Silva maestro de ilusiones, Jonathan la peste maligna

Alrededor de las 23:19 horas, Jonathan comenzó a moverse lentamente hacia atrás pero, aquel sujeto avanzaba cuidadosamente. Jonathan parecía tener miedo de él, de pronto, quedé ciego, no podía ver o será que todo lo que veía era oscuridad infinita. Después de un tiempo en ese estado, apareció el mismo sujeto que estaba con Jonathan, me confundí por un momento ya que él era lo único que podía ver.

— ¿Estás confundido? — Me preguntó mientras me miraba fijamente — es normal que lo estés, sentí la presencia de alguien más así que use un poco de mis poderes para ponerte bajo una ilusión —.

— Ilusión ¿Dices? — respondí nervioso mientras trataba de mirar a otro lado que fueran sus fríos ojos color plata.

— Así es, para que lo entiendas, estamos dentro de tu mente y aquí te diré algo interesante. Ese chico con el que estaba hablando, me retó a un duelo uno a uno —.

— Espera, ¿Qué duelo? — no puede evitar preguntar.Él me miró y se acercó ligeramente a mi susurrando — en el momento en que les dijo a ustedes que se separaran, justo en ese momento se dio cuenta de que los vigilaba así que se deshizo de ustedes y me mostró una actitud hostil—.

En ese instante, por alguna razón vi una imagen de Jonathan siendo devorado por varios demonios mientras todos nosotros escapabamos. Después de eso, mi vista volvió a estar normal. Ésta vez vi por primera vez, a Jonathan invocando una bestia, él estaba preparado para luchar.

Para mi sorpresa, no invocó a una bestia, es como si hubiese pactado con un demonio o algo parecido, su ojo derecho saltó de su cuenca quedando colgando así como también se desintegraba su piel alrededor y la carne se desprendía de su brazo izquierdo. Una serpiente negra apareció y se colgó sobre su cuello, también desprendía un espantoso olor a carne putrefacta; en mi mente sólo podía preguntarme, ¿Qué es lo que le sucedió?.

Aquel sujeto gritó enormemente mientras se reía — ¡Ya veo! Hiciste el pacto con "él" —.

— Así es, aunque no tuve otra opción, con esto te exterminaré— le respondió confiado y con gran sonrisa sobre su descompuesto rostro.

Aquel sujeto lo primero que hizo fue dar un gran salto hacia Jonathan, pero la serpiente negra saltó y sorprendentemente se esfumó causando una leve explosión; lo que provocó que retrocediera permitiendo a Jonathan atacar pero, Jonathan únicamente se puso con una rodilla sobre el suelo y un dedo de su ahora huesuda mano. Acto seguido, la tierra comenzó a temblar y un grieta apareció y fue en dirección de aquel sujeto.

Parecía haberle causado mucho daño, pero se levantó enfadado y fue con prisa hacia él, Jonathan lo golpeó y éste desapareció y volvió a aparecer a sus espaldas. Jonathan alcanzó a reaccionar pero ese sujeto lo hirió en su otro ojo.

En ese instante se generó una enorme cantidad de humo negro y el sujeto salió con ampollas en su cara y manos así como su ropa desintegrandose, Jonathan comenzó a verse normal de nueva cuenta.

— Después de todo eres alguien peligroso, cuidate porqué nos  volveremos a ver y ahora sí te destruiré — gritó mientras se retiraba volando — recordaré tu rostro, humano —.

Sin pensarlo dos veces salté hacia Jonathan para ver si estaba bien, después de todo su rostro y su mano izquierda se habían desintegrado, pero parecía estar bien, pero cuando lo vi detenidamente parecía estar dormido. Cuando finalmente despertó le pregunté sobre ese sujeto. Parece que su nombre era Alejandro Silva, un vampiro muy poderoso, dijo algo sobre que lo había puesto en un tipo de sueño raro, me dijo que tal vez su poder era crear ilusiones en la mente de las personas. Me explicó un poco su poder también, lo llamó «Peste Maligna» el cuál parecía consistir en crear temblores y que puede matar a quien sea, no me quiso dar más detalles.

También me pidió que no le hablara de lo que había visto a nadie, yo sólo dije que si sin pensarlo. No quise preguntar demás. Aproximadamente a las 1:30 horas nos reunimos con los demás, preguntaron sobre el ojo derecho de Jonathan, el sonrío y dijo que un demonio meno lo atacó por sorpresa, yo no dije nada y parecía que el tampoco pensaba decirles.

A final de cuentas decidimos ir al campo, más o menos en dirección hacia donde se suponía que estaba la misteriosa mansión, por supuesto que ligeramente más lejos, por seguridad, terminamos acampando cerca de una presa.

Por esa vez, estuve pensando en lo que dijo ese tal Alejandro Silva sobre el pacto de Jonathan y el porqué ahora lo considera una amenaza. No pude dormir sin pensar a que se estaba refiriendo y también sobre mi cobardía al no haber ido a ayudar, no dejaba de pensar en ello.

Al despertar, lo primero que se propuso fue ir hacia la mansión, aprovechando que era de día. Era algo que se tenía que hacer tarde o temprano por lo que nadie se negó, por supuesto que todos tomamos en cuenta que podría estar protegida por demonios fuertes por lo que fuimos muy bien preparados.