Peyton
–Ya vez que no era tan difícil –sonreí – Hasta te dieron el puesto de gerente general –dije orgullosa. Michael que me miraba con la ceja alzada.
–Claro –rodo los ojos –Como no me iban a contratar si estaba con la modelo Peyton Preston –respondió sarcásticamente. Puse los ojos en blanco
Si, había usado mi otra identidad. Le dije al dueño de esa empresa que nadie debía enterarse que estaba por acá, que guardara discreción sobre mí. El muy amable asintió. El dueño fue muy atento. Contrato a Michael. Estaba muy feliz por eso, tanto así que nos encontrábamos en un bar un poco caro celebrando pero que no llamaba tanto la atención. Me gusto.
– ¿No tienes preguntas? –pregunte refiriéndome a mi doble vida.
–Sí –acepto – pero no quiero ser un entrometido –dijo chasqueando la lengua.
–Eres mi amigo –conteste – No serias eso jamás, tonto –dije segura
Le conté acerca de porque estoy aquí, solo el pasado que me unían aquí. También le dije lo que ocurrió días antes de que llegara aquí. Le comenté un poco acerca de mi vida que tenía en el Los Ángeles. Y en eso estaba mi padre Dominic, Matt y mis hermanos. Tyler, Carter, Connor, los gemelos Mason y Jasón, Bruno y Scott.
– ¿Entonces tus hermanos Ian y Josué no saben que te llamas Peyton? –pregunto. Asentí.
–Es mejor que sea así –me encogí de hombros – No quiero que sepan de mi otra vida, bueno ninguna de las dos –hice una mueca – No me voy a quedar toda la vida aquí –explique –Solo un año o dos como mucho –dije. El asintió.
–Eso está bien si tú quieres que sea así, es tu decisión. Te apoyare en todo lo que sea necesario –dijo tratando de parecer serio. Solté una carcajada. Él sabía cómo desaparecer los momentos serios. –Vale –dijo mientras alzaba una copa con una sonrisa – ¿Seguimos brindando? –pregunto mirándome divertido. Asentí cogiendo una copa. Sería una tarde interesante
Ethan
Iba bajando del avión con la mirada de todas las mujeres encima de mí. Siempre era lo mismo. Las mujeres se ofrecían para pasar una noche conmigo, pero pocas eran las privilegiadas. Así era yo, un mujeriego. No me daba vergüenza admitir algo que sabía muy bien. Nunca me había enamorado y no planeaba hacerlo ahora tampoco
Baje del avión, había muchos paparazzis que me esperaban. Resople, no tenía humor para responder a sus preguntas estúpidas. Salí rápido del aeropuerto con ayuda de mis guardaespaldas. Fui directo al departamento que había comprado antes de venir aquí, para dejar todo mi equipaje e irme directo a la sede de una de mis empresas que se encontraba aquí. Según me dijo Dylan que todo por acá, todo estaba hecho una sola mierda. Tenía que ejercer control.
Subí al coche que había comprado antes de venir a esta ciudad, conduje sin prestarle atención a nada más que no fuera la carretera. Me detuve al ver una chica de cabello turquesa conduciendo un Audi negro que estaba junto con un chico de copiloto. Iban entrando al departamento de al lado. Era casi parecido al mío, solo que el de ella era de color blanco y el mío marrón. Se bajaron y entraron sin mirar atrás.
–Mierda –susurre después de ver su cuerpo por detrás. Estaba como quería. Entre a mi departamento. Dejé todo en su puesto, odiaba el desorden. Me dirigí a la empresa, como me habían informado hoy iban hacer pasantías unos chicos de universidad. Tenía que presentarme. Iba saliendo del departamento y me encuentro de nuevo con la chica del cabello de color.
–Hola muñeca –dije labioso para que se derrita por mis palabras. Pero al parecer fue todo lo contrario ya que ni siquiera me miro. Se subió al coche y arranco a toda velocidad.
–Estúpida –masculle rodando los ojos subiendo al coche y poniéndolo en marcha. Sentía que esa chica ya la había visto en algún lugar, pero no me acordaba de dónde. Mierda tengo que dejar de pensar en ella. Una vez que estaba en la empresa, hicieron las presentaciones y me dirigí a mi oficina nueva. Hice algunos cambios en ella porque los que había eran total desastre.
Iba conduciendo de regreso al departamento, fue un día demasiado agotador. Estuve hablando con Dylan, uno que otro momento para saber todos los avances de la empresa. Al llegar me encontré de nuevo con ella. Ahora con tenia diferente atuendo, estaba con un calentador y chaqueta Reebok y un crotop. Si en la tarde se veía buena con ese vestido ahora se ve mejor. Maldición. Estacioné el coche y me acerqué silenciosamente ya que ella que estaba andando con su teléfono en las manos.
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Editado: 16.04.2019