El reemplazó

25. Ella necesita ayuda

Luan abrazaba su almuada con las pocas fuerza que le quedaban, había llorado mucho y no se contubo nada, lloro hasta quedarce seca y después solo había silencio.

Su habitación, que compartía con su hermana Luna estaba sumergida en un profundo y tétrico silenció pero eso no le molestaba.

Al contrario, el ambiente a su alrededor reflejaba a la perfección lo que su corazón sentía.

Cerró sus ojos con fuerza y se arrepintió por todo lo que había dicho antes, ese chico que se parecia tanto a su hermano le estaba afectando.

Le había afectado tanto que su lengua se aflojó y como si fuera un canario cantando una melodía ella dijo todo.

Tenía la esperanza de que ese chico no le hubiera escuchado y si lo hiso que sus palabras solo fueran sonidos sin significado.

Ella sabía que pensar de esa manera era muy ingenuo, ¿Que mas podía hacer?

Un sonido retumbó sobre toda la habitación, Luan muy fastidiada se levantó de su cama lista para regañar ha cualquiera que se atreviera ha invadir su espacio privado, su lugar seguro.

Por un momento pensó que se trataría de su hermano, que el entraría he intentaría tercamente de hablarle.

Por suerte para ella no era el, una chica de cabello castaño corto estaba parada en frente de ella.

En el pasado Luan le hubiera saludado solo como ella solía hacerlo, después de todo eran hermanas y compañeras de cuarto.

Solo ese hecho las había vuelto muy cercanas de alguna manera, claro que eso era el pasado, ahora las cosas eran diferentes.

Luan todavía no la había perdonado por haberle hecho daño a su hermano, por haber intentado quitarle la vida.

¿Que demonios estaba pensando Luna? Ella se preguntó, por supuesto no se había atrevido a decirlo en voz alta o preguntarcelo ha ella directamente.

En verdad su hermana era estúpida, su querido hermano, ella que nunca pensó que lo volvería a ver entrado por esa puerta.

Por fin había vuelto a la casa y ha está familia y por supuesto su hermana Luna lo recibió de una manera muy especial.

— ¿Por qué llegas tan tarde?

La voz de Luan corto el aire, estaba enojada y resentida, no era para menos aún así ella amaba a su hermana, había tención entre ellas y con algo de suerte el tiempo lo borraría todo.

Un olor repulsivo llegó a su nariz, Luan arrugó su expresión y cubrio su nariz.

De su hermana emanaba un olor desagradable y muy potente, era alcohol.

— Maldición, estuviste bebiendo de nuevo.

Ese regaño no pareció llegarle a Luna, esta solo le miro un tanto fastidiada, no tenía tiempo para esto.

— Estoy bien.

— No, no estás bien, te había dicho que tenías que dejar de beber, no puedo mentir por ti para siempre, tienes que cambiar.

Luna gimió molestas, no había límites para lo fastidiosa que podía ser su hermana, ella había bebido, le había prometido que ya no lo haría.

Una promesa no importaba, una simple mentira no podía hacer daño y si lo hacía que, el simple acto de beber no le hacía daño a nadie, ella no le estaba haciendo daño a nadie solo a ella y a nadie manas.

Si se hacia daño por beber demasiado que importaba, valía la pena si el alcohol le ayudaba a olvidar.

Luna camino sin prestarle atención a su molesta y preocupada hermana, Luan se quejó aún más cuando el olor se hizo más potente.

— Hermana, esto no puede seguir así.

— ¡Dejame tranquila!

El grito de Luna fue tan fuerte que hizo que todo el cuerpo de Luan temblará.

Luan se sintió pequeña, diminuta y débil, muy pero muy débil.

Solo estaba preocupada por su hermana, le quería mucho, era su hermana y su amiga más cercana pero ya toda su vida se estaba haciendo imposible de soportar.

No sólo ella, toda su familia estaba de igual forma.

Todo era horrible, todo era amargo.

Luan sentía amargura, sentía dolor.

No, era insoportable. Ella no soportaba verse así, no le gustaba lo que sentía, no le gustaba llorar, no disfrutaba de la culpa o del miedo.

¿Que había pasado con su familia?

En el pasado, en un pasado no muy lejano todos eran felices.

Todos en esta familia disfrutaban de la felicidad y de la alegría, una gran familia que se cuidaban los unos a los otros, se amaban y se querían.

¿Donde estaba esa familia?

Luan lloro amargamente, necesitaba amor, necesitaba con desesperación sentir felicidad pero ya no podía sentir eso.

Desde que el se había ido, desde que se fue y nunca volvió, desde que el ya no formaba parte de su vida se sentía miserable.

Ya no podía verlo, ya no podía quererlo, no podía amarlo ni abrazarlo ni acariciarlo.

Su hermano, su único hermano, su querido y tierno hermano menor.

¿A dónde se había ido?

Luan quería estar con el, el deseo de su corazón era estar con su hermanito y decirle lo mucho que lo sentía, lo mucho que le amaba y lo mucho que lo quería.

¿En donde estaba el?

Luan quería estar con el pero era muy difícil, el no estaba lejos ni estaba, tampoco estaba cerca.

El se había ido a un lugar muy lejano, un lugar que ella no podía alcanzar, una ubicación a la cual ella no podía llegar.

                       .............

Un chico de cabello blanco miraba por la ventana de una pequeña sala, no tenía nada que hacer, sus pensamientos están en otro lugar mientras su cuerpo se encontraba en un pequeño asiento.

No se movía, solo unos cuantos movimientos simples, se levantó y camino de un lado a otro y después se volvía a sentar.

Estaba aburrido, no tenía ha su caballo, ni a su abuelo.

Estaba en un lugar diferente, se encontraba actualmente en la casa de la familia que lo había adoptado.

Su Hermana Lola le había estado observando, su hermana estaba muy interesada en charlar con el, después de todo había escuchado el pequeño alboroto entre el y su hermana Luan.



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En el texto hay: amor, odio, violencia

Editado: 13.08.2021

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