VII-Besos con temor

-Bueno, si tu lo dices.-Le dije cuando me invitó a salir del cuarto para regresar al patio. Me mostró su mano para que la tomara y que él me llevara. Pero lo dudé, no sabía si era correcto, aunque una parte de mi anhelaba tomarla. Asi que le di mi mano y lentamente entrelazó sus dedos. Luego me levanté y ambos salimos, antes miré de reojo a Ignis que estaba en la litera de Luna hablando pero no me miró asi que pasé de largo.

Cuando llegamos al patio ya era la tarde. Y Abril me llevó tras unos arbustos que habían. Algo que se me hizo raro pero aún así nos sentamos en la grama, la luna se veía completamente, y lo bueno era la brisa ya que ese patio era básicamente un mini bosque, eso si, no había por donde escapar, pero había partes donde podíamos tener privacidad ya que había muchos árboles y arbustos más a fondo donde ya se dejaba de ver la puerta de entrada al edificio. Estábamos literalmente solos, y como era día libre nadie nos andaba molestando. La laguna se encontraba un poco cerca también pero no tenía ganas de meterme al agua, prefería estar sentada al lado de Abril que al percatarme de él estaba mirándome confuso.

-¿Olle te fuiste en un viaje?-Dijo cuando me dió palmadas en uno de mis muslos y reaccioné, había estado mirándolo todo y me olvidé de que alguien estaba a mi lado.

-Oh, lo siento estaba mirando.-Le dije cabizbaja.

-La naturaleza es tan bella que yo tampoco puedo dejar de contemplarla.-Dijo cuando puso sus manos en mi rostro y lo acariciaba con sus dedos. Yo solo sonreí porque eso era algo que no me molestó. Osea nada de Abril me incomodaba, ni sus agarres de manos, ni sus caricias, mucho menos sus palabras y creo que nada de su parte me llegaría a incomodar. Abril podría ser esa persona que realmente me merezco.

-Y tu eres igual de bella.-Terminó de decir e hizo que se me sonrojaran las mejillas.

-Ay qué dices Abril.-Le dije riéndome.

-Pues que éres tan hermosa que no puedo dejar de mirárte.-Me gustaban sus palabras. Me podía dejar llevar por el momento pero aún seguía alerta de Darkar, mirába a cada lugar con miedo a que apareciera hasta que Abril volvió a palpar pero esta vez mis mejillas.

-Olle, Megan, te veo preocupada y despistada.-Soltó cuando lo miré.

-Es, es que tengo que estar alerta sobre Darkar, podría aparecer en cualquier momento.-Le dije

-Tranquila, el no va venir ahora, creo que ya me hizo suficiente daño ¿no?-Me preguntó y yo parpadeé recordando lo de sus pies.

-Estabién, un momento de paz me anda haciendo falta.-Le dije cuando acortó el espacio entre nosotros y se acercó a mi rostro para seguir acariciándolo.

-Tu lo dices, es momento de despejarse Megan, y no estar tensos con ese problema.-Espetó cuando removió mechones de cabello de mi rostro. Y luego dejó de mirarme, y apartó su manos con miedo.

-¿Qué sucede porqué te pones así?-Le dije cuando se quedó boquiabierto para hablar.

-Es que desde antes que te escaparas, yo...-Pausó sus palabras y yo tomé sus manos ya procesando la respuesta que me diría. Terrence fue algo para mi pero cuando tenía trece años, ya eso no me interesaba, y sobre Ignis, yo talvez lo quería pero luego de enterarme de que él y Luna éran algo pues ya tampoco me interesa él. Asi creo que no habría problema en que Abril terminara sus palabras.

-¿Qué vas a decirme?-Le dije cuando me regresó la mirada para poner una de sus manos en mi rostro.

-Yo realmente me había enamorado de ti Megan, pero no dije nada porque vi tu interes en Terrence y ahora en Ignis.-Sus palabras me rompieron y podía ver lo sincero que estaba siendo.

-Terrence no importa, y lo de Ignis no era tanto como lo que yo en estos momentos puedo sentir por ti Abril. El único que me importa y me hace sentir bien eres tú. Por eso he dejado que me acaricies tanto, porque yo también estoy enamorada de ti.-Le confesé y él sonrió de una manera indescriptible.

-Me gustas porque eres hermosa, me gusta tu personalidad y me gusta todo lo que eres Megan...-Dijo cuando acercó su rostro al mio y yo me quedé inmóvil mirándo esa cercanía.

-Pues que más da, lo mismo pienso de...-Solo cerré mis ojos de la sorpresa cuando sentí el roze de sus labios con los míos. Para luego convertirse en un beso apasionado. Coloqué lentamente mis manos en su rostro con movimientos lentos. Seguía besándome hasta que de un momento a otro caímos de espaldas al suelo. Él se montó sobre mí para continuar sus besos pero ahora deslizándose hasta mi cuello y lo detuve.

-Espera...-Le dije mirándolo.

-¿Qué sucede Megan?-Me dijo cuando hiba a salirse de mi pero lo detuve con mis brazos.

-Yo nunca he hecho esto...-Le dije con sinceridad. No era que no quisiera pero solo tenía que decirle. Si él continuaba yo me perdería de seguro pero tenía que decírselo.

-Entonces tendré más cuidado, y solo si tu aceptas conti...-Lo interrumpí cuando le halé su rostro al mio para besarlo y entre dientes decirle que continuara con lo que había empezado.

Era increíble como me daba de esos besos tan dulces que encendían en mi algún tipo de éxtasis. Jamás me había sentido de esa manera y solo con unos besos. Abril tomó mi camiseta y la sacó de mi cuerpo, luego me quitó el sostén para continuar quitándo las dos prendas que faltaban. Yo hice lo mismo, lo desvestí y ambos estábamos desnudos detrás de esos arbustos, no me importaba que me vieran pero sus besos se tornaron más calientes cuando bajó por todo mi pecho hasta llegar al lugar menos pensado.
-¿Estás lista?-Soltó cuando lo vi tomarlo en sus manos para llevarlo a mi entrada. Y solo le acerté porque cuando sentí esa cosa tan dura y deliciosa dentro de mi di un gemido que podría haberse escuchado hasta en el cielo. Era mi primera vez y no sabía que se sentiría tan rica. Mientras continuaba pegándo esos bruscos cantazos contra mi, me besaba y ambos ahogábamos gemidos entre besos. Hasta que terminó cayendo rendido ante mi pecho. Yo había perdido la razón y tenía mis manos enterradas en la grama, porque el placer era tanto que mi cuerpo se estremecia bruscamente. Hasta que Abril se levantó para darme mi ropa y él vestirse.