El presente de los miedos

Capítulo 11

—En realidad las dos copas no son mías —aclaré, aunque no hacía falta no quería que pensara que era una alcohólica que bebía de dos en dos—. Es de...

 

—¿Vienes con alguien?

 

Sonreí con sagacidad.

 

—¿En serio piensas que vendría sola a un bar a beber dos copas por tanda? —Hice una mueca con mis labios—. No pensé que fuera tan evidente...

 

Ahora sonrió él débilmente.

 

—Entonces no te entretengo —contestó inquieto, buscando con la mirada algo a nuestro alrededor—. Él debe estar buscándote.

 

Hundí mis cejas y fruncí mis labios.

 

—¿Él? Yo... eh... ¿por qué él?

 

Parecía confundido por mi respuesta. Quizá mi titubeo no me había dejado expresarme del todo bien.

 

Se encogió de hombros y continuó vagando su mirada por el lugar.

 

—He venido con mis amigas, no con él —Me quedé callada por unos segundos—. De hecho... no hay él.

 

Me quedé pensativa.

 

—¿No hay él? —Se interesó, volviendo a mirarme.

 

—No.

 

—Ah...

 

Nos volvimos a quedar callados por unos instantes. Él volvía a apenas mirarme. Yo, por mi parte, decidí pegarle un buen trago a mi copa.

 

—Yo también vengo con ellos —dijo—. Con mis amigos, no con tus amigas. Sería raro venir ambos con la misma gente y no saberlo hasta llegar. De hecho no conozco a tus amigas... creo. Posiblemente no las conozca.

 

Podía parecer mala persona, pero me divertía su exaltada forma de hablar.

 

—Posiblemente no —Reí—. ¿Y dónde están?

 

Miró a ambos lados con sus ojos, con una actitud jovial, haciendo una mueca con sus labios.

 

—Bailando. Tienen la extraña manía de querer bailar y divertirse cada vez que salen de fiesta.

 

—Esa manía es muy extraña.

 

—Vaya, ¿tú tampoco la padeces? Eso sí que es extraño.

 

—Siento decepcionarte —respondí—, pero sí, he de admitir que estoy infectada. Solo que ahora mismo no tengo con quién...

 

El rostro de Elliot fue de asombro total.

 

—¿Quieres bailar?

 

Asentí convencida.

 

—¿Conmigo? —agregó.

 

Imité su movimiento anterior y miré a ambos costados.

 

—¿Sí? Aunque si no me invitas ya supongo que tendré que intentar que infectar a otro...

 

—¡Vale! —contestó levantándose torpemente.

 

Reí disimuladamente y yo también me levanté. Dejé a un lado las copas, la mía ya estaba casi terminada y aunque la de Shelby no, no estaba dispuesta a bailar con Elliot con la mano ocupada. No por nada.

 

Llegamos con dificultad hasta la pista, por un momento pensé que le había perdido de vista pero no, él sabía perfectamente donde yo me encontraba. Cuando nuestras miradas se vincularon, la canción de Into you de Ariana Grande comenzó a sonar y sonreí. Era una música apropiada porque yo era muy fan de ella.

 

Comencé a contonear mis caderas mientras me aproximaba a él. Elliot simplemente se quedó parado, observándome, aunque por su postura podía intuir que se estaba divirtiendo. Bailé muy cerca de él, y en varias ocasiones le instaba a que él lo hiciera también, aunque con poco resultado. Él simplemente se reía mientras meneaba un poco sus pies.




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