo respondo por ella. ─Comer en la casa de la mamá de Richard no representa una dificultad. Aparte de sus juntadas para comer con Adrianne y Agustina, no había muchos conocidos con lo que le gustaba compartir mucho.

─Me parece perfecto. Bien, ahora es mi turno… Uhm, quiero que seamos amigos, que hablemos entre nosotros y que confiemos el uno en el otro. Esta situación se dio porque me traicionaron, por la regla de oro para mi es que no nos guardemos secretos ni nos digamos mentiras.

Richard lo entiende, por lo que no ve problema en aceptar la demanda lo que le pide, siendo más que lógico.

─Estoy de acuerdo y opino lo mismo. Wow, es la relación falsa más fácil en que he estado. ─Comenta, haciendo que William se riera ante lo absurdo de lo que acaba de escuchar.

─Bueno, ¿Eso lo hará más creíble?, ¿verdad? ─William quiere saber, necesita saber que todo el trabajo y riesgo que está tomando para deshacerse de Andrea sea suficiente.

─Tenemos que pasar a la parte incomoda de toda esta situación, si queremos parecer una pareja de verdad debemos de darnos besos, tomarnos de la mano y salir de vez en cuando. ¿Te parece bien? ─Richard se ve un poco apenado por lo que dice, no porque sienta algo por él, solo que se acaban de conocer y ya deben discutir si habrá muestras públicas de afecto o no.

─Acompáñame a la cocina creo que esta charla sería más llevadera para los dos con un fernet bien frio. ─Richard casi se cae de lo rápido que se para para seguirlo.

Llámenlo imbécil por comenzar a beber siendo las dos de la tarde, pero hace calor, está molesto con su ex traicionera y ahora tiene un nuevo amigo que debe fingir ser su novio. Si, su vida es una mierda, por lo que puede tomar todo el fernet que quiera cuando quiera.

─Estoy de acuerdo con muestras de toda clase de afectos, besos y lo que sea, siempre y cuando sea para todo público. ─No ve problema en estar Richard, claramente es atractivo, tiene un aire salvaje y un poco juvenil que lo hace destacar.

─De acuerdo. Adrianne menciona que a veces salen a eventos juntos, ¿Tendré que ir contigo? ─Le cuestiona.

Lo piensa por un largo momento y luego dice: ─Los eventos de gala se espera que vaya acompañado de mi pareja, por lo que, si estas disponible y no te incomoda, iremos a todos. Las reuniones un poco más tranquilas y personales con otros amigos o conocidos será tu decisión.

─Me agrada eso. ─Acepta Richard, agarrando el porrón con fernet que acaba de preparar William, tomando un gran trago para refrescarse.

Salir de mentiras con Richard no le va a ser un problema, claramente el agrado y la camarería es mutua, por lo que el plan ya está en marcha.

─Vamos a ver la tele. ─Dije, tomando el porrón y volviendo a la sala. Lo hecho, hecho está, solo me queda lidiar con las consecuencias y lo haré, solo que a mi manera y con mis términos.

 

Adrianne se merece el premio a la mujer más estúpida de toda Argentina, sabe que se lo merece. No era su intención, no lo había planeado, pero aquí estaba, enamorada como pendeja de un chico totalmente gay que ahora iba a fingir ser el novio de su primer amor. ¿Puede volverse más patética? Ah, claro. No ha tenido sexo desde casi dos años ya.

Le importa una mierda que sean las tres de la tarde de un día laboral, ella necesita beber para olvidar lo patética que se siente, lo celosa que está en estos de William porque él es heterosexual pero ahora va a ser el novio del hombre de que ella está enamorada.




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