El reemplazó

14. Tu no eres mi hermano

Alex acompaño a Lori al centro comercial, al parecer sus padres confiaban mucho en ella, pues le dejaban conducir el único auto de la familia.

Ella era la hermana mayor, su edad ya pasaba de los viente así que tenía la edad legal para conducir.

— Compraremos algunas cosas como la comida, y algunos pedidos especiales de mis padres.

— Si.

— Quiero que te mantengas cerca de mi, no quiero terminar buscándote por todo el centro comercial.

— Si.

Era un poco molesto, Lori le estaba hablando como si fuera alguna clase de niño pequeño.

Alex no se sentía muy cómodo pues la hermana mayor solo lo había tratado como a un niño pequeño.

Claro que el no esperaba nada de ella, pero el sabía que ya no era un niño, Alex era joven, se encontraba en la etapa de la niñez a la vida adulta.

El ya no era un niño, no había forma de que lo fuera, aunque su joven rostro dijera lo contrario su niñez ya se había acabado.

Alex posó una de sus manos sobre su pantalón, el día de hoy no estaba usando sus ropas.

En verdad el tenía muy poca ropa, de mala gana tubo que usas unas prendas que no eran nada familiares.

Una camisa naranja, un pantalón azul y unos tenis blancos.

Le desagradaba tener que usar esa ropa, no tenía otra opción.

Su padre le había dicho que estaba bien, que esas prendas no tenían ningún uso o utilidad, no había ningún problema en usarlas.

Además de eso el señor Lynn le había dicho que estaba bien que arrojará su ropa usada en el cesto de la ropa sucia. Su hija mayor era la que se encargaba de esa labor.

Alex se prometió así mismo que cuando cumpliera los dieciséis años le devolverían al señor Lynn toda la amabilidad que le había dado.

Amabilidad que el no se había ganado, amabilidad que no merecía.

— Llegamos.

Lori anuncio para luego bajar, detrás de él caminaba Alex con su no muy familiar vestimenta.

Alex acompaño a Lori todo el camino, no se separó de ella ni por un momento, no estaban en ese lugar para jugar, a Lori se le había asignado una tarea muy importante, no era tiempo de jugar, ella tenía que actuar como la adulta que era.

   

                           

Cansado muy cansado.

Alex sentía que no podía más, de sus brazos colgaban varias bolsas, no eran muchas, cuando había visto a Leni cargar con las compras, ella cargaba en sus brazos muchas más.

Eso no significaba que no pesaran, como si el peso no fuera suficiente, las tiras de las bolsas apretaban la piel de Alex, creando una sensación nada cómoda.

Cuando finalmente llegaron al vehículo, Lori le ayudo a meter las compras en el maletero.

— Todo listo.

Lori anuncio pesadamente, así como Alex se sentía cansada, cuando habían pasado por las diferentes tiendas había visto muchas cosas interesantes.

Tenía ganar de descansar, pasear un rato y comer un helado pero ese pensamiento era muy ingenuo.

No había forma de que pudiera hacer eso, en una familia tan grande, donde hay tantas bocas que alimentar el dinero no es algo que exista en abundancia, Lori tenía un empleo de medio tiempo.

Aún con eso eran raras las ocaciones donde podía gastar dinero para si misma, como la hermana mayor que era, como una mujer madura ella entregaba la mayoría de sus ganancias a sus padres con el objetivo de ayudar con los gastos de la casa.

Lindos paseos, helados y hermosos vestidos eran algo que no podía alcanzar en la actualidad, eran un lujo, una fantasía, eran inalcanzables.

La expresión amarga de Lori fue vista por Alex, el no la conocía mucho pero con solo verla era seguro que estaba agotada.

— Vamos a pasear.

Esas fueron sus palabras, fue como si el hubiera leído los pensamientos de Lori, había leído sus sentimientos como si se tratara de un libro abierto.

— Me encantaría.

Respondió Lori con una amarga sonrisa, en serio quería tomarme un tiempo para descansar, pero no podía, no tenía el entusiasmo o el dinero para hacerlo.

— Te comprare un helado.

Lori le miro incrédula. Parecía alguna clase de broma, no había forma de que su hermano menor, de que Lincoln que no tenía edad legal para trabajar pudiera tener dinero, también la idea de que sus padres le hubieran dado algo de dinero del recortado presupuesto familiar estaba fuera de todo pensamiento.

Alex entendió la mirada de Lori, saco un pequeño billete de su bolsillo y se lo mostró de manera muy fugas.

Le disgustaba que ella le viera con esa mirada de sospecha, era como si Lori estuviera viendo a un mentiroso.

Lori pareció que no se movería en un buen rato, Alex perdió la paciencia, la tomo del brazo y se la llevó dentro del centro comercial.

Alex compro los helados más costosos, una acción que no paso desapercibida por la incrédula Lori.

Ella decidió no prestarle atención, en verdad estaba muy cansada, ser la hermana mayor era muy agotador.

El tener que ser la figura de autoridad cuando sus padres no estaban era un trabajo muy duro.

Le dio una pequeña probada a su helado con una pequeña cuchara, casi de inmediato una sonrisa se formó en sus labios, el sabor del chocolate y la nata inundaron su boca.

Era un sabor delicioso, Lori se dejó llevar, eran raras las ocaciones cuando podía disfrutar de estos pequeños lujos así que se tomó su tiempo para comer.

Alex no le prestó atención, el miraba a las personas pasar de un lado a otro.

Lori terminó su helado, una sonrisa había quedado plasmada en su expresión, era como la sonrisa de una pequeña e inocente niña.

— Tu, no eres mi hermano.

Aquello fue inesperado.

Alex miro a Lori y ella lo miro a él, Alex no tenía nada que ocultar, desde que había llegado había aceptado que le llamarán con ese nombre, había sido una petición por parte del señor Lynn.

— Parece que te diste cuenta.

Dijo Alex con pezades aunque un poco aliviado.

— Le había dicho al señor Lynn que no soportaba que me llamara por ese nombre, yo no me llamo de esa manera.



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En el texto hay: amor, odio, violencia

Editado: 13.08.2021

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